ShowTime estrena el documental NOTHING COMPARES sobre la cantautora irlandesa Sinéad O’Connor que saltó a la fama a finales de los 80 con Nothing Compares 2 U. Sin embargo fue su actuación en octubre de 1992 para Saturday Night Live, cuando al protestar contra los abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la Iglesia católica, rompió frente a las cámaras una foto del papa Juan Pablo II y fue la portada con la que abrieron todos los informativos (quedando silenciada la noticia de la pederastia cometida).
Pedisteis la verdad y os la conté
Todos ellos quedarán expuestos
Tienen un caso severo del Traje Nuevo del Emperador.
The Emperor’s New Clothes (I Do Not Want What I Haven’t Got, 1990).

The chrysalis in the garden of horror who transformed her fear into courage and metamorphosed into a brave butterfly (2022) María del Pilar Uribe @kollagekreations
Sinéad Marie Bernadette O’Connor[1] (Dublín, 8 de diciembre de 1966), guitarrista, letrista y cantautora irlandesa, se hizo famosa por su extraordinaria voz mezzosoprano, sus composiciones francas y arriesgadas, y su épica versión del “Nothing Compares 2 U” de Prince.
El documental Nothing Compares que examina su ascenso -y caída- del indeseado Olimpo del pop brilló en el prestigioso Sundance Film Festival, con críticas muy favorables, en la sección Competencia Mundial de Documentales de Cine como uno de los diez documentales internacionales seleccionados; su proyección tuvo lugar el 21 de enero de 2022 en Park City, Utah. El pasado 30 de septiembre, Showtime lo estrenó en exclusiva.
La artista más icónica de los noventa creó un hit televisivo punk, pura performance política, que será recordado por siglos. En Saturday Night Live SNL, el 13 de octubre de 1992 cantó “War” (de Bob Marley & The Wailers), miró desafiante a la cámara y espetó: “Confiamos en la victoria del bien sobre el mal. ¡Luchad contra el verdadero enemigo!” y rompió una foto del Papa Juan Pablo II en protesta contra su sistemático encubrimiento de prácticas pederastas en el seno de la Iglesia Católica que dirigía (“de lo que más orgullosa me siento”, declaró en MTV). La foto pertenecía a su muy católica fallecida madre, Marie, quien abusó de ella y la atormentó desde niña. Pero la cosa no termina ahí: esta talentosísima artista, honesta y rapada fue víctima de abusos por parte de una estructura social heteronormativa que la atacó por raparse el pelo, por tener un hijo a los diecinueve años, por protestar contra una América bélica e imperialista, por hablar de planificación familiar y por juntarse con rastafaris y drag queens. El documental que hoy nos ocupa está plagado de pruebas que harán sonrojar a más de uno, pues más de uno/a quedará expuesto, como en el cuento de Hans Christian Andersen. Este no será un artículo agradable de escribir ni de leer.
Juan Pablo II es el máximo responsable de ignorar los
abusos sexuales a niños en su propia Iglesia.
The New Yorker.
Sinéad tenía razón, pero pagó un altísimo precio por decir lo que nadie hasta entonces se había atrevido: la Iglesia Católica Apostólica y Romana es el mayor anillo de pederastia de la historia (no es una opinión, es un hecho contrastado con miles de casos e investigaciones). El Papa polaco murió y lo canonizaron (en la Plaza Colón de Madrid se edificará una escultura su ‘honor’ de 2,10 metros de alto por 1,50 de ancho)[2]. Sinéad, en cambio, sufrió la primera “cancelación” de la historia. Fue vapuleada, caricaturizada, tildada de histérica, loca, pirada, bruja, caprichosa, borderline, paria, frívola y malfollá. Todo el compendio de la violencia que siempre se ha ejercido sobre las mujeres que expresan su ira. En la cúspide de la fama, con sus emociones tan a flor de piel, es triste presenciar todo ese talento y honestidad estrellarse contra la desinformación y el fanatismo religioso. Sin embargo, este escándalo la liberó de ser una estrella del pop, algo que siempre le incomodó, según sus propias memorias Remembranzas. Escenas de una vida complicada (Kultrum, 2021).
