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Por Alberto Guzmán

Circle, el undécimo álbum de estudio de la banda finlandesa Amorphis –el quinto de la era Joutsen-. Un grupo que en los últimos años se consagró para algunos –entre los que me incluyo- como de lo mejorcito que ofrecía la escena metalera internacional. Concretamente desde que cuentan con Tomi Joutsen como cantante. Un vocalista que es todo carisma y técnicamente lo que se le pide a un vocalista de metal contemporáneo. Combina los gritos guturales con melódicas voces limpias a la perfección. Le da a la música del grupo una nueva dimensión. Ha conseguido hacer más atractivo y ampliar el registro de un grupo que a estas alturas ya se ha asomado a casi todos los estilos haciéndole honor al nombre que se pusieron allá por principios de los 90, cuando profetizaron que acabarían siendo un grupo con un sonido inclasificable. Sin forma.

Bien es cierto que si en los primeros minutos no cumple las expectativas que la banda generó con sus últimas obras, es de esos discos que da la impresión de que mejorará con unas cuantas escuchas más. También es muy cierto que era pero que muy difícil producir el efecto de choque que producían sus anteriores obras maestras con las primeras notas –Skyforger sí que fue un disco redondo y no este Círculo-. También es muy cierto, en honor a la verdad, que si bien las cinco primeras notas del anterior trabajo, TheBeginning of Times, ponían los pelos como escarpias, el nivel no se mantenía con el paso de los minutos como en SilentWaters o el propio Skyforger.

Esta vez no se nos habla de mitología finlandesa –los mencionados tres discos anteriores versaban sobre el Kalevala, el libro recopilatorio del folclore y la mitología tradicional finesa-, pero sí estamos ante un disco conceptual. En Circle se nos cuenta la historia de un joven que se ve envuelto en una espiral depresiva que le lleva a la autodestrucción.

La portada del anterior LP molaba un huevo –quien pille este chiste lo encontrará execrable, concedo- y la de este Circle resulta tan elegante y enigmática como acertada para su contenido. Nos anticipa una música algo menos heavy y más fina, pese a su crudeza. No en vano, y sin estar del todo de acuerdo en la nueva clasificación que se le ha dado, en los medios se está hablando de este álbum como de rock progresivo. Da igual, no olvidemos que este grupo no tiene forma –decir que es amorfo podría ser malinterpretado-.

Aunque esperemos que no sea el fin de un ciclo, este redondo cierra un círculo musical -como su nombre indica-. La era Joutsen comenzó con un disco accesible y directo ante todo –el grupo venía de un época algo comercial- y no por ello precisamente malo. Con la siguiente trilogía sobre el Kalevala se pusieron mucho más sofisticados y desembocar en un disco progresivo con una historia como hilo conductor parecía inevitable para un conjunto que cada vez se ven más obligados por ellos mismo a ofrecer algo más pulido.

En cuanto a lo más concreto la música, la primera parte es la de mayor peso. Se abre con Shades of Grey, una canción que nos recuerda al lado más doom de la banda. Con un registro de guitarras muy grave y el berrido de guerra de Tomi. En cuarto y quinto lugar se encuentran Narrowpath y Hopeless Days. Mención especial a estas dos, la última porque ha sido el primer single de este LP y ya hay un videoclip disponible. A Narrowpath porque barrunto que será el próximo single –me extraña que no haya sido el primero-, ya que tienen todo lo que hay que tener para pasar a ser un himno de la banda. El único tema del disco que se recrea en sus raíces folk comienza con una flauta y se desarrolla de manera brillante alrededor de esa misma melodía. Por lo demás, se desarrolla este círculo de manera algo anodina pero sin llegar a dar un bajo nivel, destacando algún tema como el antepenúltimo, Into the Abyss.

Se puede clasificar la carrera musical de Amorphis atendiendo al uso que hacen de los teclados, y en este sentido siento decir que el trabajo de Santeri Kallio, el teclista de la banda, ha salido perdiendo en la comparativa. Si bien es un trabajo que destaca por su buen gusto y conseguir un efecto ambiental muy pulido, se queda en eso, en unos teclados atmosféricos. De un sonido diferente al de sus viejos trabajos, se parece a estos últimos en que son unos teclados que no resultan protagonistas en ningún momento. Lo mejor de los últimos discos de Amorphis, y lo que tenían en común, era el papel protagonista del piano, con melodías simplemente espectaculares y que eran el verdadero hilo conductor de la música.

Por desgracia, y sin querer contrariar los gustos de nadie –que veo que este disco está siendo muy bien acogido-, me da en la nariz que Circle será el álbum con menos huella de los últimos que ha lanzado la banda finesa. Que ya eran muchas obras maestras y poco tiempo disponible para los conciertos. Por ahora hay que girar con él como protagonista y en octubre podremos disfrutar de esta genial banda en Barcelona, Valencia, Sevilla, Madrid y Bilbao; en ese orden. Allí estaremos.

@Alguzher

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