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Hace poco estuve charlando con tres personas que hicieron las veces de voceros de unas movilizaciones para que el Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler (Sevilla), sea un espacio adecuado y seguro para la formación de sus estudiantes. En dicho centro de educación pública, se imparten enseñanzas básicas y las especialidades de danza clásica, baile flamenco, danza española y danza contemporánea.

 

Así, José Manuel Gómez Marrufo (estudiante de la especialidad de danza clásica), María José Herrera (actual presidenta del AMPA) y un docente del centro me dieron su testimonio y reflexiones con la finalidad de que sus demandas tengan una mayor visibilidad entre los profesionales de las artes escénicas, los responsables de las Instituciones Públicas y el resto de la ciudadanía. Basta consultar el comunicado conjunto que emitió la comunidad educativa de dicho centro el 1 de abril de 2024, para tener constancia de los numerosos desperfectos y riesgos con los que conviven cada día, como también, cosas tan llamativas como:

 

Como antecedentes, se expone que la última Inspección Técnica de Edificios (ITE) que se realizó ha sido este año 2024 ha resultado desfavorable. El técnico, redactor del documento de inspección técnica informa de que el edificio no reúne las condiciones de seguridad, salubridad y ornato público definidas en el planeamiento vigente. Anterior a esta inspección se realizó otra en 2011, dando un resultado también desfavorable, y no consta que se llevarán a cabo las actuaciones que recogía dicha inspección.

 

Por lo anterior y mucho más, les animo asistir a la concentración que ha convocado la comunidad educativa de este conservatorio con el apoyo de un grupo de entidades, para el próximo miércoles 24 de abril a las 11h en la puerta de la Consejería de Desarrollo Educativo y FP (Torre Triana, c/ Juan Antonio Vizarrón s/n, Sevilla).

 

Sin más que añadir, les doy paso a lo que fue mi conversación con José Manuel Gómez Marrufo, María José Herrera y un miembro del equipo docente:

-Hace mucho tiempo que las instalaciones del Conservatorio de danza de Sevilla son una ruina ¿Qué ha cambiado para que os estéis manifestando ahora por ello?

Docente: Realmente las cosas no han cambiado mucho. Lo que pasa es que durante este curso 2023/ 2024 se han tenido que clausurar varias zonas, al haber un peligro de que se desprendiera parte de la estructura del edificio.  

 Peligro, lo que es peligro grave, no lo hay. De hecho, han venido los bomberos para asegurarse de que la situación está bajo control. Sin embargo, la imagen tan catastrófica que ha dado el conservatorio en los últimos meses, es decir: cintas de no paso en el patio, mallas en parte de sus infraestructuras, etc.…, es desoladora.

 Este edificio se construyó para la celebración de la Exposición Internacional de 1929, no para impartir clases de un conservatorio profesional de danza.

 Sabemos que la lucha por un nuevo centro no es de ahora, sino que lleva muchísimos años (incluso cuando este edificio fue la sede de la ESAD de Sevilla a finales de los años noventa/ años dos mil). Hay generaciones más o menos reivindicativas, gente que se implica más o menos…

 Eso sí, esta no es una iniciativa de ningún alumno o profesor a título individual, sino que la han iniciado los estudiantes con el apoyo del AMPA, del profesorado y las familias de los mismos. Y a pesar de que nosotros los docentes y el personal administrativo nos hemos visto también perjudicados, sin los estudiantes y sus padres, no se pude hacer nada.

 Cada año hay cosas que no funcionan: uno es la caldera, otro tal cosa… Este es un centro educativo en el que se han ido poniendo “parches”. Y aunque al frente del mismo se ha puesto un cartel que indica el dinero que se invirtió en las tarimas de unos suelos en el año del COVID-19, corresponde entender que, por más que se haya puesto un suelo con una cámara de aire, el mismo durará un único curso, porque, insisto, la estructura de este edificio no se hizo para la práctica de la danza.   

