Por Bárbara Bécares
El genocidio de los nazis contra los judíos se recuerda constantemente. Sigue presente en el cine, la literatura, incluso en las relaciones que mueven la política mundial actual. Y, al llegar a alguno de los sitios donde sucedió tal tragedia, hay mucha información que recuerda esta masacre de los años 40.
Hoy es el 21º aniversario de otra gran tragedia en nuestra historia europea. Sin embargo, es una tragedia que poco sale en los medios. Bosnia os suena. ¿Pero os resulta familiar la ciudad de Prijedor?
Igual sí. Pero, lo que es peor, igual no. 21 años atrás, en un día como hoy, las autoridades serbias de Bosnia en la ciudad Prijedor, situada al noroeste de Bosnia y Herzegovina, emitió un decreto mediante el que todos los no serbios debían marcar sus casas con banderas blancas o sábanas y llevar un brazalete blanco en su brazo cada vez que salieran de sus casas.
Este fue el primer día de una campaña de exterminio que dio lugar a ejecuciones, campos de concentración, violaciones en masa y la eliminación de más del 94% de los bosnios de etnia musulmana y de los croatas que vivían en este territorio según los datos de Stop Genocide Denial. Concretamente de acuerdo con la investigación del Centro de Documentación situado en Sarajevo en torno a 5.200 bosnios y croatas de Prijedor desaparecieron o fueron asesinados durante el período de esta masacre, cifra que aumenta a 14.000 personas si tenemos en cuenta toda la región de Prijedor.
Como cuenta la organización Stop Genocide Denial, esta fue la primera vez desde 1939, con el decreto nazi que ordenaba que los judíos polacos llevar brazaletes blancos con la estrella de David azul para distinguirse, que los miembros de un grupo étnico o religioso fueron marcados para acabar siendo exterminados de esta manera. A pesar de que la historia se repetía en Europa, las autoridades de la Misión de Observación de la Comisión Europea no se dieron cuenta de que las casas de ciudadanos no serbios en Prijedor estaban marcadas hasta el mes de agosto. Pero de la ineficacia de las autoridades europeas durante el conflicto bosnio, es ya un tema muy tocado y ahora no toca hablar de eso.
Volvamos unas líneas más arriba. La organización mencionada se llama Stop Genocide Denial (que promueve el día 31 de mayo como el día del brazalete blanco). Por si el inglés falla, significa ‘Parar la negación del genocidio’. Y es que, mientras esta organización habla de genocidio, aún hay muchas autoridades serbobosnia, incluidas las del municipio de la tragedia, que lo niegan.
Siendo así, por poner un ejemplo, el pasado año, cuando se celebraba el 20 aniversario de tal acontecimiento la ciudad de Prijedor no realizó ningún evento conmemoratorio. En Bosnia no se han realizado censos después de la guerra entonces no hay informaciones oficiales sobre los habitantes de cada lugar y sus características. Pero sí se sabe que en Prijedor la mayoría de la población actual es de etnia serbobosnia. En 1991, antes de la guerra, sí que se hizo un censo. Por aquel entonces, el 42,7% era serbobosnio, el 43,85 bosnios musulmanes y el 5,61% croatas. También es verdad que en otras localidades como en Visegrad o Srebrenica, donde sí que se celebran conmemoraciones por sucesos similares de asesinatos en masa (supongo que Srebrenica sí que es una palabra más familiar), los que acuden a estos eventos suelen ser sólo los bosnios musulmanes, que se desplazan desde sus ciudades actuales para recordar, en la ciudad donde residían antes de la guerra, a sus familiares asesinados. Mientras tanto, los habitantes de estos lugares, ahora serbobosnios en su mayoría, parecen continuar con su vida normal. Así están las cosas en Bosnia.
El pasado mes de marzo, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) condenada a los antiguos altos cargos serbobosnios Mica Stanisic (exministro del Interior serbobosnio y Stojan Zupljanin (subordinado directo de Stanisic en la región de la Krajina) a 22 años de prisión por crímenes de guerra. La condena fue considerada “humillante” por varias asociaciones de bosnios musulmanes.
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