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Nuestro compañero y colaborador en la sección de literatura de Achtung!, José Carlos Rodrigo Breto, acaba de publicar su nueva novela, Ficción Gramatical, editada por Ediciones del Subsuelo. El libro apareció justo antes del confinamiento provocado por el Covid y se tuvo que suspender la presentación a la espera de que se pueda realizar con seguridad. Desde Achtung! queremos hablaros hoy de esta novela para que no quede sepultada bajo el aplastante peso de la pandemia. Creemos que merece mucho la pena.

Lo primero que hay que destacar de Ficción Gramatical, en estos terribles tiempos que corren, es que significa el segundo libro de José Carlos Rodrigo Breto en poco más de dos años, lo que puede parecer, y sin duda lo es, un pequeño milagro editorial. Gran parte de culpa en este milagro lo tiene Laura Claravall, editora de Ediciones del Subsuelo, que ha querido apostar por incorporar la obra de José Carlos a un nutrido catálogo de gran impronta ensayística, pero que también posee novelas.

De hecho, el libro anterior de Rodrigo Breto fue un ensayo, también editado por Subsuelo, Ismaíl Kadaré: la Gran Estratagema, del que os dimos cumplida noticia en Achtung!:

https://achtungmag.com/ismail-kadare-y-la-gran-estratagema-a-la-libertad-desde-la-literatura/

Ediciones del Subsuelo ofrece un catálogo tremendamente potente, repleto de prestigiosos ensayistas como Jacques Bouveresse, Jean Pierre-Cometti, Toni Montesinos, entre otros, que han dedicado sus trabajos a la obra de Musil, Proust, Kafka, Karl Kraus… Os dejamos los enlaces a los artículos que hemos publicado sobre algunos de estos ensayos:

https://achtungmag.com/escribir-leer-vivir-toni-montesinos-cartografo-literario-los-cerezos-flor/

https://achtungmag.com/un-escritor-fuera-del-tiempo-el-hombre-exacto-ensayo-sobre-robert-musil/

Entre los autores que Subsuelo ha publicado también destacan grandes nombres: Andre Gidé, George Meredith, Karl Kraus, Sigismund Krzyzanowski, Werner Kofler… igualmente, os enlazamos algunas de nuestras críticas:

https://achtungmag.com/ensayo-la-comedia-george-meredith-humor-progreso/

https://achtungmag.com/glosas-de-karl-kraus-advertencia-ante-los-males-de-la-sobre-informacion/

https://achtungmag.com/sigismund-krzyzanowski-el-gran-anonimo-o-el-arte-de-morir-en-la-cama/

https://achtungmag.com/werner-kofler-y-su-trilogia-alpina-literatura-al-borde-del-abismo-narrativo/

Todos estos enlaces muestran el trabajo de una editorial de prestigio como Subsuelo, a cuyo catálogo se acaba de incorporar la última novela de José Carlos Rodrigo Breto, su octavo libro. La carrera literaria de Rodrigo Breto, de 52 años, se resume con sus siguientes obras: la biografía Paul Weller, de la ciudad al bosque (Cátedra, 1994), las novelas Noche y niebla (2001, finalista del Premio Joven de la UCM 1999), Los pequeños caballos azules (2003) —ambas en  Nostrum—, El vaso canope (2006), Kafkarama (2008) —ambas en  El tercer nombre—, Casillero del diablo (Xorqui, 2012), el ya mencionado ensayo Ismaíl Kadaré: la Gran Estratagema (2018) y Ficción Gramatical (2020), ambas en Ediciones del Subsuelo.

Rodrigo Breto no es, por tanto, un recién llegado, como se demuestra en su última novela, puesto que Ficción Gramatical, en palabras del escritor, historiador y crítico literario Juan Laborda Barceló, “es una obra de madurez”. ¿Pero qué ofrece Ficción Gramatical para que haya despertado el entusiasmo entre sus lectores y conseguido críticas muy favorables? No es una novela sencilla de resumir, trata muchos temas y se expande en multitud de tramas y personajes. Un buen resumen es el que figura en la contraportada del libro:

