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Dadme sangre

Dadme sangre

Por Ainize Salaberri Cuando Kafka comenzó a escribir su diario, cuando en esa tarde o mañana —quizás noche, pues imagino a Kafka como un animal nocturno— cogió un par de hojas y comenzó a escribir su desazón con el mundo, dudo mucho que él, necesitado de dejar por...