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Por Marcos Rodríguez Velo

Anticipado por el single Flaws, que sonaba como los primeros hits de Depeche Mode mezclados con un sonido kraut a lo Tangerine Dream, y Tetrahydrofolic Acid, más en línea con el sonido electrónico de Hot Chip y Aphex Twin, llega el quinto disco de Fujiya & Miyagi.

El grupo de Brighton parece que no puede librarse de la sempiterna influencia de Can, y nos propone una serie de canciones minimal, robustas, en línea con el descaro de su debut en 2002, Electro Karaoke in the Negative Style. Los ingredientes kraut con los que se dieron a conocer siguen presentes, véanse los loops de Rayleigh Scattering, los teclados vintage de Artificial Sweeteners o la colorida Vagaries of Fashion. Pero todo suena un poco descolorido, oxidado, casi como si hubiesen rescatado estas canciones de un disco duro abandonado durante años en un cajón. Los sonidos pretendidamente 80s deberían ser más convincentes que el refinamiento de Little Stabs at Happiness y el rock de Daggers recuerda demasiado a The Rapture.

Se esperaba con impaciencia algo nuevo tras Ventriloquizzing, pero las novedades no han llegado. No podemos hablar de un salto de calidad de “grupo de nicho” a “pequeño gran clásico”. Artificial Sweeteners es un disco que no añade nada a lo ya visto y que satisfará sólo a los fans del grupo. Una ocasión perdida.

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