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EXIT ABOVE after the tempest me retrotrajo a imágenes, distribuciones en espacio de los intérpretes, intencionalidades de los mismos…, de otras piezas del repertorio de esta compañía belga, tales como: Rain, Drumming o The Six Brandeburgo Concertos.

 

En la medida de que EXIT ABOVE after the tempest es un trabajo contiene resonancias, por lo que no alcanzo a delimitar a “simple vista” lo que abarca la totalidad de su territorio. Desde luego, esta no es la primera vez que salgo con una sensación similar tras conocer otra obra de Rosas, más no significa que ello sea algo negativo, sino en realidad, como una muestra de que esta compañía se distingue sobre otras, por la ardua y exquisita labor que hacen en la composición de sus coreografías, mientras afianzan su personalidad hasta las últimas consecuencias.

Así, poco a poco, ver un nuevo espectáculo de Rosas me supone una ampliación de lo que he visto hasta ahora de ellos; una reformulación de anteriores “soluciones” (si se me permite la expresión); la exposición de otros posibles multiversos que han estado de algún modo presentes en el desarrollo de sus otras obras; etc.… De cualquier modo, es innegables que EXIT ABOVE after the tempest emana un “aura” diferente a las que he mencionado, en tanto y cuanto que los integrantes del elenco proyectaban un algo tan trasversal que, seguro que ha convocado a personas de diversas generaciones, al mismo tiempo, que a individuos que conocen su repertorio y a los que a día de hoy no han visto nada.

 

Foto: Anne Van Aerschot

 

Un buen ejemplo de ello, está en la multidisciplinariedad de los géneros de bailes que se reflejaron a lo largo de la representación, en donde Anne Teresa de Keersmaeker y su equipo tuvieron el acierto de conjugar el lenguaje de danza contemporáneo estilizado que ha acostumbrado a sus más asiduos, con otros que hasta se podrían localizar en las “stories” de las redes sociales de los más jóvenes: ¡Fue muy divertido! Consiguiendo que la obra cobre un mayor magnetismo y frescura, hasta el punto de que fue natural que emergiesen interacciones surrealistas y disparatadas entre sus intérpretes.

Claro que ello responderá a cómo estos profesionales han interpretado a la temática que ha dado lugar a este trabajo, pero seamos francos, a poco que uno se haya aproximado al repertorio de Rosas, uno ya ha comprobado que sus obras provienen de marcarse “retos” a nivel formal y artístico, más que para llevar a cabo un ejercicio hermenéutico. Una vez que uno toma por hecho lo anterior, ya sólo queda sumarse a la celebración que conlleva asistir a la representación de la pieza que esté juego, disfrutando del trabajo de profesionales de élite mundial.   

 

Foto: Anne Van Aerschot

 

Desconozco a qué horizonte se están dirigiendo este grupo de profesionales. Eso sí, la calidad sigue siendo muy alta en todas las dimensiones, lo cual nos da motivos, a nosotros los espectadores, a mantenernos fieles y atentos a sus nuevas creaciones. No vaya a ser que nos dejemos tentar por el pensamiento, de que “ellos ya no nos tienen nada nuevo que contar”. Porque si uno continúa cultivándose y reflexionando sobre esta noble disciplina, una hipotética nueva obra se antoja como una oportunidad de repensar y ajustar ciertas conclusiones y cosas que fundamentan nuestro modo de enfrentarnos a las creaciones de Rosas y, por extensión, a la danza.

Por tanto, durante el visionado de EXIT ABOVE after the tempest me limité a dejarme hacer y sorprender, ya que de otra manera quizás no hubiera entrado en el mundo que nos desplegaron en escena. Y más aún, si, nosotros los espectadores, tuvimos el privilegio de escuchar en vivo a la cantautora Meskerem Mees, quien supo extenderse por todo el espacio cada vez que interpretaba una de las canciones que se le asignaron: Fue de lo más estremecedor como la pieza fue ganando volumen con cada una de sus intervenciones, a la par que el resto de los intérpretes le “sostenían”, con el fin de que se mantuviese en el foco sin descuidar sus funciones para con el “cosmos” de este trabajo. Esto y mucho más, fueron algunas de las razones del por qué salí regenerado del Teatro Central.

 

 

 

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