 Sin olvidar, que el centro no está acondicionado para cuando hace mucho frío o mucho calor…

 

Foto: AMPA Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler

 

 

 María José Herrera: En muchos suelos ya hay “bultos”…

 -Si se han llevado a cabo todos estos arreglos, parece que no está previsto que se vaya a construir a corto y medio plazo un nuevo edificio para el conservatorio de danza de Sevilla, ¿no?

 Docente: Cuando el Partido Popular estaba en la oposición del gobierno del PSOE, prometió que cuando gobernase la Junta construiría un nuevo edificio. Incluso, se llegó a presentar una propuesta que estaría en los Bermejales (barrio de Sevilla), había un presupuesto estimado… Y resulta que cuando entraron a gobernar este proyecto se paró.

 Nosotros somos conscientes de que la formación que se imparte aquí no es obligatoria, como también, estamos al tanto de que en Andalucía los centros de educación pública, están fatal (en lo que a sus instalaciones se refiere).

 También las artes suelen ser los “últimos monos”…

 Es que llevamos tantos años trabajando bajo estas condiciones que esto es indigno. Tanto es así, que los propios profesores están realizando adaptaciones curriculares porque las aulas no están habilitadas para hacer cierto tipo de ejercicios. Así, estamos todo el rato poniendo “parches” sobre “parches”.  

 Con el tiempo, se ha ido formando una especie de cansancio, desidia…, acumulada, como consecuencia de todos estos años de lucha. Sin que ello, en ningún caso, deba servir de justificación.

 Entonces, ahora se están haciendo reuniones con integrantes del AMPA, del alumnado…, con los diferentes grupos parlamentarios para contar lo que está pasando, y dejar claro que nuestro cometido es que se imparta una formación en danza adecuada, digna y segura.

 -En la mayoría de las aulas, una alumna de 1.62 m (por ejemplo) no puede hacer más de tres pique en dedans. Por tanto, ¿Cómo vais a formar a vuestros estudiantes con las mismas oportunidades que los que cursan en otros conservatorios profesionales que dependen de la Junta de Andalucía?

Docente: Comparando los seis conservatorios profesionales de danza que pertenecen a la Junta, creo que el de Sevilla es que tiene las peores instalaciones.

 María José Herrera: Después estaría el de Córdoba…

Docente: Justo este año se ha abierto un centro nuevo para los estudiantes del conservatorio profesional de Almería, los de Cádiz y Granada se estrenaron ya hace unos años… Ojo, que nosotros en Sevilla no queremos ser más ni menos que nadie.

 José Manuel Gómez Marrufo: Es muy agobiante trabajar así. En mi clase somos trece, y muchas veces cuando hacemos ejercicios en la barra, no cabemos. Lo que ha derivado a darnos golpes sin quererlo.

 Justo ahora he salido de un curso que hemos estado recibiendo en el “aula capilla” (la más grande del conservatorio). Y el profesor nos ha dicho que era muy pequeña para realizar las clases de técnica de varón.

 -Entiendo que tú eres de la especialidad de danza clásica, ¿no?

José Manuel Gómez Marrufo: Sí.

 -La verdad que es muy difícil ejecutar adecuadamente la técnica en cada uno de los movimientos que ha marcado el docente que esté en juego, si uno está pendiente con no chocarse con los otros compañeros y demás.

Sin olvidar, de que ustedes los estudiantes, no son profesionales, es decir: estáis en el conservatorio de danza para adquirir dominio y conocimiento de esos contenidos.

José Manuel Gómez Marrufo: Exactamente: Desde primero he desarrollado un miedo a chocarme con las cosas.

 Más aún, si estamos en un aula que no sea “aula capilla” o “aula biblioteca” a la hora de hacer un gran salto: con suerte caben dos haciendo a la vez el mismo ejercicio.

