#Internacional en Achtung! | Por José Puglisi
Si tuviese que apostar por cuál es la mayor empresa de Estados Unidos, ¿en quién pensaría? Quizás se sienta tentando a responder Coca Cola o Google, su reconocimiento internacional y sólida penetración en los mercados los convierten en fuertes candidatos. Pero no es así. A decir verdad, estas compañías no han alcanzado ni el ansiado Top Five, ese grupo tan selecto al que ni el reconocido Mickey Mouse pertenece.
Si, por el contrario, ha pensado en la petrolera Exxon Mobil, usted está en lo correcto. La compañía de hidrocarburos ha utilizado su astucia comercial para sacar el mayor provecho del alza en el precio del crudo en el último trimestre de 2011 y de su apuesta por el mercado del gas con la compra de XTO Energy en 2010. Su estrategia le ha servido para aumentar sus ingresos en un 28%, hasta 452.926 millones de dólares en el último ejercicio fiscal, y destronar a la cadena minorista Walmart.
Sin embargo, no se puede decir que Exxon Mobil deba su éxito sólo a una coyuntura económica y al aumento en el precio del petróleo. En abril, la revista Forbes ya había afirmado que la petrolera es la más grande del mundo, superando a la firma JP Morgan Chase. Por su parte, la número dos de Estados Unidos, Walmart, se vio obligada a recortar sus precios para mantener sus niveles de venta, lo que ha hecho caer sus beneficios en casi un 5% y alcanzar una facturación de 452.926 millones de dólares. Unos resultados nada despreciables considerando el fuerte impacto de la crisis en el poder adquisitivo de sus clientes.
Ahora bien, la gran sorpresa la ha dado General Motors. La compañía de automoción, que se había declarado en quiebra en 2010, escala hasta el quinto puesto de las empresas más grandes de Norteamérica. Tras haber recibido la ayuda federal en sus momentos más críticos, ha acelerado su ingenio para adaptarse a las nuevas necesidades de la demanda y registrar una facturación de 150.276 millones de dólares. De continuar con esta tendencia, la firma podría superar en 2012 a la cuarta empresa ConocoPhillips o, quizás, tomar el tercer lugar de Chevron. Ambas reconocidas petroleras.
El gran salto de General Motors le sitúa cuatro puestos por encima de Ford, su competidor más cercano y novena empresa estadounidense, con unos ingresos de 136.264 millones de dólares. Quienes separan a las dos empresas del motor son: General Electric, que facturó 147.616 millones de dólares; la firma del multimillonario Warren Buffett, Berkshire Hathaway, que obtuvo 143.688 millones de dólares y Fannie Mae, con 137.451 millones de dólares.
Resulta curioso destacar que, excepto por el petrolero, Estados Unidos está creciendo en las áreas más afectadas internacionalmente por la crisis económica. Las empresas tecnológicas, donde se cree que está el futuro, sólo aparecen en la décima posición por medio de Hewlett-Packard, con una facturación de 127.245 millones de dólares; mientras que la segunda más grande es Apple, que aparece en el puesto 17, con unos ingresos de 108.249 millones de dólares. Otros rivales como Microsoft o el famoso Google están en las posiciones 37 y 73, respectivamente.
Así están las empresas de Estados Unidos. Creciendo a pesar de la crisis económica, aprovechando cada una de las oportunidades de mercado o creando sus propias ventajas por medio de la creatividad y el esfuerzo. Excusas como que los recursos financieros sólo están en las áreas digitales se desmoronan entre los dedos y la imagen de General Motors y su reinversión. Por negarse a morir. Quizás hay que cambiar el “chip”, pero no para sólo mirar los sectores 2.0, sino para aprender sobre cómo explotar lo mejor de cada área económica en los entornos más adversos.
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