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#Internacionaen Achtung! | Por José Puglisi

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Han pasado menos de 15 días desde la VI Cumbre de las Américas, pero nadie recuerda las conclusiones del evento. Todas las miradas siguen atrapadas en las 21 prostitutas introducidas por agentes del servicio secreto y militares al hotel donde estaba alojado el presidente norteamericano Barack Obama. ¿Los problemas de las drogas o el vacío realizado a Cuba?, a nadie le importa, no mientras sigan brotando noticias sobre las destituciones de las fuerzas privadas de seguridad de Estados Unidos. Al final, unos sensuales cuerpos caribeños han ocultado un gran encuentro continental.

El escándalo no se hubiese hecho público si uno de los agentes secretos hubiese accedido a pagar la cifra total que solicitaba la prostituta colombiana (unos 40 dólares), pero la tacañería terminó en una discusión en la habitación con la posterior llamada a la policía nacional y a la embajada de Estados Unidos. El hecho, que ha involucrado a una docena de hombres, ha sido calificado por el ex periodista del Washington Post, Ronald Kessler, como “el peor escándalo en la historia del servicio secreto”.

Ahora bien, tampoco hay que rasgarse las vestiduras. Este no es el primer escándalo sexual de Estados Unidos y, probablemente, tampoco será el último. Si se hace un ejercicio de memoria, recordaremos casi inmediatamente la frase del ex presidente Bill Clinton: “I did not have sexual relations with that woman”. Una noticia que atravesó el mundo entero y que terminó revelando las felaciones de Mónica Lewinsky al que fuera el hombre más poderoso del mundo.

internacional-estadosunidos-escandalosexual-revista-achtung-3Si es cierto que la aventura del ex presidente demócrata revolucionó la política norteamericana, los republicanos también tienen historias que contar: el nombre del senador David Vitter apareció en un listado de clientes frecuentes de una empresa destinada al servicio de acompañantes para satisfacer fantasías eróticas. Aunque la empresa intentó argumentar que no existía un servicio sexual, el propio Vitter terminó reconociendo su “pecado” y pidiendo disculpas públicas a su esposa y a Dios.

Otro político que debió dar la cara por la adquisición de servicios sexuales fue el antiguo gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer. Quien se vio obligado a renunciar a su cargo tras revelarse que había pagado una suma de cuatro mil dólares a una prostituta. Sin embargo, no fue un simple desliz, ya que las investigaciones demostraron que Spitzer había gastado más de 80 mil dólares en placeres físicos durante los últimos diez años.

La carrera política de Gary Hart, precandidato demócrata en 1987, también llegó a su final al conocerse que mantenía una relación extramarital. No obstante, su engaño no es tan recordado como el del ex presidente Franklin Roosevelt, quien mantuvo una larga relación con la secretaria de su propia esposa: Lucy Mercer. Ni el hecho de ser descubiertos por la Primera Dama fue impedimento para continuar con esta aventura.

En la memoria de los escándalos sexuales de Estados Unidos no puede faltar Larry Graig. El famoso senador que, tras 28 años de trayectoria política, fue arrestado en un aeropuerto por intentar seducir a un policía en los baños de la terminal. Según se rumoreó, Graig entró en el cubículo contiguo al del hombre, sin saber que era un oficial, y comenzó a rozarle el zapato para llamar su atención. Evidentemente, no logró con precisión su objetivo.

Un caso que también pudo haber terminado con cárcel fue el amorío de Gary Condit con su becaria Chandra Levi. La historia tomó un inesperado giro cuando Levi apareció asesinada y el senador estadounidense era el único sospechoso. Tras un extraño juicio del que aún quedan dudas, se culpó del crimen a un hombre de origen salvadoreño. Un sabor agridulce quedó en la boca de los norteamericanos, la misma sensación que se vivió cuando el demócrata Gerry Studds mantuvo relaciones con una joven de 17 años y se negó a disculparse alegando que los encuentros sexuales eran consentidos por ambos.

La lista no estaría completa sin dos importantes personajes de la historia de americana. El primero de ellos es Scott Brown, el candidato que quería ocupar el escaño senatorial del difunto Ted Kennedy, quien será recordado semidesnudo en las páginas de la revista Cosmopolitan. El segundo, uno de los presidentes más recordados y queridos de Estados Unidos: John F. Kennedy. Aunque nunca se demostró, son más que conocidos los rumores sobre su supuesta relación con la atractiva Marilyn Monroe. ¿Cómo olvidar cuando en mayo de 1962 la propia artista le cantó el Happy Birthday más sensual antes visto?

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Si la historia de Estados Unidos está llena de anécdotas, aventuras y pasiones sexuales, no debería sancionarse con tal severidad a los agentes secretos y militares que pagaron por servicios sexuales en Colombia. En fin de cuentas, sólo estaban siguiendo el modelo nacional.

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