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Diez años han sido suficientes para confirmar a Nos Alive como uno de los grandes festivales de referencia, colgando el cartel de SoldOut y programando en la primera jornada entre otros a Vintage Trouble, Robert Plant & The Sensational Space Shifters y The Chemical Brothers

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Vintage Trouble – Foto: Hugo Macedo

Nos grita Ty Taylor vocalista de Vintage Trouble desde detrás del escenario si estamos preparados para verlos, y a ciencia cierta que nos sentimos listos para presenciar a una de las bandas más interesantes de la jornada. Cantante con impecable traje de color crema, Richard Danielson a la batería con camisa blanca de chorreras, chaleco negro, corbata de lazo y manguitos como los crupiers del Misisipi. Junto a ellos Nalle Colt y Rick Barrio Dill, lucen elegantes trajes retros con sombreros porkpie y chicago.

El sonido no es todo lo bueno que debería, pues bajo y batería eliminan al guitarra y diluyen el vozarrón del cantante por más que este se esfuerce. Hay momentos donde la voz desaparece hundida en las notas del pedal de bombo que satura excesivamente el resultado final. Ty Taylor ajeno a estas circunstancias sigue deleitándonos con un soul-sexy en constante diálogo con el público, llenándonos de pasión, sudor, alma y movimientos de pelvis adelante y atrás, con reminiscencias de Tom Jones.

Después de los trágicos sucesos vividos en EEUU, con decenas de muertos, Vintage Trouble reivindican la diversidad como solución para erradicar los problemas que asolan el mundo. En California al anochecer tienen la costumbre de tocar tambores y percusión para desahogarse y ellos van a hacer lo mismo aquí. Ty Taylor es un espectáculo encima del escenario, si él y Nalle Colt hubieran tenido más presencia, el resultado sería espléndido, en lugar de dejarnos un sabor agridulce.

Micrófono en mano Ty Taylor atraviesa por en medio del público cantando Run Like the River hasta llegar a la mesa de sonido, después de subir a la barrera, arenga a todo el mundo y se lanza sobre la multitud que lo lleva en volandas de vuelta al escenario, donde sigue cantando subido junto a la primera fila y el público enloquece.

Tras la brutal descarga de soul, blues, rock y R&B despedimos a los californianos entre vítores y nos da tiempo de escuchar los últimos temas de Biffy Clyro dándolo todo en el palco principal. Una pena la coincidencia de horarios de estas dos bandas.

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Robert Plant & The Sensational Space Shifters – Foto: Arlindo Camacho

Este pequeño disgusto termina muy pronto, porque señoras y señores sobre las tablas aparece Mr. Robert Plant & The Sensational Space Shifters, donde el mítico cantante de Led Zeppelin se acompaña de Justin Adams y Liam Tyson a las guitarras y Juldeh Camara que alterna kologo y ritti durante el concierto.

Como no podía ser de otra manera, comienza el show con grandes clásicos de Led Zeppelin: The Lemon Song y Black Dog, entre los que intercala temas de Lullaby and the Ceaseless Roar su más reciente álbum de estudio grabado con la actual banda. En el escenario Robert Plant deja bien claro su intención de seguir haciendo rock profundo, empapado de ritmos globales, mirando hacia delante y sin la tentación de recuperar anteriores proyectos, por muy fuertes que sean las presiones.

Al igual que ocurrió con otros músicos, emprendió su viaje iniciático enamorándose de los ritmos africanos para empaparse de ellos. Verlo en directo será decepcionante para quien sólo desee escuchar temas de Led Zeppelin y esperanzador al comprobar su motivación e implicación en nuevos proyectos.

El inicio clásico de Dazed and Confused arranca grandes aplausos del público que sigue cada golpe de batería con la cabeza y moviendo los brazos con baquetas imaginarias cuando de repente entra Juldeh Camara aportando brillantez y esplendor a este clásico dejando atónitos a los allí presentes con su poderío escénico. Posteriormente Liam Tyson queda sólo sobre las tablas, se enfunda una guitarra acústica y luce como virtuoso haciendo la introducción a Babe, I’m Gonna Leave You, cuando la voz de Robert Plant inunda de pasión y sentimiento cómo sólo él sabe, dejándonos con el nudo en la garganta.

Se encienden las luces con Whole Lotta Love y a toda potencia el mejor rock llena el palco principal siendo coreando a pleno pulmón y reverenciando a un grande de la música. Sin respiro aparece Juldeh Camara con su ritti añadiendo una riqueza inusitada a este clásico. Como no podía ser de otra manera, finalizan su actuación con Rock and Roll sobre una escenografía completamente teñida de rojo, el público totalmente emocionado y derramando alguna que otra lágrima.

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Pixies – Foto: Arlindo Camacho

La gran incógnita de la noche eran Pixies, después de verlos en su época gloriosa y tras su retorno por la pasta, ahora estábamos a la expectativa de lo que podrían ofrecer. Suena Bone Machine con la fuerza de siempre y Paz Lenchantin cumple a la perfección el papel antes encomendado a Kim Deal, pero todo es un espejismo. Sus colosales temas se sienten más calmados y pausados.

Las guitarras afiladas de Velouria son mucho más sosegadas, Joey Santiago no tiene nada que demostrar con las seis cuerdas, pero echo de menos ese rugido ácido y corrosivo de otros conciertos. Afortunadamente en Monkey Gone to Heaven recuperan puntualmente esa fuerza hasta que en Gouge Away el cambio providencial de guitarra les devuelve la contundencia de siempre y un aplauso unánime. Para el final dejan sus trallazos encadenando Vamos, Debaser, Rock Music con Joey Santiago eufórico haciendo acoples manipulando el jack de su guitarra y el interruptor rhythm/treble.

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The Chemical Brothers – Foto: Arlindo Camacho

Cerrando el escenario principal les toca el turno a The Chemical Brothers demostrando por qué son cabezas de cartel. Electrónica de beats poderosos, ritmos pegadizos a un volumen enérgico, visuales pulcros y eficaces, es la fórmula que les funciona de manera impecable desde los 90. Para muestra el gran llenazo de público moviéndose al unísono hits tras hits subiendo la velocidad en cada tema hasta el éxtasis colectivo, aplaudiendo la multitud con los brazos en alto Block Rockin’Beats.

Mientras tanto ajenos al bombazo electrónico, los portugueses Sean Riley & The Slowriders se ocupaban de guitarrear entre Soulwax y 2ManyDJ, un show de rock muy interesante pero con un sonido bastante deficiente, esperamos volver a verlos en mejores condiciones.

 

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