Por Lorena G. White
Esta temporada triunfan los abrigos masculinos, adaptados al estilo de las chicas. Como si le hubieras abierto el armario a tu novio/padre/hermano para quitárselo y te lo hubieras puesto, esta prenda ya va adquiriendo protagonismo tanto en la calle como en los escaparates.
Son masculinos por su corte recto, su largura (por debajo de las rodillas) y su anchura (no son nada ceñidos), pero están adaptados a las tendencias de mujer, porque lo mismo los encuentras con un estampado de pata de gallo, unos cuadros british o en color rosa, que tan de moda se ha puesto este otoño.
Aunque si prefieres que realmente parezca un abrigo de un chico, puedes escoger uno que tenga unas rayas diplomáticas como las de un traje o que sean de un color oscuro y liso, como los que ellos llevarían, que además, perdurará más en el tiempo que un abrigo con un estampado especial.
Para combinarlos, suelen quedar mejor con prendas ceñidas, como pantalones de pitillo o de pinzas, aunque si te animas, te lo puedes poner con una falda que tenga volumen y hasta con unos vaqueros. El efecto elegantón que se consigue en el abrigo puede contrastar muy bien con camisetas, sudaderas y prendas más informales. Y es que, naturalmente, para gustos hay colores.
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