El documental «Nothing Compares» se centra en los primeros años de su carrera (1987 a 1993) y cómo esta implosionó tras su aparición en SNL. No es una hagiografía ni una estrategia para convertirla en mártir; más bien, muestra cómo la agitadora / activista se adelantó décadas a su tiempo al llamar la atención hacia temas tan espinosos como sexismo, machismo, pederastia, racismo, homofobia y xenofobia.
¡Fuego sobre Babilonia! Oh sí, el cambio ha llegado.
Mirad lo que le ha hecho a Su Hijo. ¡Fuego!
Fire on Babylon (Universal Mother, 2003).
Centrándose en las palabras y acciones proféticas de O’Connor, la debutante Kathryn Ferguson hace un retrato ricamente cinematográfico de esta intrépida pionera desde una mirada feminista contemporánea. El metraje incluye vídeos musicales, conciertos, imágenes inéditas y entrevistas de primera mano con colaboradores (clérigos, relaciones públicas, artistas contemporáneos y asociados musicales como Peaches y Chuck D., de Public Enemy) que debaten sobre historia, política y activismo en Irlanda, y reflexionan sobre el arte de O’Connor, hilando hábilmente imágenes históricas de momentos clave de la cultura y la política junto con vídeos caseros personales, reconstrucciones de paisajes oníricos, fascinantes ensayos de su primera banda y entrevistas de televisión. La narrativa está entretejida con una entrevista de la propia O’Connor realizada durante dos días en Dublín a finales de 2019 en la que habla desde una perspectiva actual y revela la educación abusiva que la dejó sintiéndose traicionada tanto por la iglesia (internado An Grianan, los Asilos ‘Lavanderías de la Magdalena[3]) como por la comunidad lo que, en última instancia, la llevó a refugiarse en el poder terapéutico de la música. Y a expresarse. La música «era mi terapia, yo solo quería gritar», su rabia se manifestó en la voz de una formidable sirena guerrera que encontró una familia alternativa en Londres cantando en el Leigh Bowery con cigarrito y lata de Lager en mano.
Revisando más de cien horas de entrevistas, la directora se dio cuenta que Sinead siempre ha sido firme y coherente en su mensaje; nunca se ha contradicho. Ferguson afirma que «O’Connor personifica la valentía de una punk anti-establishment. Se adelantó treinta años a su tiempo, en su detrimento. Creo que deja un legado increíble que inspira a las generaciones más jóvenes de hoy. Necesitamos más Sinéads causando problemas, derribando puertas».
El docu arranca con la actuación de O’Connor en el concierto del 30º aniversario de Bob Dylan en el Madison Square Garden en 1993, dos semanas después de romper la foto del Papa. La multitud la abucheó, Kris Kirstofferson la presentó y se le escucha decir: «no dejes que esos gilipollas te jodan». A partir de aquí, Ferguson se marca un flashback hasta la infancia de O’Connor en Dublín, su educación fracturada y el abuso de su madre, quien la obligaba a robar, a desnudarse y echarse en el suelo de la cocina para pegarle con una ramita sobre los genitales o a vivir en el jardín, entre otros tratos vejatorios. Su madre, víctima de los abusos que la educación religiosa impuso sobre ella, y sobre su madre, y la madre de esta. Y de esa última.
Lo recordaré. Y Dublín bajo la tormenta.
Y estar sentada en el césped, en verano,
intentando mantenerme abrigada.
Troy (The Lion and the Cobra, 1987).
Nothing Compares no trata los acontecimientos posteriores al concierto de Dylan, pero el público sabrá que la posterior lucha por su salud mental ha sido larga y muy dura. El documental reclama los derechos de O’Connor sobre su propia narrativa en una película que termina con orgullo, con la joven cantando a el poema que Bob Marley transformó en reggae, y que ella misma convirtió en punk. La cabeza bien alta.
