Estrenaban gira española en la sevillana Sala X, que sigue empeñándose en traernos bandas emergentes de una calidad apabullante y una capacidad de dar espectáculo que ya quisieran otras de más calibre, y en la misma línea que el año pasado nos ofrecieron los excelentes Blackfoot Gypsies: root blues con poso vintage, en este caso filtrado por el punk primigenio al estilo Ramones, de los que se declaran fervientes admiradores.
Daddy Long Legs, nombre de la banda y apodo del cantante y excelente armonicista, Brian Hurd, son un trío afincado en Brooklyn, que se completa con Murat Akturk, a la guitarra, y Josh Styles a las percusiones. Y no hay más, no hace falta más para demostrar un poderío blusero que sabe mover al público desplegando sonidos entre Howlin’ Wolf y Dr. Felgood, Big Bill Broonzy y Screaming’ Jay Hawkins.
Tras una intro que prometía ritmo y pasión de raíz sureña, tocan unos de sus temas de cabecera, Long John’s Jump: Akturk rasga furiosamente su preciosa Godin 5th Avenue, Styles percute con su peculiar juego de “baquetas” (toca con una hot rod y una maraca en su set básico de batería), Hurd demuestra su virtuosismo a la armónica y canta con el efecto radio de micrófono vintage: más que suficiente para levantar al público que casi llena la sala.
Siguen con el temazo Glad Rag Ball, rock&roll a lo Elvis (Akturk se recrea en su Godin) y una particular versión del Mornin, Noon, Nite de Joe Turner, con tempo acelerado y furia en la voz. Terminan este primer bloque tocando Blood From a Stone, tempo medio y slide guitarrero, calmando las aguas sin bajar la intensidad interpretativa y haciendo gala de su juego de armónicas, organizadas en su original atrezo blusero: una gastada pequeña maleta de cuero.
En el segundo bloque desarrollan en modo rockabilly, Evil Eye, donde Brian Hurd hace un auto-duelo entre su voz y su armónica, encendiendo definitivamente a un público entregado al desparpajo y la tremenda energía del expresivo cantante, mientras Akturk construye oscuros riff en su guitarra. Siguen por terreno sureño tocando Winners Circle y Back Door Fool, country blues aderezado por el curioso dobro de cuerpo sólido, Airline FolkSTar Black de Murat Akturk, y terminan tocando Wrong Side of The River, vibrato a lo country western incluido.
En el bloque final nos regalan temazos como Ding, Dong, Dang, Kassie Jones o Bad Neighborhood, con una estudiada dinámica e invitando al público a corear: “bad neighborhood, bad neighborhood”, donde Hurd deja la armónica y toca la rítmica en la Godin 5th Avenue, para que Akturk, provisto de su Fender Telecaster modelo especial con Humbucker, se marque su mejor solo de la noche.
Y aún les dio tiempo a ofrecernos varios temas más en esos cada vez más estudiados y trillados falsos bises que tanto se estilan hoy día, completando un conciertazo que el público agradeció con gran ovación y dejándonos un excelente sabor a blues radical, fresco y potente, premonizando lo que a buen seguro será la tónica de esta gira europea: un rotundo éxito.