Cartas desde Nueva York
Por Sergio Rozalén
Casting call. Audición. Nervios…o no: una más. Pero de repente, sí: callback, sides, oferta y ensayos. A velocidad de vértigo se monta la producción, se entretejen magistralmente verso y slang, se derriban los prejuicios, se formula el hechizo. Aaaaaaand, lights! Aplauso.
A veces uno persigue feroz y denodadamente el camino que cree que le va a hacer más feliz en su vida: haciendo planes, adquiriendo formación, poniendo alarmas, haciendo listas de pros y contras…y otras uno cae en la cuenta de que está muy cerca de ser feliz sin haberlo planeado, tras haberse rendido a un instinto al que de algún modo sabía que tenía que ser fiel.
Del primer modo persigue el hombre (racional) sus objetivos; lo segundo sucede cuando nos rendimos a la voluntad de Dios, cuando tenemos la humildad y valentía suficiente para estar por encima de las etiquetas conceptuales y recordar qué es lo que nos guía, cuáles son nuestros sellos de identidad (o, como pregunta en cada ensayo el director de “Othello, The Panther”, Rajendra Ramoon Maharaj, “What do you stand for?”). Así opera también la pantera, guiándose por su instinto. Del primer modo fui a dar en esta magnífica adaptación del clásico de Shakespeare, y del segundo me quedé en ella.
“Othello, The Panther” traslada la trama clásica a los eventos que en 1982 en Oakland llevaron a la disolución oficial del Partido de las Panteras Negras de Autodefensa. La obra ha sido co-adaptada por Rajendra Ramoon Maharaj y Jonas Earl Goslow, quien además interpreta con una técnica tan formidable como invisible a uno de mis villanos teatrales favoritos: Iago. Kena Anae coge a Otelo por los cuernos y vaya si lo torea con maestría. Mi admiración va también por supuesto al resto de principales, impecables cada uno en su papel1. Mención especial merece Nathaniel Ryan, en su papel de Casio, como ejemplo de profesional que se supera en cada ensayo y humildemente entrega al público los frutos de ese durísimo trabajo. ¿Y tú qué haces, chata? os preguntaréis…yo soy parte del ensemble y suplente de Isabella, la madre de Desdémona (padre en la tragedia de Shakespeare). “Othello, The Panther” se puede ver, por el momento, de jueves a domingo hasta el 23 de febrero en el histórico Nuyorican Poets Café en el Lower East Side neoyorquino (www.nuyorican.org) y digo por el momento porque tengo la certeza de que no será la última vez que esta obra se lleve a escena.
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