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Foto: Andrew Worley

El ensayo de economía, La aritmética de la codicia llega a nuestra crítica de libros imaginarios en plena  actualidad, al estrenarse la película El reino dirigida por Rodrigo Sorogoyen y publicar la Asociación de Geógrafos de España – AGE – un estudio junto a nueve universidades, donde la Administración General del Estado y las comunidades autónomas españolas han despilfarrado 80.000 millones de euros de dinero público entre 1995 y 2016 en infraestructuras, equipamientos y obras innecesarias.

Obra: La aritmética de la codicia

  • Género: Ensayo (economía)
  • Autor: vv/aa, demasiados.

Contenido: El lector encontrará en este texto, de reciente aparición si bien su preparación ha abarcado varios años, una excelente y sesuda explicación de cómo lograr que dos más dos parezcan ser diecisiete, sin que ello provoque ningún problema serio durante el plazo que reste hasta el fin de la legislatura. El libro viene ilustrado con abundantes fórmulas en las que el lector podrá comprobar que, siempre que el sustraendo sea mayor que el minuendo, el resultado será difícilmente presentable ante los medios de comunicación no afines.

Por último, los autores han añadido al final unas baterías de ejercicios con los que el aficionado o futuro cargo político podrá comprobar tanto el aprovechamiento de lo leído como sus aptitudes para la dilapidación de fondos públicos. Extraemos algunos de los mismos para acompañar esta reseña:

 

  • Ejercicios en el ámbito estatal: debe vd. destinar todo el presupuesto de Cultura a que España gane en Eurovisión. También vale el crear una Alianza de Civilizaciones que no valga para nada.

 

  • Ejercicios en el ámbito autonómico: debe vd. crear un aeropuerto, con todas sus dependencias y servicios, en un lugar aeronáutica, económica y demográficamente inviable. También vale la instalación de mamparas absolutamente inútiles en los andenes de ferrocarriles subterráneos de reciente construcción.

 

  • Ejercicio en el ámbito local: debe vd. endeudar a su localidad para construir una carísima fuente o monumento, con su correspondiente rotonda, en algún emplazamiento de su pueblo o ciudad en donde hasta entonces se circulaba bien. La obra debe ser de tales características que no sólo entorpezca el tráfico, sino que provoque exclamaciones, náuseas y aspavientos por su espeluznante fealdad.

 

Editorial: El ensayo ha aparecido en el último número de la revista de la Asociación de Profetas Autistas Clamando Inútilmente en el Desierto.

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