Drawing a mountain es el proyecto sobre montañas e imposibilidades de Laura F. Gibellini con la colaboración de Irene Cantero y Oriol Fontdevila que se inaugura el 12 de septiembre en la galería Espositivo de Madrid.
Por Oriol Fontdevila – curador, escritor, investigador y docente.
Aquello que no tiene forma única ni estable y que es por tanto difícil de representar y así de reconocer, comprenderse y pensar. Son justo los límites de lo perceptible los que me interesa indagar aquí.
Cuando llegó la primavera, Laura F. Gibellini observó desde lo alto de su estudio en Banff como repuntaba el deshielo en las Montañas Rocosas canadienses. El paisaje se inundó entonces de colores variopintos God said, ‘Let Newton be!’ and all was light, al mismo tiempo que los abetos dejaron atrás su estatus de árbol-mancha Nature and Nature’s Laws lay hid in Night.
Pues con el cambio de estación mutó no solo la apariencia del paisaje, sino que, en correspondencia, parecía alternarse también toda la teoría de la luz y del color que de nuevo salía de las tinieblas: de un invierno encerrado ya no en el oscurantismo divino, sino que en la oscuridad del individualismo moderno, según la cual los colores se desvelan unos a otros solamente a partir del ojo del que mira, el monte parecía recuperar con el buen tiempo sus colores y la racionalidad naturalista, en la que aquellos son partículas que participan por sí mismos de la conformación de lo visible.
Es un signo de nuestro tiempo que los artistas vuelvan a lo sensual en tanto que sensual y lo interroguen en relación al proceso en que este deviene pensamiento. Después de meses mirando la mirada, observando la observación bajo la luz oscura de los abeto-mancha, a Gibellini se le reapareció súbitamente en su ventanal la naturaleza según Newton. Pero, entonces,
¿Dónde establecer la línea divisoria entre la naturaleza y los fenómenos de la percepción?
¿O es que la oscuridad que proyecta el ojo sobre su entorno no participa también de la naturaleza en su estado salvaje?
¿O tal vez sea Newton quien reapareció en esta ocasión como un simple espejismo de orden superior?
¿O bien tendrá que ver algo de todo esto con el equinoccio de la primavera?.
En este proyecto, existe una clara vinculación entre lo visible y lo invisible del paisaje en cuestión, y un impacto real de lo imperceptible y de lo que se encuentra ausente en la disposición geológica y climática del valle. Elementos como el agua, el aire, la luz, las cualidades atmosféricas de un lugar… adquieren una gran importancia.