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Por Marcos Rodríguez Velo

Una portada de estilo años 80 con un derroche de colores – algo que durante un tiempo estuvo de moda – ahora desvanecidos por una pátina vintage; el arte de mirar atrás en el tiempo puede ser my reconfortante, aunque a veces no se puede reprimir una pizca de nostalgia por una época ya perdida. A primera vista, Trouble in Paradise suena terriblemente demodé y parece llegar tarde para poder entrar en ese revival que no hace muchos años tuvo un gran éxito con ese primer episodio llamado La Roux. Pero no nos adelantemos y tildemos este nuevo álbum de superficial, porque su larga y trabajada creación ha sufrido una discreta transformación

Para empezar, La Roux ya no es un dúo. A causa de diferencias artísticas, Ben Langmaid abandonó el proyecto a mitad del proceso (aún así aparece como cocreador de 6 de las 9 pistas del disco). Elly Jackson, por su parte, perdió literalmente la capacidad de cantar y su carrera parecía haber terminado para siempre. Sólo después de haber consultado a todo médico posible, se le sugirió que su afonía era probablemente de carácter psicosomático, debida al estrés que le sobrevino después del éxito planetario del disco de debut.

Maletas y vacaciones a la orilla del mar. Lo cual le vino estupendamente. No sólo recuperó la voz, sino que la ha mejorado, ablandando y dulcificando aquel falsetto perforatímpanos que convertía algunas de sus canciones en indigestas; Elly suena ahora más madura y ondulante. Musicalmente las atmósferas también son más relajadas. Donde antes el dúo pisaba a fondo en los sintetizadores más crudos y teutónicos, ahora rezuman toques tropicales, y los teclados se sienten ahora como ráfagas de aire cálido y una languidez que nos retrotraen a la Grace Jones de Compass Point, a Culture Club y a La Isla Bonita de Madonna (como el inicio de Let Me Down Gently).

Las sesiones de grabación duraron de 14 a 16 horas sin descanso, 6 días a la semana durante 2 años. Elly Jackson es realmente una perfeccionista, totalmente capaz de pasar dos meses obsesionada con una línea de bajo. El resultado es un disco trabajado en cada detalle y donde nada se ha dejado al azar, pero el pequeño milagro es que todo suena tan simple que podría no parecerlo.

La inicial Uptight Downtown presenta teclados dub y un estribillo que ya avisa: The temperature is rising!. A partir de ahí es una sucesión de finísimas melodías (Cruel SexualitySilent Partner), suaves baladas (Paradise Is You), retorcido erotismo (la entrañable Sexotheque) y prostitución masculina (Tropical Chancer). Y todo ello en menos de tres cuartos de hora de música.

La Roux ha hecho exactamente el disco que quería(mos). Synthpop y electro veraniego de sabor estival estudiado hasta el más mínimo detalle, y aún así dispuesto a vivir con el corazón ligero, como en esas ideales vacaciones junto al mar. Sólo que en el fondo, entre un cóctel de fruta y una lánguida mirada a la playa, revuelan neurosis eróticas inducidas por la canícula, el retrato de una sociedad que se deja llevar, consciente de que todo acabará demasiado pronto.

Perfección pop, ingenio modernista y facilidad de uso sin despeinarse, Trouble in Paradise está ya entre los discos más disfrutables de este 2014.

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