Ximena Sariñana estrena No es igual y presenta su gira Existencia Kamikaze el jueves 2 de octubre en el Paral·lel 62 de Barcelona y el viernes 3 en el Teatro Eslava de Madrid.
Ximena Sariñana es una artista que prefiere el susurro para hacerse oír con su música que se desliza y se filtra. Su nueva etapa artística —representada por No es igual, el más reciente adelanto de su próximo EP Las Cosas Simples— confirma que la fuerza también puede ser sutil.
Esta vez, la cantautora mexicana apuesta por una estética contenida, más emocional que efectista. No es igual —compuesta junto a Nate Campany, Christopher Jones y Marcos Andersson, y producida por el colombiano Juan Pablo Vega— es una canción que no necesita de un gran clímax para dejar huella. Ahí radica su belleza: en lo que calla, en lo que sugiere.
No es igual es una canción muy personal que retoma un tema que ya he explorado antes: la lucha por aceptarme tal como soy, con todo y mis fallas, especialmente cuando estás con alguien que te hace sentir que no encajas.
Es una búsqueda sonora influenciada por el folk americano, con un enfoque muy especial en las letras y en la metáfora como vehículo para transmitir emociones.
Sariñana viene de Rompe (2023), un EP donde se permitió explorar una faceta más rítmica, más eléctrica. Lo nuevo, en cambio, se desmarca sin renegar de lo anterior. Su próximo trabajo, Las Cosas Simples, parece abrazar el minimalismo como forma de introspección. La primera pista la dio con Viendo vernos, una colaboración con Caloncho que juega con la nostalgia sin caer en la melancolía. Ambos temas funcionan como puertas de entrada a un espacio más íntimo, casi doméstico, donde la complejidad emocional se traduce en arreglos delicados y letras contenidas.
Su nueva gira internacional, Existencia Kamikaze, la traerá de regreso a España en dos fechas muy esperadas: el 2 de octubre en el Paral·lel 62 de Barcelona y el 3 en el Teatro Eslava de Madrid. El título del tour sugiere una entrega total, una especie de renuncia controlada que contrasta —de manera interesante— con el tono introspectivo del nuevo material. Quizá la clave esté ahí: en entender que una existencia kamikaze no siempre es sinónimo de ruido, sino de intensidad emocional sostenida.
Con más de 15 años de trayectoria, Ximena ha logrado algo poco frecuente: crecer sin disfrazarse. Desde Mediocre (2008), su álbum debut, ha transitado por distintos géneros y colaboraciones sin perder una voz propia. No una voz en el sentido vocal (que también), sino una forma de mirar el mundo desde lo musical. En tiempos donde la autenticidad muchas veces se fabrica en masa, lo suyo parece provenir de otro lugar.
Las Cosas Simples es una declaración: a veces, lo más simple es también lo más difícil de hacer bien.