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El gran Israel Galván y la caboverdiana Marlene Monteiro se juntaron en la Sala B del Teatro Central de Sevilla para el estreno de Ri te, (reír en portugués) un trabajo de danza contemporánea e improvisación, que han llevado a cabo los dos artistas, desde el miércoles 13 al sábado 16 de noviembre.

 

Una relación improvisada que va creando la pieza en el mismo instante que el público la está viendo, por lo tanto tiene mucho de escucha, generosidad, seguir al otro, perderse, encontrar… Son dos grandes, pero también se pierden, lo aceptan y buscan la luz. Quien siente físicamente en su cuerpo la danza, todo lo baila. Baila con los objetos, con la música e incluso con el aire. Si baila y se divierte, es la vida la que baila.

Por momentos se encontraban en el vacío, como le ocurre al clown, por momentos estaban cerca del mismísimo clown. El vacío es difícil de habitar, lo fácil es que huir, todos huyen, todos menos él clown, él se encuentra en su hábitat natural.

Derrota

Aceptación de la derrota

Vacío

Jugar en el vacío

Encontrar nueva perspectiva

Al infinito, al infinito, al infinito.

 

Foto: Laurent Philippe

 

Viendo a Israel y Marlene se siente con claridad la posibilidad de un nuevo mundo, una nueva forma de mirarlo y de hacerlo. Cuando todo estalle, ellos serán la inspiración de lo nuevo por hacer.

Báilate unas corraleras con Israel Galván.

 

En una impro es fundamental la escucha, la aceptación de lo que propone el otro, ser capaz de olvidarte de lo que eres y a dónde crees que debes ir, aceptar al otro con todas las consecuencias. Ir juntos, porque sólo así va a funcionar. El escenario como la vida.

 

– ¿Dónde vas?

– No lo sé.

– ¿Vamos juntos?

– Dame tu mano.

 

– ¿A donde vamos?

– A caminar juntos.

– ¿Cuál es el destino?

– Ya llegaremos.

 

Foto: Laurent Philippe

 

Marlene propone, no espera, le cuesta ser llevada, olvidarse de sí misma, ella pone los puntos finales. Israel es paciente, generoso, la espera y consigue acercarla para jugar. Como cualquier pareja, a veces están solos, uno al lado del otro, muy cerca… pero solos. Así es la vida, y a veces el teatro.

De pronto Israel Galván decide bailar un solo y se crea la belleza, lo único. Es muy especial, tiene el poder de seducir con el más mínimo de sus movimientos. Pura hermosura y talento. Magistral.

Después de una impro que me pareció difícil para ellos, en la parte final, sentí coraje y rebeldía, se lleno de energía el escenario.

 

Cuando nada te quede,

Cuando creas que has perdido.

Recuerda el coraje.

Siempre nos queda el coraje.

Arsa

 

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