Se afeitó la cabeza para protestar por los intentos de su discográfica de sexualizarla (la ‘instaron’ a abortar para la promoción de su álbum debut). Se enfrentó a las monjas de An Grianan, al fantasma de su difunta madre, a las monjas, la constitución irlandesa, los premios Grammy, el himno de los Estados Unidos: Frank Sinatra amenazó con «patearle el trasero», un filo-mafioso dando lecciones de moral; la artista asistió disfrazada de ‘manifestante contra sí misma’ con peluca y mascarilla[4]. Se enfrentó a la MTV por censurar los tacos “si los dice un rapero negro, pero no si los dice uno blanco” y se negó a actuar junto al comediante Andrew Dice por sus comentarios misóginos y homófobos[5].
Y su archifamosa, épica, versión de “Nothing Compares 2 U” la enfrentó a Prince, con quien tuvo un violento encuentro que terminó con el hombre (en coche) persiguiendo a la mujer (a pie) corriendo calle abajo.[6] Aunque, de no ser por O’Connor, la canción no se hubiese convertido en LA balada de los noventa,[7] muchos purple fans la odian, pues creen que el señorito de Minneapolis debió ser alumbrado por la santísima virgen María, incapaz de fallar en sus relaciones personales, cuando el trato que dio a su esposa tras la muerte de su primer bebé fue una cabronada, su actitud egoísta para con George Clinton le jodió una nominación a un Grammy[8], y su displicencia para con Janet Jackson y Quincy Jones están más que documentadas. En fin…
Si la esposa de CR7 y la hija de la Preysler tienen su propio documental,
(mujeres que no han contribuido en nada a la cultura)
¿por qué no iba a tenerlo esta Juana de Arco post-moderna?
La historia de la famosa foto
Septiembre de 1992, Times Square, Nueva York. Una apisonadora pasó por encima de un montón de CDs y vinilos de Sinéad O’Connor mientras los espectadores vitoreaban y los periodistas filmaban la protesta. Hoy, un edificio en Times Square luce una enorme foto de su famosa cabeza afeitada. Justicia poética.
O’Connor contó a la revista irlandesa Hot Press: «Cuando los Boomtown Rats alcanzaron el No.1 en Inglaterra con «Rat Trap», Bob Geldof fue a Top of The Pops y rompió una foto de John Travolta y Olivia Newton-John, los No.1 semanas antes. Yo pensé: ¡Sí, joder! ¿Qué pasaría si alguien rompiera una foto del Papa? Jesús, ¡me encantaría verlo!”
Y Sinéad dio el paso. Cantó “War”, sacó la foto y la rompió en pedazos. El público del estudio hizo un silencio gélido y las consecuencias no se hicieron esperar: amenazas de muerte, boicots de radio, el New York Daily News la llamó «terror sagrado», estudiantes de la Universidad Católica de Notre Dame pidieron a NBC que se disculpara por retransmitir tal “acto de intolerancia religiosa”, Joe Pesci rompió una foto de Sinéad y dijo que le habría dado «una buena hostia», la supuesta feminista Camille Paglia bramó: «en este caso, el abuso infantil sí estaría justificado”, el crítico del The Telegraph, Neil McCormick, la tildó «loca en el ático del pop», Madonna se copió y rompió bobamente una foto de Joey Buttafuoco,[9] banalizando a Sinéad. Todo el mundo se partía de risa. La cantautora tenía solo 23, 24 años pero el ciudadano/a de Estados Unidos no podía aceptarla. O’Connor defendió sus actos y escribió una poderosa carta en la que vinculó los abusos que experimentó a la influencia ejercida por la Iglesia Católica a las madres de Irlanda.
Debemos saber lo que nos han hecho para poder perdonar y ser libres. Si callo la verdad, toda la brutalidad en la que crecí continuará para miles de niños irlandeses. Tengo que evitar por todos los medios, y SIN usar la violencia, que algo así suceda porque soy cristiana. La Iglesia Católica nos ha controlado porque ha controlado la educación; a través de sus prédicas sobre sexualidad, matrimonio, control de la natalidad y aborto.
