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Es bien sabido por parte de cualquier seguidor de la artista de Atlanta que la historia de Charlyn Marie Chan Marshall está repleta de subidas y bajadas batallando contra su peor enemigo, ella misma, pero como ha afirmado en recientes entrevistas

En este punto actual, puedo afirmar que mi vida ha tomado un nuevo curso. Ha estado llena de cambios.

El más importante, su reciente maternidad, ese niño rubio de tres años que aparece en la portada de su décimo álbum de estudio Wanderer que la ha devuelto a la carretera.

Si observas la portada del disco desde una cierta distancia lo que puedes leer es una V de Victoria y eso es lo que nos hizo sentir el pasado dos de noviembre en el madrileño Teatro Circo Price. Armada con su mejor instrumento, su voz y acompañada por un sólido y discreto trío de guitarra (Adeline Jason), batería/percusión/bajo (Alianna Kalaba) y teclados/guitarra (Erik Paparazzi) arropándola durante todo el concierto consiguió ir domándose a si misma a la vez que vencía su batalla con el segundo micro que no acababa de proyectar su voz como ella quería.

Pasadas las nueve y cuarto de la noche ante un patio sin butacas y tribuna y gradas alrededor de la pista repleto de fans expectantes ante la inminente entrada en escena de la diva del indie folk y con la banda desplegando los primeros acordes así hizo su entrada al escenario Charlyn de riguroso negro sosteniendo un largo y fino cigarrillo aromático entre sus dedos, con un vestido de terciopelo que tan solo liberaba sus brazos y lo único que hacía romper esa negritud era el colgante con una piedra de color rojo intenso que llevaba al cuello y a la que se aferraba como a una tabla de salvación en distintos momentos de su actuación.

El primer tema de la noche nos remontó dos décadas atrás con He Turns Down del Moon Pix de sus primeros años con el sello Matador, discográfica que ha abandonado recientemente ya que al presentarles Wanderer la respuesta que recibió fue que faltaban “éxitos” y literalmente se fue con la música a otra parte para desembarcar en Domino.

Le siguió un popurrí de canciones: Into My Arms de Nick Cave / Dark End of the Street de James Carr / I Don´t Blame You de su You Are Free del 2003 / I Am Stretched on Your Grave de Sinned O´Connor que enlazaba fragmentos de temas prestados de otros artistas que han influenciado su música, esos vagabundos a los que alude el título, cantantes de folk, blues, viajeros que recorren el mundo de pueblo en pueblo con su guitarra y otros temas propios que confluyen en Horizon y enlazan con Robbin Hood ambas incluidas en Wanderer.

Recupera These Days compuesta por Jackson Browne para el debut de Nico seguida de Woman su último single en el que cuenta con la colaboración de Lana Del Rey con la que ha salido de gira este mismo año actuando como telonera y de la que más tarde versiona su White Mustang. Las canciones se van desplegando como suaves caricias al público pero “Chan” Marshall no acaba de sentirse del todo a gusto y eso que es un concierto sin fotógrafos, imaginamos que a petición de la propia artista y con luz constante nada de fogonazos que vienen y van al ritmo de la música. Todo ha sido diseñado para preservar la intimidad y mantener la serenidad de la artista en escena pero aún con todo le cuesta meterse en el concierto y dejarse llevar. Viene y va sobre las tablas, no es hasta la mitad del concierto cuando se dirige discretamente a la audiencia para pronunciar un “Muchas Gracias” sin apenas acento como el perfecto empleo del español en su fronterizo tema Me Voy también de su último álbum.

El repertorio sigue avanzando entre los susurros de su voz mecidos con la suave instrumentación y los estupendos arreglos de algunos temas antiguos recuperados para la gira que los convierten en irreconocibles hasta bien entrado el tema, es el caso de Metal Heart del Moon Pix de 1998 o incluso el Manhattan único corte recuperado de su anterior trabajo Sun del 2012.

Si hay algo que caracteriza a Cat Power a parte de la emotividad que es capaz de transmitir con su voz quebradiza es su gusto por hacer versiones y llevarlas a su terreno. Algunas de las que suenan esta noche son de bandas de las que probablemente la mayoría del público reunido nunca habíamos oído hablar. ¿Qué me decís de Pa Pa Power de Dead Man’s Bones? y si os cuento que es la banda de Ryan Gosling. ¿Y si digo Great Waves de The Dirty Three? Tal vez alguien relacione la banda con Warren Ellis, uno de los escuderos de Nick Cave en The Bad Seeds lo que nos lleva a la última de las versiones de la noche Shivers de The Boys Next Door que más tarde pasó a llamarse The Birthday Party en la que militó como vocalista Nick Cave en sus inicios.

Para cerrar el concierto se reservó un trío de temas con el único acompañamiento de Erik Paparazzi que abandonó el teclado para enfundarse la guitarra y deleitarnos con Good Woman del 2003, Wanderer que da título al álbum y resume la esencia de esta nueva etapa intimista donde menos es más y un volver a las raíces del folk y el soul sin dejar de lado su vertiente indie. Y como broche final una minimalista versión de The Moon de su trabajo más conocido y vendido The Greatest. En este tema el público se permite acompañarla y romper un poco del silencio sepulcral en el que se ha mantenido a lo largo del show.

Chan Marshall claramente emocionada por el calor que le transmite su público se permite disfrutar de los aplausos recibidos y se despide agradeciendo el respeto que se le ha brindado y aconsejándonos que nos cuidemos mucho y nos protejamos antes de entregar nuestro corazón a otra persona.

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