Chicharrón Circo Flamenco vuelve al panorama escénico con Empaque una obra que fusiona flamenco, malabares y electrónica, descolocando certezas y jugando el dogma con humor, frescura y compás.
Chicharrón Circo Flamenco presenta en el Festival Circada su nueva obra Empaque, y presiento que va a ser un bombazo dentro del Panorama escénico actual. Este texto no busca sólo contar lo que se vio, sino poner palabras a lo que se sintió. “Empaque” es una presencia escénica que respira alegría, riesgo y belleza. Porque lo que hace Chicharrón es “frescura contemporánea” en carne viva: una brisa que no se explica, se lanza al aire sin miedo a la caída, con malabares y un cante entre dientes.
– ¿Pero qué es el empaque?
– Te lo voy a explicar. ¿Tú te acuerdas del cuento de “Los tres cerditos”? Pues dime: ¿Cuál es la casa con más empaque?
Lanza, como quien lanza una guasa, una pregunta que desarma. Germán y su equipo no tienen prejuicios. Respeto, sí, pero también ligereza, ironía y ternura. Es aire fresco. Ironiza sin restarle profundidad, como quien mira al flamenco con amor y le susurra: afloja, que también hay humor en el cante.
Pero que qué difícil es lo puro
Pero que qué difícil es lo jondo
Estética contemporánea de precisión depurada y una mezcla virtuosa de flamenco, malabares y música electrónica. Empaque se siente como una creación nacida de un laboratorio donde la frescura es el motor de la revelación. Y en medio del cante, del giro, del rebote y la carcajada… aparece la escena.
Es la que no se derrumba. La que vibra y se sostiene en equilibrio entre lo jondo y lo ligero, entre lo ancestral y lo lúdico. Un lugar para la emoción que no teme parecer absurda ni sagrada. Y así, entre el compás y la carcajada, nos lleva a ese momento en que la fiesta se apaga y la realidad entra por la puerta sin avisar. Cuando el duende se disuelve y el cuerpo, ya saciado, pide su espacio.
¿Cuándo te vas a ir? Que tengo que hacer de comer.
Es que tengo que limpiar y no me gusta que me lo pisen.
La mañana llega, con la necesidad de volver al orden después del desmadre. Empaque nos recuerda que hasta en lo más cotidiano hay arte si se mira con otros ojos. Los otros posibles caminos y formas de existir en el mundo. Una forma de resistir desde el humor, cantando verdades con bata de cola, mientras se lanzan malabares gitanos.