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#Internacionaen Achtung! | Por José Puglisi

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El ejército de Estados Unidos no parece conocer las diferencias entre la ficción y la realidad. Si un arma es imaginable, sólo será cuestión de tiempo verla en los soldados norteamericanos. Ya sorprendieron al mundo entero con la bomba atómica, los aviones de combate no tripulados (drones) y los avanzados escudos antimisiles; ahora, es el momento del armamento láser.

Las fuerzas armadas estadounidenses han revelado que han sido capaces de crear un arma de rayos láser con la capacidad de alimentar de energía a una gran ciudad. Este equipo bélico, llamado LIPC (Laser-Induced Plasma Channel), tendrá la habilidad de neutralizar vehículos de combate por medio de una redirección de los rayos de luz sobre el enemigo. Es decir, el arma genera un canal de plasma energético en el aire que se convierte en una especie de lente dirigida en la que se puede crear un láser de alta intensidad que se mantendrá enfocado en un filamento.

La eficiencia del LIPC permitirá inhabilitar los instrumentos militares del enemigo sin la necesidad de destruir la infraestructura que se encuentra alrededor. Otra de las ventajas del cañón láser es que su potencia aumentará al impactar sobre los objetivos que tengan una mayor conductividad; en este sentido, el desempeño del arma se multiplicará contra tanques o aviones del enemigo. Vehículos que, usualmente, son estratégicos para los avances en el campo de batalla.

Aunque es un arma muy prometedora, aún no está totalmente terminada. Hasta el momento, el innovador LIPC pasó sus primeras pruebas exhaustivas el pasado mes de enero. Durante los ensayos, el cañón láser logró producir  pulsaciones de energía superiores a las necesitadas para abastecer a una gran ciudad, aunque sólo ha durado una billonésima de segundos. La alta potencia fue alcanzada utilizando el equivalente a 50.000 millones de vatios de potencia óptica.

A un paso de desarrollar su armamento láser, los científicos norteamericanos seguirán investigando para lograr que el LIPC pueda sincronizar el alto voltaje que necesita para inmovilizar los equipos enemigos y adaptar el cañón a las condiciones extremas que suelen encontrarse en los campos de batalla.

Al parecer, sólo es cuestión de tiempo para que los Estados Unidos vuelvan a revolucionar el mercado del armamento militar. Con una creatividad que se aproxima cada vez a la ciencia ficción, ya no parece tan absurdo imaginar fuerzas armadas con escudos de energía, aviones invisibles u otros avances bélicos que tanto han deslumbrando a los espectadores en películas como Star Wars.

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