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Connect People Thru Art Beyond Borders, es el proyecto del artista japonés Masaaki Hasegawa utilizando caligrafía conceptual para disolver las limitaciones de la letra como descriptor lógico del mundo y proponer una escritura universal, de pura forma, con la vocación de aunar a las distintas culturas a través del lenguaje del arte.

El proyecto

En el siglo XXI el arte tiene un rol social muy importante que contribuye a la paz global. Como artista, he desarrollado un proyecto llamado Connect People Thru Art Beyond Borders con la intención de conectar a las personas más allá de fronteras tales como la nacionalidad, el idioma, la religión, el género y la generación.

De dónde viene el proyecto

En la tierra no hay fronteras, pero los seres humanos las hemos construido. País es un concepto creado en la medida en que no existía, ni por tanto tenía sentido, hasta que el ser humano lo inventó. Las fronteras existen solamente en nuestro pensamiento. Aunque ahora podemos usar la tecnología para conectarnos cuando y desde donde queramos, quedan muchas fronteras en el mundo físico que nos separan.

Me imagino que te preguntarás, ¿por qué el arte?

La verdad es que la idea de Connect People Thru Art nació a través de mi historia personal. Crecí con una condición llamada sinestesia. Significa que puedo ver la música y el sonido, así como sentir el tiempo en términos espaciales. Sin saber nada acerca de ello, compartía lo que veía con mis amigos y mis padres, pero me tomaban por loco. Esa experiencia fue traumática y tuve miedo de compartir mi sensación con los demás. Pero al mismo tiempo aprendí que no compartimos la misma realidad y me pregunté por el sentido de la comprensión mutua. Porque cuanto más me explicaba, menos me entendían. También he vivido en 4 países: España, Japón, Israel y Australia. Siempre intento adaptarme a cada país pero no es fácil entenderse con los demás, independientemente de cuántos idiomas se dominen.

Limitaciones en el idioma

El idioma es una herramienta muy útil para comunicarse con los demás. Pero no es la herramienta perfecta para compartir la realidad, porque tiene al menos tres limitaciones.

En primer lugar, hay fisuras entre los idiomas y las palabras. Es decir, cada idioma tiene su propio matiz, expresión y punto de vista conectados a la cultura local, y una traducción directa no permite expresar la misma cosa en su totalidad.

Por ejemplo, en Japón tenemos el haiku, la forma de canción-poema más corta del mundo. Se puede traducir en otros idiomas pero la mayoría de sensaciones se pierden en la traducción, porque el sonido y el contexto también desempeñan funciones importantes en su sentido. Otro ejemplo sería el concepto de tiempo. En español se dice me lo paso bien y la idea de tiempo está conectada con pasar pero en inglés se usa have (tener). Expresan una idea similar, pero no son iguales.

En segundo lugar, hay conceptos que los idiomas no pueden definir, tales como el amor o la amistad. No es porque no haya suficientes palabras para definirlos, sino porque son conceptos que los idiomas no pueden captar en su totalidad. Cada palabra esta vinculada fuertemente al contexto de cada persona. Por ejemplo, en inglés la palabra love se usa a menudo, pero en japonés no se usa casi nunca, pues en el contexto cultural que comparten los japoneses expresar emociones se considera algo vergonzoso.

En tercer lugar, la interpretación asigna el sentido según lo que cada uno perciba en las palabras. Por ejemplo, en una pintura que parece al mismo tiempo un conejo y un pato, percibirla como conejo impide a tu cerebro verla como pato, porque nuestro cerebro no puede mantener 2 gestalt -formas interpretables- a la vez. Asimismo, cada palabra esta vinculada a tu experiencia anterior, por lo que una misma palabra puede significar algo distinto según el caso y con ello producir diferentes sensaciones.

El arte es un idioma universal

Por lo tanto, el idioma es una herramienta útil pero a su vez crea muchas fronteras. En este sentido, el arte puede conectar a las personas más allá de esas fronteras, porque el arte no requiere de una comprensión lingüística, sino que tiene que ver con el ámbito de las sensaciones. Por ejemplo, los bebés no pueden leer libros pero pueden sentir la música o la pintura. Es obvio que la sensación no es la misma si no puede compartirse en la misma experiencia.

Lo que hago es Caligrafía 4.0: escribo letras que sin embargo no pueden leerse, porque están diseñadas para ser sentidas y no leídas por las razones que he explicado. Mis letras son una interpretación arábiga de los caracteres románicos mediante técnicas de caligrafía japonesa. De modo que las letras en sí mismas pretenden conectar culturas diferentes.

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