 Por otro lado, te encuentras barras que están rotas; hay problemas de ventilación; cuando estamos en el teatro (espacio que también se usa como aula) yo he desarrollado un miedo a caerme, al haber baches en el suelo, como también sucede en el “aula capilla”… De hecho, lo del “aula capilla” lo ha arreglado dirección hace poco, tras haber ahorrado durante años. Dado que fue uno de los suelos que no fueron acondicionados por la delegación.

 

Foto: AMPA Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler

 

 

 -Una de las cosas que distingue a la danza clásica de otros lenguajes, es que hay una técnica para varón, trabajo de puntas para mujeres, otras cosas que son comunes o el paso a dos. Por tanto, para abordar estas cosas de forma óptima se precisa disponer de muchas aulas ¿Cómo gestionáis esta realidad en este conservatorio?

José Manuel Gómez Marrufo: Aguantando con lo que tenemos.

 -Asimismo, la danza clásica es un campo muy competitivo, en donde las compañías buscan unos perfiles muy concretos. Dicho esto, ¿Cómo te ves ante esta situación una vez que acabes tu paso por este conservatorio?

José Manuel Gómez Marrufo: Tras haber hablado con gente que ha acabado el conservatorio, coinciden que, en parte, las instalaciones nos hacen “más pequeños” (y mira que en la danza clásica nos dicen que tenemos que hacernos muy grandes cuando bailamos). Por ejemplo: si me han marcado un pas de bourrée en el que me tengo que desplazar de una esquina a otra y tengo a un compañero a menos de medio metro, pues, no lo haré exactamente cómo me lo han marcado.

 Lo cual es una clara desventaja en relación a otros que están en otras condiciones.

 -Al finalizar cada trimestre, los estudiantes llevan a cabo una evaluación. En los últimos años, se ha hecho común el reclamo de la mejora de las instalaciones del conservatorio en muchísimos aspectos. Llega un punto que sea normal preguntarse qué traducción práctica se alcanzará a través de dicha formalidad.

¿Qué tipo de mensaje se le está dando a los estudiantes?

Docente: Hemos terminado metidos en una rutina de solucionar y tirar para adelante: Las artes en España y, más en Andalucía si cabe, se mueven entre “trincheras” para sobrevivir a todo.

 Pero, ¿seguimos para adelante hasta cuándo?

 Sinceramente, esto yo lo cerraría.

 María José Herrera: Fíjate que el calor no ha empezado y los alumnos ya están que no pueden…

 Docente: De toda la vida, las cosas se consiguen haciendo ruido, quejándose… Esto es como una “carrera de fondo”. El AMPA, las familias y el alumnado son los protagonistas, pero necesitan recibir el apoyo de todos lados, incluyendo al sector artístico, la propia ciudad, las diferentes escuelas…. Porque esto es un bien común.

 En Sevilla se celebra una Bienal de Flamenco que se le destina un presupuesto brutal. Y resulta que el único centro público de danza profesional en el que se estudia danza flamenca en Sevilla, está en estas condiciones… No hay un equilibrio.

 No digo que se retiren los fondos de la Bienal de Flamenco de Sevilla, pero es que se supone que este centro está también para formar gente en danza flamenca.

 José Manuel Gómez Marrufo: Yo iría un poco más allá, es decir: yo llevo dos años no sólo siendo delegado de mi curso, sino que además, soy el representante de todos los delegados del turno de la tarde. Y mi sensación es que todo lo que se dijo el año pasado, prácticamente, no se ha podido solucionar en nada. Luego hay cosas que se han arreglado de aquella manera, pero soy consciente de que dirección no puede hacer más, puesto que su presupuesto está destinado al mantenimiento.

 Luego, aunque se hayan puesto cristales de seguridad en el Pabellón de Guatemala (edificio en el que hay dos aulas pertenecientes al conservatorio), los rompen y eso va a cargo de la dirección.