En un futuro mucho más cercano de lo que parece, tres personajes coinciden en un Londres claustrofóbico bajo las cúpulas antipolución y la terrible amenaza ecoterrorista: el músico Dante Fernández, cuyas composiciones de Necromúsica solo pueden escuchar los cadáveres, Jacobo Ortiz, el escritor más leído del momento pero que nunca ha publicado una novela firmada con su nombre, y una enigmática mujer albanesa que huye del gobierno radical ecologista de su país. Entretanto, en Praga, un traductor japonés se enfrenta a un códice indescifrable bajo las amenazas de un cazador de reliquias de la Segunda Guerra Mundial mientras rememora su tormentosa relación con un autor japonés candidato al Nobel que renunció a su lengua para lograr el éxito; en Madrid, un aprendiz de escritor que intenta redactar un Compendio del Mal despierta tras una noche de borrachera con el Angelus Novus de Klee tatuado en el brazo. ¿Qué terrores se ocultan detrás de ese tatuaje? Además, un par de editores han inventado la «novela sin autores», un manuscrito cuenta una pavorosa historia sobre su vida en el interior de una maleta, un narrador húngaro que solamente publicó una novela se suicida en Estados Unidos y un crítico literario descubre un escándalo que se oculta en las páginas de un par de libros de éxito. Con un ritmo trepidante, los personajes de Ficción Gramatical se entrecruzarán en un mundo en el que asoma lograr la inmortalidad, pero donde el dolor y la crueldad se abrirán paso por encima de las palabras, de los sentimientos y de la literatura”.

Un montón de ingredientes atractivos, desde luego, para crear una narración absorbente, trepidante y muy divertida, porque el planteamiento no puede ser más seductor y, al leerla, descubrimos que la obra explota en diferentes direcciones, cubre todos los puntos cardinales en cuanto a espacios se refiere.

El trabajo espacial es una de las características permanentes del autor. Si en Noche y niebla la obra recorría buena parte del continente europeo, con énfasis en Centroeuropa, pero deteniéndose en África y Latinoamérica, en El vaso canope las localizaciones iban desde Venecia a Egipto, de Bucarest a Viena, y en Casillero del diablo se movía entre Alemania, Holanda y Costa Rica; ahora, en Ficción Gramatical, podemos ir de Norte a Sur y de Este a Oeste: España, Estados Unidos, Japón, las repúblicas ex soviéticas, con especial atención a cuatro escenarios fundamentales: Londres, Tokio, Madrid y Praga. Y sobre todos estos lugares, Albania.

El tratamiento espacial aparece unido a la acción de los personajes. Tokio se relaciona con un escritor obsesionado con el Nobel y con el traductor de su obra al inglés; Londres con el necromúsico Dante Fernández; Madrid con un escritor oscuro, López Pérez, y Praga como el lugar de encuentro en donde coincidirán varios de ellos. Además, Albania se imbrica con una misteriosa mujer y con Jacobo Ortiz, negro literario que busca publicar su primera novela firmada con su propio nombre.

El autor y su obra.

La novela establece una estructura fragmentada que va saltando de unas historias a otras con facilidad vertiginosa, y presenta unos personajes secundarios memorables, como el cazador de reliquias nazis Jack Raven o el histriónico millonario de Willimantic. Mención aparte merecen los editores obsesionados por el dinero y el negocio, que conciben aquello que denominan la literatura sin autores.

Otras historias, aparentemente marginales pero que luego demuestran ser el meollo de la novela, aparecen cosidas al devenir de estos personajes. Desde una escritora gaseada en Auschwitz o un autor húngaro que se suicida en Minneapolis. Con ellos, el libro alcanza la dimensión metaliteraria, puesto que Ficción Gramatical es, además, una crítica al sistema cultural y editorial globalizado que manipula gustos y modas.

José Carlos Rodrigo Breto, autor de Ficción Gramatical, publicada por Ediciones del Subsuelo.

La escritura, la forma en que se negocian los libros, las imposturas y la corrupción del mercado, junto a la visión distópica social de un mundo contaminado azotado por actos de ecoterrorismo, son las corrientes de fondo que movilizan la historia. José Carlos Rodrigo Breto se muestra crítico, ácido con ciertos aspectos que configuran el mundo que nos rodea. En su afán por dar la palabra a todos los implicados en la ficción literaria incluso da voz a una maleta —en efecto, nos habla una maleta, y después un manuscrito que se alberga en su interior nos cuenta su historia—, y asistimos a cómo un crítico literario, tras años de trabajo, descubrirá lo amarga e impostada que ha resultado su tarea, esa que creía íntegra e independiente.

