Seleccionar página

Memorias del Pellizco de Colibrí Ediciones es un viaje confesional, apasionado y profundamente personal por el universo del flamenco, escrito con el pulso íntimo del que ha vivido, sentido y sufrido cada letra y cada compás. Manuel Bohórquez, uno de los críticos flamencos más influyentes de las últimas décadas, no escribe aquí un tratado académico ni una enciclopedia rigurosa. Es, como el propio título indica, una memoria pellizcada: escrita desde las entrañas, con alma de cronista y corazón de aficionado.

 

Desde la introducción, Bohórquez se retrata con humor y ternura: un muchacho de Arahal, criado entre aceite y alpechín, marcado por la muerte prematura de su padre y las visitas del legendario Manuel Vallejo a la incubadora donde respiraba su primer aire flamenco. No es gratuito que invoque la figura de Pastora Pavón, la Niña de los Peines, como tótem familiar y herencia sentimental: para él, el flamenco nace —literalmente— en casa, en el patio, en las calles de la provincia sevillana.

El tono inicial es profundamente identitario: “No soy gitano”, dice, pero en seguida se nos muestra más gitano que muchos: por amor, por vocación y por entrega. Se posiciona sin ambages: no desde la sangre, sino desde el conocimiento y el respeto. Esta mezcla de humildad, determinación y cariño recorre todo el libro.

 

 

Bohórquez reivindica a Sevilla —y más allá, su periferia de oro: Arahal, Utrera, Morón, Marchena— como eje fundacional y difusor del arte flamenco. Corrige relatos interesados, cuestiona versiones oficiales y derriba mitos (como la exclusividad de Triana en los orígenes del cante gitano). Su defensa de Silverio Franconetti es rotunda y renovadora: lejos de prostituir el cante, lo elevó a escena, dignificó el arte y creó estructura donde antes sólo había improvisación y fiesta íntima.

Esta Sevilla del XIX y XX aparece llena de cafés cantantes, rivalidades épicas (El Burrero vs Silverio), y figuras inolvidables como Manuel Torres, Chacón, Escacena, o Pastora. La narración vibra cuando Bohórquez reconstruye aquellos días de gloria en el Salón Novedades o el Cortijo El Guajiro, y no escatima en detalles ni en pasión: se percibe al investigador incansable, pero también al niño que se asoma al escenario por primera vez.

 

 

Hay una segunda piel en el libro: la del joven Manolo, ese muchacho que funda peñas flamencas con 19 años, se enfrenta (con respeto) al poder omnímodo de Antonio Mairena y acaba convirtiéndose en una figura clave en la crítica flamenca de Sevilla. Su relato está lleno de obstáculos —falta de sueldo, ninguneos, traiciones editoriales— pero también de hitos: la fundación del blog La Gazapera, el éxito del coleccionable Clásicos del Cante Flamenco o su dirección de ExpoFlamenco.

La crítica de Bohórquez es directa, argumentada, pero jamás mezquina. Aunque se nota su predilección por Morente, por los Pavón, por los cantares jondos y verdaderos, también hay espacio para la duda, la autocrítica y la reflexión. No rehúye las polémicas (con Carmen Linares, José Menese o Fosforito), pero tampoco se revuelca en ellas. Su objetivo es preservar la memoria, no saldar cuentas.

 

 

Uno de los grandes logros del libro es su galería de retratos. No sólo de artistas (Fernanda, Bernarda, El Chocolate, Enrique Morente, Mairena, Gerena, Arcángel, Esperanza Fernández, etc.), sino también de críticos, locutores, gestores culturales y maestros que fueron formando al autor. Cada página rebosa anécdotas, muchas cargadas de humor y ternura, otras teñidas de nostalgia o decepción.

En esa red de relaciones personales está el verdadero corazón del libro. Porque Bohórquez escribe como quien paga una deuda de gratitud a sus mayores, a sus influencias, y sobre todo, al cante.

 

 

Memorias del Pellizco no es sólo la autobiografía de un crítico, ni un repaso sentimental del flamenco del siglo XX. Es, sobre todo, una obra necesaria para entender cómo el flamenco ha sido vivido, estudiado y defendido desde dentro. Pero sobre todo, escribe con un profundo amor por lo jondo. Su prosa —certera, con golpes de humor, ironía y ternura— rezuma verdad.

Es un libro imprescindible para quienes quieran entender no sólo lo que es el flamenco, sino lo que significa el flamenco para quienes lo aman de verdad. Porque si algo deja claro Bohórquez es que, como dijo Antonio Mairena, uno puede casarse con el cante. Y él, sin duda, lo hizo.

 

Ficha Técnica

  • Editorial: Colibrí Ediciones
  • Autor: Bohórquez Casado, Manuel
  • Colección: Tarsis
  • Idioma de publicación : Castellano
  • Dimensiones: 170 x 240 mm.
  • Peso: 200 gramos
  • Nº páginas: 300
  • Materias: Música tradicional y folclórica

 

 

Comparte este contenido