También tuvo que publicar una declaración en el Irish Examiner suplicando a los medios irlandeses que la dejaran en paz: «Se ha convertido en un pasatiempo nacional tratarme de puta loca». Sinéad se recluyó en su arte, estudió Bel Canto con Frank Merryman y publicó el mejor disco de su carrea al año siguiente.
El efecto Sinéad en el mundo
El debate sobre pederastia comenzó a permear la cultura popular. Siete años más tarde, en 1999 se emitió el documental de Mary Raftery, States of Fear, sobre la Iglesia irlandesa. Nueve años después, Juan Pablo II reconoció los abusos sexuales dentro de su Iglesia. Una década más tarde, el Boston Globe publicó su investigación ‘Spotlight’ sobre los abusos perpetrados a más de 600 infantes (algunos casos, niñas sordomudas) por miembros de la archidiócesis de Boston, lo que inspiró Spotlight (Tom McCarthy, 2015) ganadora de dos Oscars (Mejor película y Mejor guion original). Veinte años después, un amplio informe sobre la Iglesia francesa sacó a la luz más podredumbre: 216.000 menores habrían sido abusados desde 1950. Y suma y sigue.
Juan Pablo II ignoró el abuso sexual a más de dos mil chicos.
Bojan Pancevski, Sunday Times, 2010.
Benedicto XVI cometió falso testimonio en una investigación sobre abusos sexuales. Muchos católicos están decepcionados
y exigen una admisión de culpa.
Sabine Kinkartz y Bettina Marx, DW.com, 2022.
Las demandas han sido puestas también contra la jerarquía católica, que en muchas ocasiones obstaculizó las investigaciones, además de no reportar y encubrir a los sacerdotes pederastas, trasladándolos de parroquia para evitar su detención y juicio. El Papa Benedicto XVI, condenó los abusos y reconoció los casos, pero impulsó la canonización de Juan Pablo II, un insulto para las miles de víctimas. El Papa Francisco dijo que se necesita urgentemente que los culpables rindan cuentas, no solo los que cometieron esos crímenes, sino también aquellos que los cubrieron “por el bien de Irlanda, Estados Unidos, Chile y también para el resto de fieles que conforman el pueblo de Dios”. Tampoco mencionó a Juan Pablo II.
El efecto del mundo sobre Sinéad
Las consecuencias que un rechazo tan injusto, masivo y prolongado en el tiempo tienen sobre la psique no es un asunto a tratar banalmente. La hermosa compositora no ha tenido una vida fácil. O’Connor es agorafóbica, fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático complejo y trastorno borderline. En agosto de 2015, se sometió a una histerectomía tras sufrir problemas ginecológicos durante tres años.[10] En enero de este año, Yoshua, su tercer hijo se suicidó a los 17 años colgándose de un árbol al sur de Dublín, tras escapar del hospital estatal donde estaba recluido por problemas psicológicos. «Mi hermoso hijo, luz de mi vida, decidió poner fin a su lucha terrenal hoy y ahora está con Dios. Mi bebé: te amo muchísimo. Por favor, queda en paz. Que Dios perdone al Estado irlandés porque yo nunca lo haré”, tuiteó.
¿Quién es Sinéad O’Connor?
Dos de los sambenitos que se le han colgado son: que solo se la conoce por “Nothing Compares 2 U” y que nadie en la escena musical la aguanta.
Veamos. ¿Una one-hit wonder? ¿Tienen los artistas que parir siempre éxitos? ¿No pueden simplemente hacer música de calidad, honesta, sin tener que reinar en listas de éxitos o sin gustar a la mayor cantidad de desconocidos posible? Sinéad siempre ha explicado por qué llegar al Nº1 con su álbum de 1990 fue lo que descarriló su carrera. Su catálogo es impecable. En sus memorias, no se cansa de repetir lo orgullosa que está de toda la música que ha compuesto. Y bien puede estarlo. Kathryn Ferguson confiesa que “lo que admiro de ella es que es optimista y confía en sí misma después todo, y grabó nueve álbumes aclamados por la crítica. Sí, puede que no sean para el consumo masivo, pero hace música que ama.
