#Música en la revista Achtung! | Por Laura M. Sánchez
Barba desaliñada y gusto por el falsete y las camisas de leñador. No, no es Bon Iver, sino el irlandés James Vincent McMorrow quien debuta con Early in the morning, con el que poco a poco se ha ido haciendo un hueco desde su rincón indie-folk. La trayectoria del álbum es un fiel reflejo del avance lento pero seguro de su autor. Publicado inicialmente para Europa en 2010, llegó a Norteamérica un año después y será editado próximamente en Australia.
Este dublinés no aporta ninguna fórmula novedosa, pero hay que reconocer que lo que hace, lo hace bien. Es la simplicidad achacable a Early in the morning quizá uno de sus mayores aciertos. Siguiendo esta máxima del “menos es más” podríamos calificar este trabajo como esencialmente bonito; una colección de canciones, a veces casi susurradas, que nos acarician el oído con armonías sensibles y elegantes y por momentos emergen en estribillos pegadizos. Como muestra de su influencia folk, en su sentido más tradicional, quedan las numerosas alusiones a la naturaleza en sus letras.
No resulta sorprendente que la propuesta del irlandés gane cuando la presenta en directo. Con su banda o solo con su guitarra, se vale de esa cercanía para convertir las pequeñas salas en las que suele tocar en burbujas de calma e intimidad. Un efecto que se multiplica cuando el lugar elegido es una iglesia, espacio que ha frecuentado en esta gira y que viene a su música como anillo al dedo.
Por el momento su versión del Higher love de Steve Winwood, que sirve de banda sonora a un anuncio, le está ofreciendo cierta notoriedad en Gran Bretaña y los próximos meses los dedicará a la grabación de un nuevo álbum que esperemos asiente los buenos pasos dados con su debut.
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