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La historia que se nos narra en Asas de Papel  ha sido contada de diversas maneras, lo cual no quita que la versión de esta compañía portuguesa, no nos pueda emocionar e incluso sorprender. Le aseguro que me tuvo con los pelos de punta de principio a fin, y no menos importante, con la sensación de que las cosas eran susceptibles de ser conducidas a cualquier lugar.

 

De in mediato uno se encariña con sus dos personajes protagonistas, uno desea que a la madre y a su hija de esta historia sean felices, a pesar de las adversidades a las que se enfrentan en un entorno tan inhabitable y hostil. Esto es: Ambas viven en un mundo en el que todo se desarrolla de un modo cíclico, en el que su sola reproducción, es su razón de ser. Todo llegó a viciarse tanto, que el espacio seguro que habían construido juntas se iba menguando. De cualquier modo, la hija nunca dejó de estar disponible para acompañar a su madre en uno de los momentos más difíciles de su vida.

Mientras la madre está trabajando, la hija procura abstraerse de este mundo sea con sus inocentes juegos o a través de la lectura. Actividades que la hacen explorar por paisajes que sólo en su imaginación están a su acceso. Aún así, la hija las aborda como si de un acto de resistencia se tratase, ya que ella es consciente de que en sus manos está que su madre no termine siendo absorbida del todo por su entorno. Por ello, calculando o no las consecuencias del rol que asume, la hija se comporta como si todo fuese susceptible de ser transformado, ejercitando la templanza y el afán de conocimiento que ve ilustrados en los cuentos que lee, y en la peculiar relación que tiene con la persona sin hogar que le regaló el libro que le mantiene cuerda, a la par, que le  “alimenta su espíritu” (por así decirlo).

Foto: Hugo Martins de Oliveira

Foto: Hugo Martins de Oliveira

 

Sí es que los integrantes de JAT (Janela Aberta Teatro) plantean con ingenio, rigor técnico y cariño numerosos recursos literarios (tómese en cuenta que el mismo fue hecho bajo los códigos del teatro físico y el mimo) sobre temas de los cuales se han escrito incontables ensayos de filosofía y ciencias sociales. Lejos de desacreditar a los mismos y sus respectivos formatos de transmisión de conocimiento, cabe afirmar que Asas de Papel  llega a ser más elocuente y directo que muchos de los anteriores. Ya que aunque uno haya recogido una serie de herramientas para analizar y entender a la realidad de dichos ensayos, para mí esta pieza es uno de varios ejemplos de lo mucho que nos queda por aprender de las artes escénicas dirigidas a la infancia y a la juventud.

Lo más fecundo de todo lo que les comento, es que lo primero que a uno le viene a la mente son descripciones de escenas que a uno le ha cautivado de Asas de Papel, más que un análisis hermenéutico. Y encima, todo ello hecho de una forma hermosa, sin que se haya caído en una complacencia que insulta a la inteligencia de cada uno de sus espectadores. Por eso hay que saberse asesorar por los más versados en esta materia, para localizar y promover a las piezas que están llamadas a poner a debate  esos estigmas que se han asociado como “infantil”, “naif”, etc.… (sobre todo, a los espectadores, programadores y profesionales de los escénico). Desde luego, cabe que haya “personajes naif”, “escenas “naif”…, pero de ningún modo se debería seguir contribuyendo a aquellos trabajos, en el que todo sale bien porque los “buenos” han ganado a los “malos”, y demás perniciosas cosas por el estilo; sean los que se perfilen como hegemónicos. He allí que todos hemos de ponernos a revaluar, exhaustivamente, cuáles son los mensajes y modos de transmitirlos, más edificantes para los más pequeños y resto de los espectadores.

Foto: Hugo Martins de Oliveira

Foto: Hugo Martins de Oliveira

 

Asas de Papel  es de las cosas más bonitas y compactas que he visto en esta temporada 2022-2023. Lo que me hace agradecer, enormemente, a los responsables del Teatro Távora por programar a esta joya que merece que sea representada por teatros de todo el mundo. Lo que me remite a lamentar que muchos sigan comportándose como si las obras de artes escénicas dirigidas a la infancia y a la juventud, perteneciesen a un género incapaz de alcanzar la genialidad artística.

 

 

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