Por Marcos Rodríguez Velo
Grizzly Bear pertenecen a esa clase de grupos que se toman su tiempo a la hora de sacar sus discos. Y sin embargo, para los que esperamos con ganas cada lanzamiento de este cuarteto de Brooklyn, debemos agradecerles que trabajen con calma y sin precipitarse. Gracias a esto son capaces de ofrecernos discos como este Shields, poseedor de una energía y un buen hacer de los que pocos grupos hoy en día pueden presumir.
Aún manteniendo el sonido familiar al que nos han acostumbrado durante los últimos años, sobre todo desde el lánguido y maravilloso Yellow House, Grizzly Bear se atreven con este nuevo disco a explorar nuevos estilos, ritmos y atmósferas que manejan con aparente facilidad. El cambio entre la oscura Adelma y la más alegre A Simple Answer, así como la voces corales, con las que experimentan por primera vez en su carrera, son una buena muestra de ello. Para los que no conozcan a Grizzly Bear, los podríamos definir como unos The Byrds que han sustituido los sonidos más sesenteros por una música con influencias del art rock y el indie folk de hoy en día.
Siendo un disco compuesto por los cuatro miembros del grupo a partes iguales, hay algo en Shields que parece fuera de lugar, por ejemplo el vendaval de cuerdas y baterías en Half Gate o en Speak in Rounds. Pero es precisamente por eso por lo que la gente adora a Grizzly Bear, no sólo por la imponente belleza y la atmósfera de tranquilidad que consiguen, sino también por las estructuras que mutan y los arreglos poco comunes que surgen de forma inesperada. Es gratificante para el oyente descubrir la mecánica a ratos caprichosa de Yet Again o disfrutar con el minuto instrumental de Adelma.
Shields tiene uno de los inicios más potentes de entre los discos que han salido este año. El riff de inicio de Sleeping Ute, unido al torrente de percusiones, arrastran al oyente, más que rodearlo con su armonía, como sucedía en discos anteriores. Speak in Rounds sigue la línea del primer tema, pero con Yet Again vuelven a ese folk pop que han perfeccionado a lo largo de su carrera. A Simple Answer es otra de las canciones fuertes del disco, un remolino que se apodera de tus sentidos y te acompaña suavemente hacia la segunda mitad del disco, donde destacan Gun-Shy o Half Gate.El anterior disco de Grizzly Bear, Veckatimest, demostraba su fortaleza haciendo que sus canciones, en apariencia dispersas y delicadas, sonasen con alegría y optimismo. Shields suena a lo mismo, pero a la vez de una forma más completa. Requiere un poco más de atención y compromiso, ofreciendo a cambio una recompensa más satisfactoria aún. Grizzly Bear han dado un paso adelante en su madurez como artistas y no se han dejado intimidar por su propio hype. Shields es un disco bien trabajado que convencerá tanto a sus fans como a aquellos que todavía no los conocen, sobre todo por esa voluntad de ampliar sus horizontes sonoros. Ahora nos toca a nosotros caminar por la senda que han abierto.
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