Que quede por delante que Acciones Sencillas es un trabajo muy gustoso de ver, donde la danza coge todo el protagonismo: disfruté de principio a fin. Lo cual se vio enriquecido con ciertas imágenes, que de un modo u otro, hacen referencia a cosas propias de otros contextos de nuestra realidad humana. Tales como: un sacrificio tribal, momentos de intimidad entre dos amantes, etc.… Todo ello en medio de un torrente de movimiento incesante que puso a prueba el fondo y compromiso para con la pieza de cada uno de sus intérpretes, y sin que lo anterior vaya en detrimento de que haya una incorrecta ejecución de sus tareas. Y como si esto fuera poco, esta pieza una y otra vez recurría a dinámicas que antes habían sido expuestas: sea con un cambio de frente, de direcciones, e incluso con una cadencia diferente.
Una de las principales cosas que sostenían a este trabajo, fue la música en vivo que estuvo a cargo de un trío de palmeras y cantaoras, que fueron capaces de darle un carácter minimalista a un código sonoro que nos es más es familiar a través del arte flamenco. De esta manera, el madrileño Jesús Rubio Gamo, nos planteó una puesta en escena austera que permitía que el foco estuviese en las acciones que se sucedían entre los intérpretes que estaban sobre el escenario. Si es que hasta la iluminación parecía que estaba para que se pudiese verse algo, más no se desaprovechó sus posibilidades para cambiarla, levemente, con los pasos de un bloque a otro, de los que configuraron la pieza.
Acciones Sencillas es un trabajo que evoluciona gradualmente a lo largo de su desarrollo, que si uno no está atento, uno no cae en la cuenta que algo está por establecerse. Lo cual se confirma con la llegada del “desdoblamiento” que tuvo la misma en el último bloque. Donde los intérpretes (bailarines y músicas) reproducían algo similar a lo que hicieron en el primer bloque, pero esta vez estando completamente desnudos (en el caso de los bailarines), y con un ritmo diferente (por decir un par de ejemplos).
Ahora bien, mis reticencias hacia este trabajo se desencadenaron cuando ya desde el primer bloque, era posible identificar dinámicas e imágenes de piezas como Rain de Anne Teresa De Keersmaeker/Rosas, o Set of Sets de María Campos y Guy Nader (en especial, para quien esté más versado en artes escénicas. Como es el caso de los profesionales, o bien un espectador habitual). No me atrevería a afirmar que hubo una “copia”, porque no me queda ninguna duda que Jesús Rubio Gamo, ha impregnado a Acciones Sencillas de su toque personal (seamos claros, todo profesional tiene sus puntos de partida, y uno de ellos consiste en recoger cosas que les inspiran para el desempeño de su trabajo). No obstante, sí que se percibe que hay como una mezcla de distintas cosas que aunque en lo que viene a ser movimiento y musicalidad se consigue muchísima fluidez y ligereza, hay algo que al menos en mi caso, no me terminaba de encajar.
De esta forma, a nosotros los espectadores, se nos entregó con suma generosidad (más en concreto, por parte de todos los intérpretes), un montón de acciones que aunque consiguieron estar enlazadas una con la otra de manera individual, en su conjunto daba la sensación que había un material que le faltaba ser meditado con mayor reposo. En especifico, en el cómo se fue ensamblando en la dramaturgia de la pieza. O dicho de otra manera: quizás mi diagnóstico produzca cierta controversia, pero defiendo que Acciones Sencillas es un montaje que está a día de hoy incompleto. Asimismo diría que casi todo está hecho, yo personalmente, me centraría en reorganizar el material ya cerrado. Lo que se traduciría en que ciertas cosas se descartarían, otras estarían dirigidas de otra manera, etc.…
Cuando se apuesta por un estructura donde lo que más prima es tener una consistencia formal en su composición, entonces se tiene la responsabilidad de que lo que es una muy buena idea, se materialice de tal forma que la misma quede claramente articulada. Lo que contrastaría con emplazar una división de un trabajo, que desde el principio promete ser similar al trayecto que recorre un río del tope de una montaña a su correspondiente desembocadura al mar. Y de repente, se nos introduce dúo que exigiría que la pieza derivase a algo totalmente diferente a lo antes visto, no conducirnos a una nueva versión de lo que se nos expuso en el primer bloque de Acciones Sencillas. Sin olvidar, que haya sido notablemente atractivo presenciar a un grupo de cinco profesionales bailando desnudos como si fuesen parte de un engranaje en movimiento; y nos menos valioso, sin entrar en personificaciones psicológicas en la interpretación de los mismos, o sexualizar sus cuerpos.
Lo anterior, no entra en contradicción de ningún modo, que todos los involucrados con este montaje sean buenos profesionales, y que todos se hayan implicaron a fondo para que todo salga adelante. Tan sólo me interesa aportar esta impresión para que Acciones Sencillas vaya tan lejos como puede llegar. Porque estoy convencido que aquí ha habido muchísimo trabajo que merece ser tan aplaudido; como que también es importante, que se les haga llegar a los involucrados las inquietudes que podrían suscitar a parte de sus espectadores.
Trackbacks/Pingbacks