Sinead afirma que todos sus álbumes son diarios, excepto el último, al que considera el primero. “Para mí, componer es un proceso que sucede en mi interior. Las canciones se me aparecen cuando hago tareas domésticas”.[11] Quienes deseen bucear en su obra se encontrarán con una variedad y calidad excepcionales. The Lion and The Cobra (1987), su diario de alma punk, escrito a los 15-17 años; I Do Not Want What I Haven’t Got (1990), su consagración global, un trabajo que refleja su creencia en el mundo de los espíritus porque “la muerte no existe”; Am I Not Your Girl? (1992) su álbum de versiones, o cortina de humo para grabar el disco que de verdad quería, alejado de las “putas expectativas del mundo pop”; Universal Mother (1994) su diario de los arquetipo Madre y Guerrera, su experiencia bel canto, el liberador de su voz, y el único para el que ha dibujado una portada; Gospel Oak (1997), el EP que “brotó del subconsciente” tras sesiones con el psiquiatra Morton Schatzman; Faith and Courage (2000) su álbum pop con tono sanador tras un intento de suicidio; Sean-Nós Sua (2002) su diario folk irlandés grabado en lugares fantasmagóricos, repleto de hermosísimos cantos tradicionales que brillan en su garganta irlandesa; Throw Down Your Arms (2005) su diario religioso-Rastafari reggae, grabado en Jamaica con Sly Dumbar y Robbie Shakespeare, todos fumaos; Theology (2007) o el disco que quiere llevarse al cielo para que Dios la perdone “por la mierda de persona que soy”, un precioso disco con letras sacadas de las mismísimas Sagradas Escrituras; How About I Be Me (And You Be You? (2012) inspirado en guiones de películas, un peldaño para “ascender a un lugar donde me liberaba de todas mis mierdas”.
Y, finalmente, I’m Not Bossy, I’m the Boss (2014) o la búsqueda del romance, inspirado en una frase de Beyoncé, con canciones preciosas de las que dice “estoy muy muy orgullosa”.[12] En 2022, tiene planeado lanzar el que será su álbum de despedida No Veteran Dies Alone, título inspirado en un tal Sr. X, paciente del Hospital de la Administración de Veteranos de Chicago, un señor “bajos cuyas pestañas parece adivinarse la presencia de lecho fluviales por todo lo que lloró cuando su hijo se suicidó años atrás”.[13] De este álbum ya ha compartido “The Trouble of the World” una versión de Mahalia Jackson (todas las ganancias donadas al Black Lives Matter) y “Milestone” (demo) obsequiada con el Irish Sun.
Sinéad no es ninguna intérprete aislada de la escena musical. La lista de artistas que la han invitado a cantar en sus proyectos es interminable. Su voz es protagonista en un muy recomendable disco de los Massive Attack (100th Window), y también ha acompañado a músicos casi todos de la escena indie como Asian Dub Foundation, Enya, Bomb the Bass, Ghostland, Jah Wobble’s Invaders of the Heart, AfroCelt Sound System, The Blockheads, The The, U2, Kate Bush, Mary J. Blige, Bono, Feargal Sharkey, Zucchero, Republic of Loose, The Wolfmen, Danny O’Reilly, Ian Brown, Ghostland, Shane McGowan, The Housemartins, MC Lyte, Peter Gabriel, Conjure One, Moby, Aslan, Damien Dempsey, The Chieftains, Natasha Atlas, Elton John, The Edge, The Colorfield, Terry Hall, John Grant y Tim Rice. En los últimos 5 años, series como El joven Sheldon, Peaky Blinders, Euphoria, Pose, Crónicas Vampíricas, Misfits o Queen Victory han utilizado su música. Olivia Rodrigo, Sydrey Sweeny, Fontaines, Billie Eilish o Megan the Stallion la mencionan muy a menudo como su heroína.
