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Por Jacobo Vázquez

Sr.-Chinarro-Enhorabuena-a-los-cuatro

La incontinencia creativa de Antonio Luque parece no tener fin. Apenas un año después de editar el doble álbum “¡Menos Samba!”,el sevillano acude puntualmente a la cita anual a la que ya nos tiene acostumbrados con su sexto disco en ocho años. Algo que no debería sorprender a nadie, ya que durante la promoción de aquel álbum ya anunciaba que tenía listas las nuevas canciones que han acabado conformando “Enhorabuena A Los Cuatro”. Para la grabación se ha rodeado de amigos y compañeros del panorama indie patrio como Zahara, Anni B. Sweet y componentes de La Habitación Roja, Tachenko o Ellos, lo que se ha traducido en una mayor urgencia y espontaneidad en las canciones. Pero a pesar de estas colaboraciones el disco sigue impregnado del característico sonido de Sr. Chinarro. Al menos del Sr. Chinarro reciente. Y es que desde que Antonio abandonó Acuarela -el sello musical que editó sus álbumes desde 1993 hasta 2003- y se mudó primero a BMG y luego a Mushroom Pillow, sus canciones han cambiado el trasfondo trágico y oscuro por una iluminación pop más propia de las latitudes en las que se crió. Los fans de aquella primera época todavía ponen el grito en el cielo con cada nuevo disco del andaluz, pero es indudable que el cambio le ha granjeado una nueva legión de fans.

A partir de ese punto de inflexión, los guiños al folclore propio de Andalucía se han hecho más evidentes y no porque haya procurado conjugar  flamenco y rock, tradición y modernidad, como Los Planetas en sus últimos álbumes o como Lagartija Nick cuando se asociaron con Enrique Morente. Simplemente la luz y el calor característicos del sur de España han entrado a formar parte de sus canciones. Si bien “El Destino Turístico” o “Rechace Imitaciones”, todavía contienen rasgos siniestros de su primera etapa, la luminosidad es ahora parte fundamental de sus composiciones. También es innegable que la mayor virtud de las canciones de Sr. Chinarro reside en las letras y él vuelve a demostrar por qué. Descripciones minuciosas, costumbristas, menos crípticas que antaño, en la tradición de los escritores nacidos en el sur. Letras ligeras, bañadas en humor e ironía y con referencias aparentemente imposibles, que transmiten la sensación de haber sido escritas en una terraza viendo gente pasar sin más preocupación que dejar transcurrir las horas sin sobresaltos. Dejando de lado el tono social y político que caracteriza muchos de los temas de “¡Menos Samba!”, las letras ahondan de nuevo en las relaciones de pareja, en el amor platónico y paródico -”La Buena”, quizás la mejor canción del álbum-, y el sexo y la pasión -”Mañana, tarde y noche”, “Tu Amigo Especial”-, siempre retorciendo palabras, frases hechas y significados bajo su atenta mirada de observador impredecible.

No es un disco rupturista, pero nadie debería esperar algo así a estas alturas. Y menos cuando Sr. Chinarro ha logrado crear una especie de subgénero propio en la música nacional. Unas letras inimitables encerradas dentro de unas canciones soleadas y pegadizas que lo mantienen como un referente para el indie veinte años después de su debut.

@jvgalan

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