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Holy Holy no es una banda tributo a Bowie, son los auténticos. Así se describe Tony Visconti, el que fuera productor fetiche del Duque Blanco y bajista durante la gira The Man Who Sold The World, puesto que recupera en la presente formación compartiendo el liderazgo de la superbanda con el batería Woody Woodmansey, integrante original de los Spiders from Mars, banda con la que Bowie grabó 4 albúmenes estandartes del glam rock: The Man Who Sold The World (1970), Hunky Dory (1971), The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars (1972) y Aladdin Sane (1973).

La gira europea de Holy Holy recaló semana anterior en Madrid, San Sebastián y Barcelona recuperando el repertorio de los años dorados del glam rock, del 1969 a 1973 y cubriendo el Ziggy Stardust al completo tema por tema siguiendo el mismo orden con el que fue compilado.

El público estaba expectante esperando la entrada de la banda a escena para dar vida a todos esos instrumentos huérfanos para invocar al maestro. De hecho la única luz del escenario era la que enfocaba a la batería con el ojo de Bowie atravesado por el rayo vigilándonos. La de la Joy Eslava era la primera de las citas europeas según nos contó algo más tarde Glen Gregory, voz de la formación, y no llegaba a su aforo completo pero tampoco quedaban calvas en la pista. El espacio suficiente para poder distinguir todo tipo de diseños de camisetas con el rostro del Duque Blanco pero la más repetida fue la que rezaba “David Bowie is watching you”.

La banda ocupa el escenario bajo el cálido griterío y aplausos del público allí congregado y eligen Width Of A Circle de The Man Who Sold the World para romper el hilo antes de entrar en materia con el Ziggy Stardust al completo, aunque este tema bien podría pertenecer al mismo álbum porque les acompañó durante esa gira y nunca dejó de sonar en sus directos.

El ascenso y la caída de Ziggy Stardust y las arañas de Marte despliega su tela de araña y sigue cortándote la respiración. Ziggy Stardust quiso convertirse en un mesías del rock para salvar al mundo de la destrucción y ahí está 45 años después, un antídoto que nunca falla. Solo hace falta subir el sonido y dejarse llevar y si encima está sonando en directo gracias a sus mejores profetas sólo hay una salida: ¡Déjate salvar!

Desde Five Years hasta Rock And Roll Suicide pasando por Monage Daydream, Starman o Suffragette City que siguen teniendo el mismo poder alucinógeno con el que fueron compuestas, mantienen intacto el poder de elevar nuestro espíritu.

James Stevenson y Paul Cudderford cubriendo el hueco que en su día ocupó Marc Bolan a la guitarra eléctrica. Jessica Lee Morgan hija de Tony Visconti y podemos decir aquello que de tal palo tal astilla porque da la réplica con voces, guitarra acústica e incluso se atreve con el saxo y protagoniza una sentida versión del Lady Stardust. La formación la completa Berenice Scott en los teclados.

Ziggy se ha convertido en inmortal después de su suicidio y todavía quedan muchos temas por sonar con los que celebrar su vida eso sí, ya fuera de este mundo Changes, Life On Mars, Space Oddity o The Man Who Sold the World pero ninguno como The Supermen puede describir mejor el espíritu que Holy Holy resucita en su directo.

“Far out in the red sky, Far out from the sad eyes,

Strange, mad celebration, So softly a super-god cries,

Far out in the red sky, Far out from the sad eyes,

Strange, mad celebration, So softly a super-god dies”

La banda abandona el escenario pero Glen nos avisa que si hacemos que Madrid grite y se oiga bien fuerte puede ser que Mr. Visconti nos conceda una más o dos si el ruido es atronador. Prueba superada porque todavía quedan dos temas en cartera, Time de Aladdin Sane (1973) y  la más coreada de toda la noche y eso que el nivel se mantuvo muy elevado, se despiden con Heroes del álbum del mismo nombre de 1977 perteneciente a la trilogía berlinesa.

Bowie siempre inmortal seguirá reuniendo a los amantes de la buena música, la que esculpe nuestras emociones y se reescribe en las vidas de cada uno de sus fieles seguidores sin importar de qué generación vengan ni cuando se suban a su nave porque el espacio nunca estuvo tan cerca ahora que David Robert Jones nos observa desde allá arriba.

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