#Internacional en Achtung! | Por José Puglisi
La economía de Estados Unidos ha sufrido un inesperado revés: la nación está viviendo la peor sequía registrada en el último siglo. Los efectos climáticos han afectado el rendimiento en la producción de alimentos, obligando al Departamento de Agricultura a tomar cartas en el asunto. Con el objetivo de amortiguar el cambio inesperado en la producción, Estados Unidos ha decidido importar carne de cerdo, cordero, pollo y pescado por un valor de 170 millones de dólares. La apuesta estatal consiste en comprar para “aliviar la presión en los productores ganaderos estadounidenses durante la sequía, mientras que mantendrá el abastecimiento nacional de carne en línea», anunció en un comunicado el secretario de Agricultura, Tom Vilsack.
En este sentido, “los productores están actualmente luchando ante las condiciones difíciles del mercado y el alto coste de alimentar su ganado debido a la extensa sequía. La compra ayudará a estabilizar las condiciones del mercado”, puntualizó Vilsack. El uso correcto de la oferta y la demanda podría ayudar así a Estados Unidos, que pretende controlar el alza de los precios y evitar la inflación.
Un informe de la Reserva Federal de Kansas City ha confirmado la efectividad de la medida. “Basados en las relaciones entre el índice de precios de consumo (IPC) para los alimentos y los precios a nivel de las granjas para los cultivos y el ganado, los incrementos en el precio de los cultivos y la baja en el precio del ganado durante julio podrían generar un alza del 4% en el IPC de los alimentos entre septiembre del 2011 y septiembre del 2012”, explica el informe, donde también se detalla que “un alza del 4% en la inflación de los precios de los alimentos minoristas contribuiría a una inflación general del 0,6 por ciento. Los precios más altos de los alimentos tienen poca relación con el IPC subyacente”, explica el informe.
Es decir, es inevitable que exista un crecimiento en el precio de los productos, pero este será mitigado por la importación y estabilizará la inflación de los alimentos en el 4%. Al tratarse de un sector que representa el 14% del IPC, su impacto sobre la inflación general será bajo y sólo generará un repunte moderado del 0,6%. Una medida que vendrá apoyada por los 30 millones de dólares que la Casa Blanca ha destinado para ayudar a los ganaderos y agricultores en el acceso a los escasos recursos acuíferos.
La implementación del plan de medidas financieras evitará que Estados Unidos sufra un incremento en su tasa inflacionaria, a la vez que acalla los rumores de una nueva crisis económica. Los mercados internacionales han valorado positivamente las decisiones del Departamento de Agricultura y los únicos que están preocupados por la situación son los importadores de productos norteamericanos, ya que deberán asumir el crecimiento en el coste de los productos, al menos hasta que vuelvan las lluvias.
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