#Internacional en Achtung! | Por Bárbara Bécares
La elección de Tomislav Nikolić como presidente de Serbia no se presenta como una buena noticia ni para los Balcanes ni para Europa. Nikolić es líder del Partido Progresista Serbio, autodenominado como de centro derecha-conservador y también calificado por muchos como nacionalista.
Por un lado, muchos expertos y medios de comunicación temen que el nuevo gobierno de Belgrado pueda alejarse de la Unión Europea. El anterior presidente, Boris Tadić, se caracterizó por sus esfuerzos porque Serbia cumpliera los requisitos de formar parte de Bruselas, al igual que ha conseguido su vecino, Croacia, que firmó el Tratado de Adhesión a la UE el pasado mes de diciembre y el cual será efectivo el 1 de enero de 2013. Entre los requisitos más importantes que la Unión Europea puso al gobierno de Belgrado para que consiguiera ser candidato oficial fue la captura y entrega de los dos criminales de guerra buscados por el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia, Ratko Mladić y Goran Hadžić, ambos finalmente capturados el pasado año, el primero en mayo y el segundo en julio. Estos arrestos, por parte de autoridades serbias, supusieron que todos los generales buscados por crímenes en los Balcanes ya estén detenidos.
Con la crisis económica actual, en la que muchos se cuestionan si la Unión Europea tiene futuro y otros cuantos temen que acabe siendo una prolongación de Alemania, hace falta decir que, para muchos expertos, Bruselas se presenta como una posible solución a la herida abierta de los Balcanes que parece difícil de curar. Sin embargo, por el momento Tomislav Nikolić ha manifestado su intención de continuar con la política europeísta de su predecesor.
No olvidemos que la guerra más cruel de todas, la de Bosnia y Herzegovina, fue motivada por los odios creados entre los tres grupos étnicos mayoritarios que viven entre las fronteras del país (musulmanes, serbios y croatas), exaltados por la política nacionalista que en aquel momento fomentaba el líder de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, desde el gobierno central de Belgrado, tras la muerte del Mariscal Tito. Aunque el problema sea en Bosnia y Herzegovina, los países vecinos, Serbia y Croacia, tienen gran culpa de los acontecimientos, aún a día de hoy. Por el momento, a pesar de la contención en el país, en gran parte motivada por la presencia de fuerzas internacionales entre sus fronteras, los habitantes de etnia ortodoxa, los serbobosnios, en su mayoría habitantes en la región llamada República Srpska, siguen pidiendo la independencia de Sarajevo y la unión a Belgrado, a pesar de tener un gobierno que, en la práctica, actúa de manera casi independiente del de la capital de Bosnia.
Así, resulta que los problemas que desencadenaron la guerra siguen latentes en la mente de muchos ciudadanos y en el discurso de muchos políticos. Como ejemplo, hace tan sólo un año se hablo mucho de realizar un referéndum en la República Srpska, para preguntar a los ciudadanos si quieren independizarse de Bosnia y Herzegovina, lo que llevó a una gran polémica y tensión en el país. Por ello, la definición, anteriormente mencionada, de Tomislav Nikolić como ‘nacionalista’, es inevitable que asuste.
Por el momento, a comienzos del mes de julio será la conmemoración de la masacre de Srebrenica y habrá que ver si Tomislav Nikolić o algún otro representante del gobierno de Belgrado acudirá. Boris Tadić acudió en los años 2005 y 2010, lo que le valió la aclamación de muchos por su acción. Entre otros, Muamer Zukorlić, líder de la comunidad musulmana en Serbia ha declarado que, como punto de partida de su gobierno, Nikolić debería atender a la conmemoración del genocidio y presentar sus condolencias por la masacre.
Por otro lado está Kosovo, autoproclamado independiente en 2008 y no reconocido por gran cantidad de países entre ellos, claro está, la propia Serbia. Atifete Jahjaga, presidenta de Kosovo ha pedido al nuevo líder serbio establecer relaciones pacíficas con Pristina. Este tema es complicado y es que hace falta decir aquí que Nikolić era diputado del gobierno de Milosevic en 1999 cuando la OTAN bombardeó Belgrado para frenar los abusos que se estaban cometiendo contra la comunidad albanesa del país. Por su parte, Bruselas ha dicho al nuevo gobierno de Belgrado que la independencia de Kosovo no es discutible y Europa pide a Tomislav Nikolić que reconozca al país vecino, algo que se presenta muy difícil. Por su parte, los serbios en territorio kosovar se muestran más contentos con la elección del nuevo presidente conservador.
Parece ser que el futuro de Serbia se presenta, cuanto menos, complicado, lo que no es de extrañar, ya que ese adjetivo es perfecto para definir la situación de los países de la antigua Yugoslavia.
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