Por Marcos Rodríguez Velo
El mercado musical británico siempre ha estado lleno de chicas jóvenes con aspiraciones de ser la próxima estrella pop mundial. Aunque en lo que a pop se refiere, en EE.UU. siempre han estado un paso por delante (sobre todo a nivel de fama mundial y ventas), pero en el periodo 2009-2010, surgieron en el Reino Unido una serie de artistas que estimularon las cosas en las islas británicas. Cantantes como Ellie Goulding, La Roux, Little Boots o Marina and The Diamonds, que, sin ofrecer nada realmente revolucionario, demostraron que existía un lugar para ellas en el mercado, obteniendo de paso buenas críticas.
En el caso de Marina, su combinación de voces contagiosas y letras ingeniosas hizo de su debut un disco notable. Y aún a pesar de esto, Marina se quedó un poco decepcionada al no obtener el éxito a nivel de ventas que ella esperaba. Es por ello que, obstinada como ella sola, se puso a trabajar inmediatamente en el sucesor de The Family Jewels, un nuevo disco con el que superar a su debut en todos los aspectos, pero principalmente el comercial. Tras más de un año de duro trabajo, ahora presenta Electra Heart.
Lo primero que se debe comentar de este disco es que está construido en torno a un concepto un poco pueril. Pueril en el sentido que Electra Heart es el alter ego de Marina, una niña mimada cuya única ambición es lograr el sueño americano. No es que esto convierta al álbum en mejor o peor, pero puede que aclare algunas decisiones que se han tomado en torno al conjunto del disco.
El primer paso hacia la transformación de Marina en Electra Heart, se produjo en agosto del año pasado, cuando se lanzó el video para Fear and Loathing. Marina se corta el pelo y canta sobre las diferentes personas que tiene en su cabeza y cuál de ellas será la que más agrada a la gente. Este cambio de personalidad era sin duda un movimiento arriesgado, pero ha coincido con la aparición de otro “personaje” capaz de hacerle sombra a la nueva Electra Heart. Me refiero a Lana Del Rey y su Nancy Sinatra pandillera.
En lo referente al disco en sí, Marina abre con Bubblegum Bitch y Primadonna, con las que nos introduce inmediatamente en el mundo de Electra Heart, donde la prioridad es obtener la fama a cualquier precio haciendo el mínimo posible. Como ella misma dice en la primera canción, no sabemos si por boca de Electra Heart o de la propia Marina: “Aquí estoy, directa al número uno” (recordemos que The Family Jewels sólo logró escalar hasta el número 5 en las listas británicas). Sin embargo el carácter aparentemente superficial del personaje deja ver en las sucesivas canciones a alguien vulnerable que se pone su máscara de frialdad en su camino hacia el éxito. Temas como Lies, Teen Idle o Fear and Loathing muestran su lado vulnerable, y es en estas canciones donde la destreza como letrista de Marina destaca más.
La parte media de disco es un poco más floja. Marina parece centrarse en cantar canciones más genéricas, quizás bajo recomendación de su sello discográfico, haciendo diluirse por momentos el concepto central del álbum. Las primeras canciones nos llevan a pensar que se trata de un disco electrónico en su totalidad, y cuando aparecen Valley of the Dolls o Hypocrates simplemente parecen fuera de lugar. Lo que había empezado como un golpe encima de la mesa, termina como un quejido. Sin ánimo de desmerecer su calidad, estas canciones quizás habrían funcionado mejor en The Family Jewels, y echando un ojo a los temas incluídos en la versión deluxe como Radioactive o Sex Yeah, esta sensación no hace más que acentuarse.
Lo cierto es que Electra Heart es un disco sólido y coherente, ya que así ha sido concebido desde el principio, pero no deja de tener algunos instantes decepcionantes. Se parece a la historia de ese alter ego, Electra Heart, una historia de victorias y derrotas que quizás recordemos como esa segunda oportunidad desaprovechada por Marina para exhibir todo su potencial. No es un album tan satisfactorio a nivel musical como lo fue su predecesor, pero es una demostración de que Marina es una gran estrella pop sin lugar a dudas y gracias a él, probablemente, alcanzará un mayor éxito que con su debut.
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