En declaraciones a Achtung!, el autor reconoce que:

La publicación de este libro me resulta milagrosa. En los tiempos que corren hay que valorar la generosidad de Subsuelo, y la de muchas otras editoriales independientes que están llevando a cabo un contraataque para desplazar el monopolio de los grandes grupos, de lo políticamente correcto, y acabar con el rodillo del pensamiento único. El futuro de la literatura en España pasa por editoriales como Subsuelo, independientes, que venden libros con aura, que saben que editar significa ofrecer un producto que contiene un valor añadido que alcanza mucho más allá de la mera tarea comercial. Eso se traduce en dos aspectos fundamentales: respeto por los autores y, sobre todo, respeto por los lectores. Yo no me he sentido escritor, escritor de verdad, hasta publicar con Subsuelo”.

Por ello, la novela aborda algunos temas de candente actualidad, desde el ecologismo llevado al extremo, el movimiento antivacunas, el Holocausto concebido como un negocio, la literatura utilitaria en donde a las editoriales les da igual vender libros o bolsos o perfumes, el desprestigio de los autores con talento, el mercadeo, los cenáculos literarios, el ego de algunos escritores, el deterioro del planeta contaminado…, y como no, el fracaso de las relaciones personales, el amor, y la incomunicación como rasgo fundamental de nuestros días.

El título de Ficción Gramatical es un resumen de los tiempos que corren: tiempos de posverdad, de discursos espurios y mentirosos, de fake-news, de una tecnología totalitaria que nos dicta aquello que debemos hacer y de unos gobernantes que, en nombre del progreso y del avance técnico, cada vez se muestran más tiránicos, amparados en la hipocresía democrática. La expresión ficción gramatical está tomada de una novela de Arthur Koestler, tal y como nos aclara su autor:

En El cero y el infinito de Koestler encontramos este subtítulo, que se refiere a las confesiones que los falsamente acusados por el sistema estalinista, y comunista en general, debían firmar como si fueran sus propias palabras. Además, la ficción gramatical es una característica de todos los sistemas totalitarios, que fuerzan el lenguaje para rendirlo a sus intereses; podemos decir que una dictadura es un constructo léxico y sintáctico. Actualmente, con ciertos uniformes verbales que se nos van imponiendo, hemos entrado en la fase de ficción gramatical globalizada. Pronto solo podremos expresarnos con una centena de palabras socialmente aceptadas, no demonizadas. El problema radica en qué autoridad moral tienen quienes deciden demonizar esas palabras y en por qué se han convertido en Mussolinis de lo correcto. Y sobre todo, ¿cómo se lo hemos permitido?”.

Rodrigo Breto mantiene que vivimos en un mundo que da asco, quizás por ello su novela no presenta personajes con los que el lector pueda empatizar fácilmente, ninguno es positivo, todos son antihéroes, y muestran sus pequeñas o grandes miserias sin problemas. Mentira, traición, impostura, zafiedad, mercadeo, egoísmo, violencia, soledad…, son algunos de los elementos presentes en el día a día de los protagonistas de la novela. Pero por encima de todo aparece la literatura, la de verdad, como uno de los elementos capaces de salvarnos, siempre que podamos arrebatarla de las manos de quienes pretenden doblegarla al servicio de crear un mundo según sus intereses.

La literatura, concebida como aparece en Ficción Gramatical, puede parecer enferma o herida de muerte, pero en el fondo se presenta casi como la única forma de canalizar los sentimientos humanos en el seno de una sociedad que ha extraviado la empatía, la sensibilidad y el gusto por la belleza.

Sin duda, Ediciones del Subsuelo, tal y como afirmaba hace poco uno de los lectores de Ficción Gramatical, tal vez haya publicado una de las novelas del año, independientemente de que para la maquinaria editorial monolítica y la crítica acomodaticia y deudora será la de algún escritor consagrado y aburrido en sus tramas manoseadas.

Lo verdaderamente importante de la afirmación de ese lector —que también es compartida por otros en sus comentarios en las redes sociales— radica en que toparse con la novela Ficción Gramatical es de lo mejor que les ha sucedido en este horrible 2020. Y eso significa mucho.

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