Su gente, hoy, la admira y respeta. La directora Ferguson asistió recientemente a una proyección de “Nothing Compares” en Galway, en la costa oeste de Irlanda. «Estaba aterrorizada, la espectadora más joven tenía 14 años, el mayor 98. Llegamos a la escena de Saturday Night Live y toda la sala se puso de pie y comenzó a animar a Sinéad. Me eché a llorar».
Un cuarto de siglo después, O’Connor ha sido ampliamente reivindicada. Mirando hacia atrás, para las nuevas generaciones es difícil ver por qué fueron tan controvertidas sus declaraciones. De hecho, su protesta resulta razonable a la luz de los hechos y datos de los que ahora disponemos. Y ese es el ADN de este documental. “Lo interesante es que creó una ruptura que ha resonado desde entonces, para tantos jóvenes activistas, mujeres y comunidades que lo necesitábamos” concluye la directora del documental.
Sinéad vive en una casa en el campo, fuma marihuana y busca a Dios en las escrituras del Corán. Actualmente, un mural en el centro de Dublín dice: «Sinéad, siempre tuviste razón. Lo sentimos muchísimo”.
Intentaron enterrarme, pero no sabían que soy una semilla.
Sinéad O’Connor
(Activistas en apoyo de los cuarenta y tres estudiantes desaparecidos en Iguala, Méjico, 2013).
Ficha Técnica
- Directora: Kathryn Ferguson
- Guionistas: Eleanor Emptage, Kathryn Ferguson, Michael Mallie
- Productoras: Charlotte Cook, Eleanor Emptage, Michael Mallie, Lesley McKimm, Lucy Pullin, John Reynolds y Lisa Marie Russo
- Música: Irene Buckley
- Cinematografía: Luke Jacobs
- Edición: Mick Mahon
- Clasificación: Para adultos
- Duración: 95 minutos
[1] En 2017 cambió su nombre a Magda Davitt y en 2018, tras convertirse al islam, pasó a llamarse Shuhada’ Davitt.
[2] Autorizada por el alcalde José Luis Martínez Almeida, el mismo que retiró dos placas con citas del poeta Miguel Hernández y las Trece Rosas de un memorial para las víctimas del franquismo.
[3] Instituciones normalmente administradas por órdenes católicas, que operaron entre el Siglo XVIII y mediados Siglo XX. Su misión aparente era albergar a «mujeres caídas,» de las cuales se estima que unas treinta mil fueron confinadas en estas instituciones en Irlanda.
[4] La foto se incluyó en la página 220 de sus memorias, Remembranzas. Escenas de una vida complicada.
[5] El señor le respondió en su programa así: “mira calva: ponte una bolsa de papel en la cabeza y chúpamela”.
[6] O’Connor, Sinéad. (2021) Remembranzas. Escenas de una vida complicada. Kultrum.
[7] Los herederos de Prince negaron los derechos de reproducción de ‘Nothing Compares 2U” por “respetar su memoria”. Doble moral: Prince jamás permitió la venta de alcohol en su casa-estudio y hoy Paisley Park es todo un chiringuito.
[8] Por samplear “If I Was Your Girlfriend en “Heaven”, del álbum George Clinton & His Gangsters of Love. Clinton, George (2014). Brothas Be, Yo Like George, Ain’t That Funkin’ Kinda Hard on You? Atria Books, p: 335.
[9] Buttafuoco es el supuesto amante de Amy Fisher, la adolescente de Long Island que le disparó a la esposa de Buttafuoco. Madonna fue acusada de ‘envidiosa profesional’.
[10] O’Connor más tarde culparía a la negativa del hospital a administrar terapia de reemplazo hormonal después de la operación como la razón principal de sus problemas de salud mental en los años siguientes.
[11] O’Connor, Sinéad. (2021). Op. cit., p: 259.
[12] Todas las citas de este párrafo fueron extraídas de la tercera parte de su libro de memorias, p: 227 a 262.
