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El sábado pasado en el legendario espacio del Fill Station Motel en Udine tuvo lugar la presentación del primer EP del cantante italiano Cilio. Alrededor de las nueve de la noche el sitio estaba reventar, algunos concurrentes tuvieron que quedarse afuera, con lluvia incluida, para escuchar el repertorio del primer trabajo de este cantante udinese que se estrenó en estos tiempos de zozobra, esperanza y de una incertidumbre que cala hasta a los huesos.

 

Foto: Antonino Lardo

Foto: Antonino Lardo

 

Dentro del panorama musical mundial -y el italiano que no es la excepción- copado por el trap y ritmos descaradamente copiados y remixados a diestra y siniestra; de poses maniqueas, artificiales y vacías de contenido. Cilio surge como una propuesta fresca y honesta invocando el funk, rock, pop, rap; incluso con melodías sostenidas solo en una guitarra acústica el artista logró motivar y hacer bailar al público asistente.

Mattia Cilio es un joven hecho de roca y vino tinto como versa su presentación en rap. Es también un joven comprometido con los temas sociales como la inmigración, la inclusión y normalización de los derechos de la comunidad LGBTQ+. Sin poses, claro y directo en su manifiesto, pronunció que la revolución de estos años tiene que ser la hospitalidad para recibir a todo tipo de personas desplazadas de sus hogares por cualquier tipo de conflicto social, político y económico. Para muchos, utopía, para otros ese horizonte deseable de una humanidad horizontal.

Con un escenario minimalista pero haciendo protagonistas a las plantas como símbolo de la naturaleza, y lo que él llamó volver a respirar después de dos años con el respiro cortado, contenido casi asfixiado. Cilio comenzó su recital con el primer sencillo, Vieni con me, una declaración al amor más cotidiano y real, en la que el vídeo oficial deja en claro que el amor no tiene ningún tipo de preferencias.

 

 

Con su canción, Posto Perfetto encendió los ánimos para el público, que titubeante comenzó a mover sus articulaciones entumecidas por el confinamiento. Enseguida llamó a los asistentes a volver a la vida con la canción del mismo nombre en italiano: La vita, una pieza en clave de hip hop y un potente rock que puso a saltar a los más atrevidos. Llegó el momento de la Rivulozione, canción con una letra reflexiva sobre nuestros tiempos, la conexión con el pasado y una carta a nuestros futuros hijos. Sin duda la canción con más fuerza expresiva y contenido social que no dejó a nadie indiferente.

Para bajar el ritmo, canciones como Corfú y Pandora que podrían ser la banda sonora de algunas películas románticas, lograron conectar con la parte emotiva del público y darle un tiempo de descanso. Cilio alzó una vez más los ánimos con Accenti, una canción bailable y deleitable hasta el final, pero que mantienen una crítica, esa a la de mantener los ojos pegados al celular. Traducido, el coro sería:

Aparta la mirada del celular / deja que salga el instinto / déjalo ir.

 

Foto: Antonino Lardo

Foto: Antonino Lardo

 

Después del aplauso general y sin dar más tiempo, empezó a sonar su segundo sencillo, Liberami dal male, una canción que lo tiene todo para ser el éxito del verano: fuerte, pegajosa, innovadora, bailable y que habla sobre ese aparente pacto fáustico que se hace en estos días entre los cantantes que buscan la fama inmediata a cambio de vender su arte, su alma, su música. Cilio se exorcizó cantando a todo pulmón esta canción que le granjeó el aplauso y aceptación contundente por parte del público. El clímax llegó a su punto más alto y ya sólo quedaba tiempo para cerrar el concierto. Con baladas como Scappa Via y Senza di te, para escuchar en momentos de lluvia y turbulentos; canciones que apaciguan el pensamiento, Cilio nos reafirmó la certeza de que la música puede ayudar a curarnos.

La audiencia pidió más y Cilio complació con Raccontami, una pieza montada en el viejo rock de los 60 que puso a bailar al público con los clásicos pasos de rock que todos tenemos interiorizados. El final no llegó hasta después del bis con Accenti y Liberami dal male donde el público dio el máximo bailando y saltando sin dejarse una gota de energía.

Así fue la presentación del EP de este joven cantante que busca distanciarse de lo maniqueo con una propuesta honesta y llena de talento. Seguiremos atentos al desarrollo de la carrera de Cilio que apenas ha brotado con pasión, alegría y muy buena música.

Tocaron con Cilio: Kappah (Christian Pevere), Carlo Amendola, Luca Moreale y Michele Orselli

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