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Por  @AndreaCarleos

cine-merylstreep-revista-achtungA quién madruga, Dios le ayuda; pero hay quienes se acuestan tarde, se levantan temprano y aún así viven en un estado de permanente per- fección. Es cierto, en esa liga no abundan los jugadores, pero sin lugar a dudas Meryl Streep ha demostrado durante décadas que se merece el afamado puesto de honor. Si hiciésemos recuento de marcadores, entre premios, nominaciones y trabajos, “La Roja” sería sólo un espejismo y el mismísimo Michael Jordan se desplomaría de la impresión en la cancha. Sin embargo, es mejor obviar estas cir- cunstancias ya que Meryl mostraba, tras recibir su tercer Oscar, su desaprobación a aquéllos que hablan de arte y de cine como si de competiciones deportivas se tratasen.

Mary Louise Streep, actriz estadounidense mundialmente conocida como Meryl Streep, nace el 22 de junio de 1949 en la ciudad de Summit, Nueva Jersey, aunque crece y se desarrolla en Bernardsville. Completamente ajena al mundo artístico, a los ocho años descubre la felicidad que le aporta a su vida la interpretación y, tras participar en una obra dramática, decide que de mayor quiere ser actriz. Su carisma y su fuerte personalidad la convierten en el centro de atención allá donde vaya, así, la reina del baile de graduación y la animadora del equipo del instituto, vivió bajo el estereotipo de la guapa quinceañera rubia hollywoodiense –papel que jamás representaría en la gran pantalla–. Descendiente de británicos, ale- manes, irlandeses, suizos y holandeses, su construcción mental y personal fue desarrollada como un puzle versátil en el que cada cosa guarda su espacio diferenciado, pero a la vez complementario de las demás piezas; así tras su graduación, decide ingresar –gracias a una beca– en la prestigiosa Universidad de Yale para cursar estudios de música, arte dramático y ópera. Desde ese momento, nombre pasó a convertirse, casi automáticamente, en sinónimo de éxito.

Yale sería su pasaporte a Broadway, en el que se estrenaría en 1976 con el éxito de Enrique V en el New York Shakespeare Festival. Su fructífera carrera había comenzado y las puertas del cine se abrieron de par en par para recibirla. Su debut se produjo en 1977 con la obra de Fred Zinnemann, Julia. Cinco años después, Meryl Streep había dejado de ser una completa desconocía, consiguiendo dos Oscar tras cuatro nominaciones. La actriz se convirtió en la sensación dorada del momento en Hollywood gracias a “Joanna Kramer” (Kramer vs. Kramer de Robert Benton, 1979) y a la valiente “Sophie Zawistowski” (Sophie ́s Choise de Alan J. Pakula, 1982), y su nombre pasó a ser clave en todas las quinielas cinematográficas; condición que ha sabido mantener hasta la actualidad gracias a su asombrosa regularidad interpretativa y las agradables dotes con las que han sabido conquistar a la prensa de medio mundo.

Si quieres seguir leyendo el reportaje hazte con el número 4 de Achtung!




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