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Por Marcos Rodríguez Velo

Hasta hoy Chvrches habían sido sólo una promesa. En mayo de 2011 dejaron en descarga gratuita Lies, synthpop oscuro con un ritmo casi marcial, una batería bien dosificada, una pausa para recuperar el aliento y luego vuelta a empezar. La canción obtuvo buenas críticas por parte de todo el mundo y muchos se apresuraron a nombrarlos el nuevo milagro pop. A mí me encantó y deseaba escuchar algo nuevo del trío, así que en los días sucesivos me dediqué a peinar la red a lo largo y ancho con tal de encontrar aunque sólo fuese una demo descartada, un bootleg, lo que fuese. En septiembre de 2012 llegó The Mother We Share, con un estribillo más que pegadizo y unos sintetizadores pulidos que nos llevaba a un terreno más luminoso que la lóbrega Lies. La expectación crece, sobre las espaldas de los escoceses pesan las esperanzas de todo el Reino Unido. En febrero de 2013 fue el turno de Recover, Lauren Mayberry parece una Cindy Lauper de los años 10 mientras las cajas de ritmos y los sintetizadores dan sustancia a una canción que parece tener un ritmo no desenfrenado pero a la vez imparable.

Y así llegamos al presente, a The Bones of What You Believe, el debut.  Los tres éxitos precedentes confirman su presencia en el disco y se revelan, a pesar del tiempo transcurrido, frescos y perfectos. Y además hay nuevas canciones. A mí, con todas la expectativas creadas por parte de la prensa especializada, blogs, fanzines y vendedores ambulantes de fish & chips, me habría entrado el canguelo, me habría escapado lo más lejos posible del Reino Unido y habría rehecho mi vida cambiando incluso mi identidad. Pero por suerte yo no sé tocar ningún instrumento y Chvrches, sin embargo, tienen valentía y talento. Sus canciones hablan por ellos. Uno no se enfrenta cara a cara con la tradición, en este caso el tan manoseado synthpop de los 80, si no se tiene valentía y talento. Se permiten mirar a los ojos, y sostener la mirada, de grupos sacrosantos del calibre de Depeche Mode, Prince, Daft Punk, Cindy Lauper, Robyn o The Knife. Pero como dije, las canciones son las que hablan. Son todas singles potenciales, todo está en su sitio, ninguna nota fuera de lugar, la batería precisa y un tejido sonoro rico y brillante en el que incluyen guitarra y bajo con elegante habilidad. Gun es una canción fascinante, de esas que aparecen por desgracia muy esporádicamente, con un coro que relaja la tensión acumulada y la rabia con la que canta Lauren Mayberry, haciendo uso de esa voz que ya nos enamorara desde la aparición de Lies, y demostrando su capacidad de dominar los silencios, sin la red de seguridad que proporcionan los sintetizadores. Science/Visions parece una canción de Daft Punk pasada por el filtro de Kavinsky, ataca con un ritmo oscuro y obsesivo mientras se alternan las voces angustiadas de Lauren y Iain Cook.

Incluso en los momentos más intimistas, como podría ser el caso de You Caught The Light, no fallan. Aquí Lauren deja que sea Iain el que ponga voz a la canción y éste demuestra que puede valerse por sí mismo dignamente en un tema que discurre entre ritmos más lentos. Una canción que podría servir como banda sonora para el amanecer del día posterior al Apocalipsis. Es difícil también resistirse al ritmo de Lungs, quizás la mejor canción del álbum, de nuevo con una construcción perfecta y unas estrofas tan pegadizas que te hacen mover la cabeza y los pies.

Chvrches demuestran que tienen talento y un cuidado casi artesanal a la hora de crear las canciones, que funcionan como máquinas perfectas, donde nada está fuera de sitio y todo funciona de maravilla.

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