Aurora Delgado, sevillana criada en Camas, estaba decidida a cursar estudios superiores de Arte Dramático, pero un Máster en Escritura Creativa en la Universidad de Sevilla la orientó hacia su verdadera pasión: escribir historias. Ganar el Premio Alcalá de Henares de Narrativa 2013 por El Corazón de Livingstone (Libros de la Herida-2014) y haber sido finalista del Premio Nadal 2017 por Curva (Sloper, 2018) demuestran que no erró el camino.
Entono un mea culpa y suplico perdón: no conocía a esta extraordinaria escritora y su última obra me ha fascinado. Criaturas del Instante (Libros de la Herida-2023) tiene en sus páginas la impronta de los grandes escritores, con un muy cuidado desarrollo de los personajes, a veces complejos y pluridimensionales, que se ven envueltos en una serie de inexplicables sucesos, con saltos en el tiempo bien explicados, trenzando historias y sumergiendo al lector en una trama desarrollada con maestría.
En Criaturas del Instantes Aurora juega con la mente del lector mezclando pasado y presente con una serie de revelaciones y descubrimientos que le mantienen en vilo. A medida que la historia avanza, se van comprendiendo las razones del comportamiento de sus personajes, desentrañando profundos secretos. Se entrelazan una “prohibida” historia de amor entre Helena Malaver y Blanca Ivanova con sucesos reales aderezados por la muy fértil imaginación de Aurora Delgado.
Otro aspecto a señalar es la utilización de personajes históricos, en este caso miembros del P.C.E., como “secundarios” de lujo de la trama: Vicente Uribe, Santiago Carrillo, Francisco Antón y sobre todos Dolores Ibárruri La Pasionaria. Y no olvidar la imponente presencia de Iosif Stalin, rodeado de toda la burocracia y meticulosa seguridad soviética de la posguerra, con el que Aurora ironiza a través de los epítetos de uso común en la época dedicados al dictador: El Único, El Constructor del Socialismo, El Zar Rojo, El Sabio, El Maestro, El Protector…
Una Novelita Soviética, libro de memorias de Helena Malaver imaginado por Aurora, se transfigura en un personaje más, pues a través de referencias a sus páginas se esclarecen buena parte de los sucesos de la historia de amor entre Helena y Blanca, que, dados los prejuicios de la época, debían llevar en secreto. Asimismo, en sus memorias, los Bocaditos de Dulcinea, nombre de las tortillas de patatas española que vendía Elena a los soviéticos y le encantaban a Stalin, toma un importante papel protagonista, cuyo fin no desvelaremos por interés de la trama.
Aurora da un giro al final de la obra, ya desmenuzados y consabidos los entresijos de la relación amorosa y la complicada salida de Moscú de la protagonista, centrándose en un asunto, a priori, desconcertante: la supuesta capacidad de levitar de Dolores Ibarruri. Y digo a priori porque de una mujer con tanto poder y capacidad, tan sacrificada por la causa y tan idealizada y llamada La Madre del Comunismo, se han inventado teorías sobre sus sobrehumanas capacidades, en una época en la que lo legendario tornaba en “historia verídica” a las primeras de cambio.
Como explica Aurora en la novela, en palabras del personaje Dr. Rouqués:
puede que todo lo que vivimos sea inercia, desplazamientos astrales de nuestra conciencia por una corriente que no es vida en realidad, sino impulso, combinaciones aleatorias de la multiplicidad de futuros posible…
Todo esto y mucho más ofrece la novela de Aurora Delgado, un autora a la que seguir muy de cerca, pues si en tan poco a tiempo ha tomado relevancia su obra, podemos esperar que evolucione a una escritora consolidada, conocida y cuyos libros sean esperados por sus lectores, entre los cuales nos incluimos, desde ya, ACHTUNG!.