Ecstatic Vision + Domo: un concierto de Ciencia Ficción en Sala X
Se respira ambiente rockero la noche del martes y a la entrada, un primer vistazo a las camisetas de los componentes de Domo (Black Sabbath, The Wizard, grupo vasco admiradores de Pentagram, y Anthrax) nos daban alguna pista de lo que íbamos a presenciar como aperitivo de la velada: rock del de verdad. Pero la actuación de los alicantinos fue mucho más que eso. En una equilibrada amalgama de estilos, que paseaba desde lo más psicodélico, culminado con un pasaje con gong y efectos selváticos con toques al más profundo Saucerful of Secret, hasta el trash metal y el space rock. Casi una hora de espectáculo bien hilvanado, compacto, de impecable actitud, personificada en su guitarrista admirador de Black Sabbath. ¡Cómo lo vives tío! que creó a la perfección el ambiente lisérgico necesario para degustar el plato fuerte de la noche.
Y este no era otro que Ecstatic Vision y su nuevo LP Raw Rock Fury 2017. Este es el título del disco que presentaban, y el mejor resumen de lo que ofrece: rock crudo y muy furioso. Y más en este concierto, ya que algún problemilla con los efectos obligó a la banda a hacer un espectáculo sin más artificio que sus instrumentos, con lo que perdimos la ambientación psicodélica de la que sí goza la grabación en estudio, pero ganamos en eso, un rock enérgico, desgarrador, directo, puro.
Ecstatic Vision nunca se deja nada en el tintero, no especula. Tras un primer tema en el que Doug Sabolik golpeó al público con su voz distorsionada por medio del megáfono que sobresalía bajo su bigote “Lemmy Style”, todo el concierto mantuvo el nivel de contundencia. El cantante se bajaba del escenario y se encerraba en la jaula – trastero bajo el escenario, se quitaba la camisa, se la ponía, sacaba unas maracas o arengaba al público con la insolencia de Jim Morrison. Mientras, su guitarra distorsionada, los ritmos casi tribales de batería a lo Bonham de Jordan Crouse, el martilleante bajo de Michael Field Connor y los arreglos de viento (sí, también hubo flauta y saxo) de Kevin Nickles elevaban la contundencia y el volumen hasta cotas casi insoportables para un público, que por otro lado, se entregaba a ese caos. Comenzaron arriba y terminaron un poco más arriba. Una maravillosa locura.
Resumiendo, fue una noche SpaceRockera redonda, con todos los alicientes: Domo, se erigió como banda a la que seguir muy de cerca como una de las esperanzas nacionales en este complicado género; Ecstatic Vision, en su segundo trabajo, confirman lo que empezamos a atisbar en Sonic Praise 2015, que bandas como Hawkwind o Amon Düül II tienen dignos sucesores, algo que celebramos y disfrutamos los amantes de los viajes espaciales.
Trackbacks/Pingbacks