More – La Reafirmación de Pulp. Veinticuatro años después de su último disco, Pulp no regresa por necesidad ni por nostalgia, sino por algo más profundo: una urgencia vital.
More, así, sin florituras ni dobles sentidos, no es sólo un retorno, sino una reafirmación que no es redundante ni complaciente, sino una que cobra sentido porque llega desde otra edad, con ironía más templada, con un deseo más consciente, con palabras que ya no buscan deslumbrar, sino quedarse. Algo no muy distinto podríamos haber dicho de We Love Life (2001), pero pasó de puntillas por su momento porque nadie esperaba que Pulp aún tuviera algo más que decir. Y cuando lo dijo, lo hizo con una voz más amable, más madura, menos mediática. La falta de promoción tampoco ayudó, pero el tiempo acabó poniéndolo en su sitio: por su elegancia, su lirismo contenido y su belleza discreta. Hasta aquí, la necesaria defensa de We Love Life.
En More, vuelven las obsesiones de siempre: la clase, el deseo, la vergüenza, las aspiraciones truncadas. Como en sus mejores álbumes, lo grotesco y lo sublime conviven en la misma línea. También lo hacen el pasado y el presente. “Tina” es una reflexión mordaz y nostálgica sobre un amor que nunca fue; “Background Noise”, un retrato preciso del amor que se va sin decir adiós; y “My Sex”, una confesión cruda, incómoda y hermosa sobre el deseo en su ocaso. Como en Dylan, Cohen o Cave, no hace falta entender del todo de qué hablan las canciones para que duelan o conmuevan. Pero cuando se descifran, el impacto se multiplica. More emociona por su madurez musical pero también por su lirismo vivido, y ahora más que nunca, sentido.
En lo musical, no hay reinvención que valga: la única revolución aquí es seguir siendo Pulp. El disco se mueve entre el pop inmediato de “Spike Island” o “Got to Have Love” y las baladas herrumbrosas de crooner que esbozan “Grown Ups”. Más próximo a We Love Life están la solemnidad y dramatismo orquestal de “The Hymn of the North”. Aparentemente liviano, More es de esos discos que no hacen ruido, pero se quedan contigo. James Ford (Arctic Monkeys) actualiza el sonido del grupo con tacto, sin traicionar su esencia: arreglos de cuerdas, groove bailón donde toca, y una producción que suena a revival, o más bien demuestra que el revival ya es parte del presente.
More no pretende conquistar nuevos públicos. Y no lo necesita. Para quienes vivieron la gloria de Different Class, el descenso sombrío de This Is Hardcore o el canto del cisne infravalorado de We Love Life, esto es un regalo inesperado. Un testamento emocional. Una vuelta al centro del escenario con letras de neón, melodías que envuelven y una voz que sigue sabiendo dónde duele. Y dónde no.
Continuista en esencia, More demuestra que Pulp no ha vuelto por inercia, sino con propósito. Y, una vez más, ha vuelto a acertar.
1. Spike Island
2. Tina
3. Grown Ups
4. Slow Jam
5. Farmers Market
6. My Sex
7. Got to Have Love
8. Background Noise
9. Partial Eclipse 1
0. The Hymn of the North
11. A Sunset