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Por Rose Stone y Juan Antonio Gámez | Fotos  Juan Antonio Gámez

The Damned, una de las estrellas del festival Monkey Week

El festival Monkey Week despierta al Puerto de Santa María de su letargo invernal de la mejor manera posible, llenándolo literalmente de música. Además de los dos escenarios principales, también se programan conciertos en ocho salas de la ciudad, la Bodega de Mora y la Plaza Alfonso X. Esto significa que durante tres días vayas donde vayas estarás inmerso en el universo musical de los monetes.

La previa del festival se inició con Los Hermanos Cubero, su folk & bluegrass fueron totalmente inaudibles en toda su actuación, pues a duras penas el sonido llegaba al público de la primera fila. Afortunadamente el resto de la noche fue un continuo in crescendo: primero con The Legendary Tigerman, Paulo Furtado como one-man-band se basta y sobra para estar en un escenario y satisfacer al público con su rock&blues, poderoso enlazando temas y transitando por los ritmos más ancestrales. Después la Sala Mucho Teatro se tiñó de rojo y de las profundidades de la ciénaga más oscura aparecieron los inconmensurables Guadalupe Plata, flamantes ganadores del premio El Ojo Crítico. Brutales, perfectamente acompasados y consiguiendo un sonido crudo e hipnótico, arrasan por donde van, porque su apuesta es dura y sin artificio, con ritmos directos a las entrañas de sus espectadores.

En esta edición los showcases del viernes y sábado se iniciaban al mediodía, para evitar así mayores solapamientos de grupos con los escenarios principales. Incluso de esta manera, durante las tardes coincidían hasta nueve bandas, lo que obliga a una buena planificación para evitar andar perdido por las calles del Puerto de Santa María. Así pudimos ver a Niño y Pistolaganando la batalla de las bandas organizada por Radio 3, Los News alzándose con el premio Desencaja, y First Breath After Coma, premio nuevo talento FNAC Portugal, ofreciendo un concierto memorable. Los portugueses mostraron su gran capacidad para crear atmósferas instrumentales cada vez más complejas, acompañadas de voces etéreas con instantes de enfurecimiento a golpe de contundentes guitarras.

Y si de contundencia hablamos, pues el lleno a rebosar conseguido por Pelo mono en la terraza del bar Santa María. Es fabuloso ver cómo los sonidos descarnados y primitivos tienen tanta aceptación, con Pedro a la guitarra y al stylophone, y a su lado Antonio percusionando caja, cubo de pintura y maleta, adentrándose en los sonidos más selváticos del surf, blues, R&B y rock&roll.

Durante las siguientes noches, la Sala Mucho Teatro acogió en su primoroso espacio a las bandas cabezas de cartel, pero por lo que se pudo apreciar, intimidó bastante a los técnicos de sonido. Actuaciones brillantes de grupos potentes, se convertían con el paso de los minutos en amalgamas de ruidos que, en ocasiones y conforme transcurría la noche, se hacían casi insufribles. La experimentación de los canarios GAF y la Estrella de la Muerte o la sutileza de los granadinos Aurora pasaban completamente desapercibidas debida a un sonido que nunca terminaba de convencer a nadie.

Entonces salieron al escenario Chucho, con Fernando Alfaro a la cabeza y demostraron que pese a cualquier dificultad técnica y el tiempo transcurrido, sus canciones mantienen la bella poética de la rabia con gotas de amargura. Si a eso le unimos que la reunión del grupo incluye la creación de nuevos temas, es motivo de felicidad más que suficiente para toda la gente deseosa de su «Motor de Perro Negro”.

The Posies recuperaron las formaciones originales para interpretar dos de sus álbumes más relevantes: Frosting on the Beater (1993) y Amazing Disgrace (1996). En aquella época los de Seattle decidieron seguir su propio camino de guitarras poderosas y emocionantes melodías vocales apartándose del rugido que fue el grunge, que arrasaba su ciudad y que probablemente los hubiera fagocitado al poco tiempo. Ver cómo Jon Auer y Ken Stringfellow arrancaban con tanta garra Frosting On The Beater fue emocionante. Despreocupados por el pasado y el futuro, hicieron sentir ese instante sabedores que su repertorio es siempre ganador, porque añaden pasión para divertirse y enardecer al público, como así fue. El tándem funciona a la perfección independientemente quien lleve la voz cantante; si en «Dream All Day«, o «Definite Door» … Auer se luce vocalmente y Stringfellow arremete con la guitarra, en ‘Solar Sister’, «Love Letter Boxes» o «20 Questions» … se cambian las tornas y el resultado sigue siendo igualmente espectacular. The Posies son una máquina totalmente engrasada con un directo arrollador, donde sus dos artífices van cambiando roles de modo natural para fraguar temazos y momentos apoteósicos.

En la última jornada The Cubical tal vez partían con ligera desventaja respecto al resto del cartel al abrir el escenario de Mucho Teatro, pero los de Liverpool no se amilanaron y consiguieron la mejor calidad de sonido en todo el Monkey Week, entusiasmando con sus robustos ritmos de R&R, garage y la aguardientosa voz de bluesman con la que se distingue Dan Wilson.

Lisa and the Lips

Tras ellos, una de las bandas más esperadas Lisa & The Lips,el proyecto de Lisa Kekaula y Bob Vennum que tras The Bellrays comienzan nueva andadura con gente de Diamond Dogs, The Right Ons o The True Loves. Todo un espectáculo de soul rock y R&B poderoso, con la grandiosa voz de Lisa fantásticamente acompañada de guitarras enérgicas y una sección de viento rotunda. Una lástima que todo este prodigio sólo lo disfrutara el público más cercano al escenario, para el resto era una decepcionante maraña de ruido.

¿Y qué decir del privilegio de ver sobre las tablas a The Damned? Tienen ya su nombre con letras mayúsculas en la historia del punk y el rock, con la añadidura de que han conseguido llegar hasta estos días en muy buen estado de forma y con muchas ganas de explayarse y complacer al público. Es verdad que tanto Dave Vanian como Captain Sensible no son los del 76, ni sus espectadores tampoco, pero demuestran con los hechos que se mantienen como una banda recia, solvente y con mucha cuerda todavía. The Damned planteó su concierto a partes iguales con los dos fabulosos LP’s Damned, Damned, Damned (1977)y Machine Gun Etiquette (1979), acompañado con incursiones del Black Album (1980), el EP Friday 13th (1981)y Phantasmagoria (1985). La única pega fue incluir “Eloise”, una canción que los catapultó al éxito masivo, pero totalmente innecesaria y desafortunada dentro de un repertorio legendario. Como el propio Captain Sensible indicaba: «El punk no ha muerto, pero ya huele un poco»

Una vez que The Posies terminaron su doblete interpretando “Amazing Disgrace”, el público abandonó masivamente la sala, dejándola prácticamente vacía. Un lamentable error que no se lo merecían los sevillanos Miraflores, que pese a esta contrariedad descargaron toda la furia de sus canciones a los pocos incondicionales que todavía quedaban a esa hora.

El Monkey Week se afianza año a año como uno de los mejores festivales nacionales, con la complejidad añadida de gestionar una ingente cantidad de escenarios repartidos por todo tipo de localizaciones. Su éxito es tener un extenso cartel con grupos que destacan por su apasionante directo. Esperemos que se corrijan los problemas de sonido en los escenarios principales, y con esto, el festival de El Puerto de Santa María seguirá su camino hacia el gran reconocimiento que tanto se merece.

The Posies hicieron disfrutar el público del Puerto de Santa María

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