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Los próximos 12 y 13 de enero se representará en el Teatro Central (Sevilla), The Sacrifice, de Dada Masilo. Una oportunidad excepcional para ver a esta innovadora coreógrafa y bailarina sudafricana de renombre mundial.

 

Dada Masilo nació en 1985 y creció en el barrio de Soweto. Estudió danza clásica y contemporánea en Sudáfrica y después estudió dos años en Bruselas formándose en la prestigiosa escuela PARTS, fundada por la coreógrafa Anne Teresa DeKeersmaeker. Combinando su formación con las tradiciones de la danza africana, Masilo creó un estilo único que ha cautivado al público con reelaboraciones de grandes clásicos del repertorio de la danza occidental. Ella fundó su propia compañía en 2008 y se convirtió en una celebridad en Sudáfrica, poco después se convirtió en una estrella en la escena internacional. Dada ha creado decenas de coreografías y ha sido reconocida con importantes galardones y reconocimientos.

Lo primero que pienso cuando yo me encuentro con este tipo de presentaciones, es el plantearme el qué de cosas no nos llegan por desconocer un más allá de nuestra realidad más inmediata, o el por qué hay creadores que por razones, netamente contingentes,  nos “suenan”  más que otros. Lejos de volver a la premisa de que nuestras vidas no alcanzan para si quiera a aproximarnos a la totalidad de las cosas que formarían parte de aquello que más nos mueve (como en este caso puede ser la danza); pues, prefiero asumir que nuestro paso por este mundo se limita a “un paseo”, en el que como mucho, nos podemos orientar de lo que hay en el mismo.

 

Dicho lo anterior, casi mejor partir de la base de que lo que conocemos hasta ahora es una suerte de “introducción” a lo que fuere que nos podamos encontrar en vida, porque nunca estamos del todo preparados para lo que nos deparará el futuro. Lo último lo digo más que nada porque tengo la intuición de que The Sacrifice de Dada Masilo, nos inducirá a “reaprender” el cómo abordar otro gran clásico de nuestra cultura occidental. Y no porque ella esté desde un lugar más “elevado”, sino, básicamente, porque su trayectoria personal y profesional le ha posibilitado conocer cosas a las que muchos de nosotros apenas hemos tenido acceso (y viceversa).

Por tanto, siempre tomar referencias universales (como en este caso es La Consagración de la Primavera de Stravinsky , y lo que ha se hecho con esta pieza musical a lo largo de la historia), nos pueden valer como un punto de encuentro del cual se bifurcarán caminos, hacia las cimas a las cuales cada uno se encomienda. Para así consumar del todo el diálogo entre personas, colectivos, etc…. Sin más que añadir, les dejo un adelanto de la obra.

Con The Sacrifice, Dada Masilo, ella y sus bailarines se comprometen con el estudio de la danza Tswana. No sólo con su danza, sino también con sus rituales. Este tipo de danza es oriunda de Bostwana y es única, rítmica y expresiva; y es usada a veces para contar historias y sanar.

Todo aquel que la ve coincide en afirmar que es un fenómeno único. Una mujer completamente fiel a sí misma. Dada Masilo llena con su presencia el escenario vacío al completo. Se trata de un personaje, al que da vida con expresivos movimientos de brazos y no necesita a nadie más a su lado. Una mujer que nunca se convertirá en una víctima.

La coreógrafa nacida en Soweto, que interpreta aquí el papel principal, usa La consagración de la primavera sólo como un primer estrato para su Sacrificio; Stravinsky es incluso menos que una cuestión secundaria en este caso. Se dice que se inspiró en La consagración de la primavera de Pina Bausch. Sin embargo, no se trata de la construcción de género. Tampoco, como Masilo dice, de que una mujer simplemente baile hasta morir.

 

The Sacrifice de Dada Masilo, o cómo repensar cuál es nuestro lugar en el mundo

 

 

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