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Foto: Jack Sharp

De listas, consejos y castigos

Bebe dos litros de agua al día. No fumes. Crece. Madura. Desintégrate bajo el sol y ponte moreno, cueste lo que cueste. Es verano; a la playa, ya. Llénate el culo de arena. Cuídate. Haz deporte, hasta un boxeador irlandés pueda limpiar la sangre de la ropa en tu abdomen. Sal los sábados. Bebe gin-tonics con ensalada. No te quedes en la barra. Baila.

Apréndete la letra de lo más visto de YouTube. Ve a la fiesta, nunca te quedes en casa. Los domingos sí, mejor sofá y película. Como mucho, paella con la familia. Deja la cerveza entre semana. Y el pan. ¿Carbohidratos, por la noche? Mira el partido, siente los colores y grita. Entristécete muy fuerte si pierde tu equipo. Duerme de noche y funciona de día. Trabaja, gana más dinero del que necesitas. No inviertas en algo que no te dé beneficios.

Construye una rutina. Es más, nuestra rutina, la que nosotros te impondremos. Créenos, es lo correcto. Y de paso, haz siempre lo correcto. Pórtate bien. Sé fiel. Encuentra a la adecuada. Sienta la cabeza. Deja de tatuarte. Si te empeñas en seguir haciéndolo, que no se vean. Nunca sabes las oportunidades laborales que puedes perder por dos golondrinas en el antebrazo. Porque de eso va todo, de oportunidades laborales. Defínete por tu trabajo. Constrúyete alrededor de un horario laboral, tú eres un adorno.

Lee best-sellers. Critícalos luego. Ve al cine. Y al McDonald’s. Aprende a conducir. Cámbiate el coche a uno mejor, aunque funcione. Después, el móvil. No salgas de casa sin el cargador. Hazte Instagram. Despotrica en Twitter. Ten una opinión de absolutamente todo. Y una cuenta en Netflix. Todo lo que veas allí, claro, en versión original. De hecho, aprende inglés.

Sigue siendo becario, olvídate de la sangre que te cae por la pierna de tanto que te han dado por el culo. Supéralo, por lo menos es trabajo. Ah!, por supuesto, que sea algo relacionado con lo que has estudiado. ¿No has estudiado? Hazlo, imbécil. Sin títulos no hay futuro. Busca una carrera. O mejor, dos. Y luego, máster, el más caro.

No tomes café a partir del mediodía. No te quejes si no tienes motivos. Céntrate en lo importante. Medita. Sé feliz. Empieza por no desayunar porquerías. Toma avena. Para comer, quinoa. Para cenar, algo ligerito. Y recuerda, para la carne mejor tinto, el blanco para el pescado.

Basta. Ya.

Quiero ponerle al mundo puntos de sutura en la puta boca. Allí fuera todos siguen repitiéndolo pero, al final, los consejos terminan por ser latigazos. Los deberes se convierten en castigos y las obligaciones en oportunidades de rebelión.

Alguien a quién quiero insiste en que deje de hacer listas. Lo siento, doc. Esto es todo lo que puedo aportar hoy.

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