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Los próximos días 27 y 28 de noviembre se estrena el Tratado Botánico de Ilustración Coreográfica, la última obra del creador y coreógrafo riojano, Roberto Martínez. La presentación tendrá lugar en las Naves de Escorias de la antigua Real Fábrica de Artillería (Sevilla). Este espacio tan peculiar acogerá una acción coreográfica que ha sido creada, específicamente, para dialogar con esta arquitectura cargada de historia y simbolismo.

Hace poco se me propuso cubrir esta acción coreográfica. Sí acción, dado que aunque esto pudiese ser representado en un teatro o un lugar más convencional, el caso es que se las  han ingeniado para “rehabilitar”, al menos, mientras  se lleve a cabo la representación del Tratado Botánico de Ilustración Coreográfica. Lo cual de algún modo u otro, ello rescata el espíritu de lo que se hacía en parte de la programación del Festival Mes de Danza en lo que corresponde a lo que ellos llamaban espacios singulares. Lo anterior responde a que, recientemente,  la organización de dicho festival internacional de danza contemporánea, publicó un comunicado en el que anunciaba que la edición 26º del año 2019 fue la última.

Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo del ICAS- Banco de proyectos y se ha llevado a cabo con la colaboración de la Junta de Andalucía. Este tipo de datos que les acabo de enumerar,  son los que han hecho  que este trabajo haya despertado mi curiosidad. Por ello en este caso, considero que lo que les puede resultar de más interés, es que les derive a la nota de prensa de esta acción:

 

Tratado Botánico de Ilustración Coreográfica es un proyecto de creación e investigación cuyo principal propósito era explorar las relaciones entre la labor coreográfica y, lo que podríamos llamar, la “mente botánica”. Cuando decimos “mente botánica” nos referimos a todos esos saberes que pueden extraerse del comportamiento y la vida de las plantas. Tomando el dibujo como práctica en la que confluyen tanto la coreo-grafía como el estudio botánico. Así Roberto Martínez, empezó a indagar en tradiciones ancestrales que, a través de la creación gráfica, han desarrollado conocimientos corporales, botánicos y ambientales. Este primer punto de partida ha servido de lugar común para todas las artistas implicadas en el proyecto.  Esta acción es el primer proyecto de creación de gran formato que dirige Roberto Martínez, que no ha dudado en formar un equipo artístico muy diverso en el que están involucradas artistas con perfiles, trayectorias y procedencias muy distintas. Esta realidad múltiple y radicalmente heterogénea, le ha permitido afrontar el proceso de creación desde un punto de vista claramente transdisciplinar en el que la danza, el sonido, la producción plástica, la escritura, la arquitectura y el diseño textil han entrado en un diálogo tan fructífero que, a menudo, los límites tradicionales de las disciplinas han parecido suspenderse.Tras dos periodos de residencia en los que Roberto Martínez y su equipo artístico han investigado el entorno botánico sevillano empleándose a fondo en la exploración del dibujo y el movimiento, ha llegado el momento de la presentación pública en la que se pondrá en juego todo lo aprendido durante el proceso. Tratado Botánico de Ilustración Coreográfica está concebido como una invitación a adentrarse en un lugar en constante y sutil transformación.De lo que se trata es de conseguir transformar temporalmente un espacio industrial antiguo que ha perdido su utilidad y ha sido abandonado, en un lugar habitable en el que podemos permanecer juntas. La combinación de lo crudo y lo sutil caracterizan la obra de Roberto Martínez desde sus comienzos. Pero en esta ocasión más que nunca, el edificio para el que ha sido creada esta obra requiere una intervención tan rotunda y bruta como delicada y extremadamente cuidadosa. En este sentido, la obra renuncia por completo al artificio escénico y a la espectacularidad efectista proponiendo una teatralidad que tiene que ver más con permitirnos compartir un tiempo alargado y que la experiencia y la percepción se amplifiquen y expandan”.

 

El Tratado Botánico de Ilustración Coreográfica de Roberto Martínez oscila entre lo infinito y lo efímero

 

 

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