[13] O’Connor, Sinéad. (2021). Op. cit., p: 262.
Sinead una de las pocas que le ha gritado en la cara la verdadera intención de la religión católica en el mundo, mantener dormida a la gente sin que sepan las porquerías que practican xon el abuso a menores de edad, bravo por ella
Extraordinario artículo! Muy bien documentado. Felicitaciones al autor 💯👍🏼
Comentario valiente y atinado sobre la figura de Sinèad O’Connor. Puede no gustarte su música o incluso desagradarte a veces si comportamiento, pero de lo que no cabe duda es que ha sabido defender su verdad.
Brutal el artículo!!! La información que das, los detalles, aspectos que nunca llegaron a saberse, esa manera de ver la vida desde su perspectiva… puede parecerte mala, buena, gran profesional o lo contrario, que está loca, que su problema es estar demasiado cuerda y ver lo que los demás no somos capaces de ver, lo que quieras, que para eso todo el mundo tiene su particular opinión, pero es cierto que los hechos hablan, que hay que conocer el contexto irlandés en el que se crió, y que el episodio de Prince duela más de la cuenta, todo puede estar permitido, pero el artículo es impecable, perfecto diría yo, porque cumple una misión, que es colocarla en un lugar en el mundo, demostrar compasión por alguien que está enferma, y sobre todo ser consciente del bullying a nivel mundial que casi se la lleva al otro barrio… La Salud mental en el punto de mira, en el centro de todo, en la efectividad del buen trato entre los seres humanos, duela más o menos algunas de las cosas que describes, BRAVO!!!!
Excelente resumen de la vida de una persona que se atrevió a expresarse públicamente y que fue señalada por esta sociedad aparente… “ Necesitamos más Sinéads causando problemas, derribando puertas”, sabías palabras para que cada vez sean menos las personas cegadas por la religión, política, materialismo y delirios de grandeza…
Un gran artículo, es muy clarificador y con mucha muy buena información sobre ésta cantante irrepetible. El mundo de la música de todas las épocas está lleno de historias de músicos que tuvieron en ella su terapia personal, su salida vital a situaciones de todo tipo, de almas solitarias y personas rotas por mil causas, de abusos sufridos, de la esclavitud, de las fobias de una sociedad hipócrita que te señala con el dedo por denunciar una verdad y te demoniza, mientras sus «pecados» son peores y más inconfesables, como los que denunció con aquella foto Sinead. Hoy en dia, todos sabemos que lo que ella denunciaba ocurrió y sigue ocurriendo, ocultado a los ojos de la ley por gente de falsa moral, que se dice creyente en Dios. Lo que la industria de la música le hizo al darle la espalda fue un error, dejaron de lado a una de las cantantes más genuinas y comprometidas que han existido.
Bravo gran artículo 🙏🏻💜
«Sinead, you were right all along. We were wrong, So sorry » (Mural en Dublin).
Incluso hoy, 30 años después, este mundo zoquete aún no está preparado para que una guerrera como ella le rompa la cruda verdad en su tardo rostro.
Un artículo informativo y bien documentado, ante todo justicia para pedazo de artista.
Un artículo muy completo, con información muy interesante y muy bien redactado
Es increible lo que puede surgir de la combinación de una chica que ha tenido que sobrevivir al abuso desde su hogar, y al rechazo inicial de su contenido musical. Alguien desde esa perspectiva tiene mucho que decirle al mundo. Excelente articulo.
Estupendo artículo. Hace justicia a la machacada figura de O’Connor. Muchas ganas de ver el documental.
Autora muy desconocida para mí, excepto por su gran éxito de Prince. El artículo ofrece mucha información y me deja con ganas de saber más. Deseando ver el documental.
¡Magnífico artículo! Necesario para hacer un mínimo de justicia a la figura Sinéad O’Connor.
¡Gracias!
Grande Marcelo!! Tu mejor articulo. Reivindicando una grande de la música y cultura popular.