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Aprovechando el lanzamiento de su disco de singles y rarezas Hits and Misses (2023) nuestro repartidor de periódicos favorito pasó por una abarrotada Sala X y nos dejó una buena muestra de lo que mejor sabe hacer: excelente Rhythm & Blues directo, sentido y sin especulaciones.

 

El espectacular ambiente en las inmediaciones de la Sala X presagiaba que la noche del 10 de Abril iba a ser especial, muy especial…y DIVERTIDA. Estábamos de celebración. Visitaba nuestra ciudad un Eli Paperboy Reed enrabietado por haberse visto obligado a suspender por Covid su anterior gira, y vaya si lo notó el numerosísimo público allí congregado (también la toalla con la que compulsivamente limpiaba su abundante sudor).

Las ganas de agradar se notaban incluso en sus interacciones con el público entre buenos y mejores temas:

-«Esta gira se llama jamón del bueno»-,

profería en uno de esos intervalos en un mejorable castellano.

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

 

Con respecto a lo estrictamente musical, un sobresaliente. Un instrumental y muy enérgico The Satisfier nos daba la bienvenida al evento y nos ponía a tono para los grandes éxitos de una carrera de casi dos décadas y ocho álbumes. Desde versiones genuinamente reinventadas que abarcan todos los géneros (Ace of Spades, MotorHead; Steal Away, Etta James) hasta sus propios originales para bailar (IDKWYCTD-I Came To Play, Stake tour Claim o Workin´Man Blues) o emocionarse (My Way Home, Your Sins Will Find You Out, Somewhere Between). Da gusto cuando un artista cuida tanto los detalles en el escenario (banda, sonido, iluminación…) y lo acompaña con una ACTITUD que transmite y conecta con un público, ya de por sí entregado.

 

Definitivamente, aquel jovencito que hace dos décadas nos maravilló con su frescura y sentimiento, las sigue manteniendo intactas. Pero a todo ello ha añadido una madurez y prestancia encima del escenario que lo convierte en un imprescindible en la escena contemporánea independiente dentro de esto del Rhythm & Blues (& Soul). Con guiños de quien se sabe poderoso y puede demostrarlo: cantando a capela sin micrófono ante un público boquiabierto o sentado al borde del escenario desnudando su alma, en un ejercicio de intimidad sobrecogedora.

Si tenéis oportunidad, no os lo perdáis.

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

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