 Las tuberías son muy antiguas. Y a pesar de que ya hay agua caliente, el problema es que la caldera se debe arreglar a través de una ordenanza que no tenemos. Ello se traduce en que sale el agua congelada o sale hirviendo, porque las duchas funcionan presionando un botón; hay seis duchas en total; si hay alguna compañera que se está duchando en la planta de arriba, el agua no llega al vestuario de los chicos…

 

 

Foto: AMPA Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler

 

 -Esto afecta más a los estudiantes que van en el turno de mañana, siendo que la mayoría de ellos, a continuación, van a sus clases de instituto por la tarde.

José Manuel Gómez Marrufo: Si, en el manifiesto que sacamos después de una reunión de la asamblea, subrayamos las necesidades de los estudiantes que van en el turno de mañanas. Ya que esos alumnos tienen otras actividades en la tarde, por lo que muchos comen en el conservatorio, y el “comedor” es un antiguo camerino con dos microondas, que no es precisamente cómodo.

 Asimismo, no hay sala de profesores, así que cuando tienes una tutoría, te toca recibirla delante de todo el mundo.  

 -No es extraño que más de uno piense que aquí se pueden formar hasta superar la mayoría de edad y terminen su ciclo de formación, y luego irse de Andalucía. Puesto que han vivido en sus propias carnes el cómo se tratan a los centros de educación pública. Síntoma de que no hay una condiciones materiales ni estructurales suficientes para que haya un relevo generacional en esta región.

Docente: Independientemente de que partido político esté gobernado la Junta, hemos de ser conscientes de que debemos estar peleando por la educación pública de forma permanente.

 En concreto, es importante la participación de las familias de los estudiantes, es decir: son muy grandes, son ciudadanos a los que se les debería escuchar… Es verdad que son los menos perjudicados de forma directa, en el sentido de que los que estamos aquí somos los profesores, los alumnos, los del AMPA, etc…, quienes estamos centrados en echar para adelante y que nuestros arte y disciplina no se apaguen.

 -Otro tema son los concursos coreográficos, esto es: parte de la gracia de esta actividad no obligatoria es que los alumnos se monten sus propias piezas (sea en individual o en grupo), incentivando su autonomía como bailarines, a la par de sus capacidades como creadores. Por tanto, los que ha decidido participar necesitan aulas para preparar sus coreografías.

José Manuel Gómez Marrufo: Siempre prepararse para el concurso coreográfico es un problema (teniendo en cuenta estas instalaciones y los recursos que tenemos). Y mira que está muy bien y a todos nos gusta mucho.

 Ahora busca un aula a las dos de la tarde, a las nueve de la noche para ensayar media hora antes de que cierre el conservatorio…

 María José Herrera: Ha habido veces que los alumnos han estado un cuarto de hora en un sitio, y después se han tenido que trasladar a otro.

 Docente: Si no hay aulas suficientes para cubrir las clases regulares, cómo va haber aulas para que los alumnos puedan ensayar sus coreografías.

 -Por otro lado, hay cosas como el taller final de los estudiantes de sexto de profesional; también dos o tres veces al año se reorganizan las adjudicaciones de las aulas cuando hay muestras de los estudiantes a los miembros del departamento al que pertenecen… ¿Qué esperan de los estudiantes? ¿Qué ensayen en sus habitaciones?

José Manuel Gómez Marrufo: En primero de profesional, nuestro taller fue la Seguidilla del Quijote. Éramos catorce en clase, teníamos que aplicar las restricciones de la época de la pandemia… Ahora imagínate un baile que es una fiesta en un pueblo, cuando teníamos que hacer los corros y demás: todo era muy complicado.

 El trimestre pasado, tercero completo hicimos la danza napolitana de El Lago de los Cisnes ¿Cómo caben veintisiete alumnos en el aula de debajo del Pabellón de Guatemala? Pero es que lo tenemos que estudiar.

 Hay un video que subimos a Instagram de las muestras de la especialidad de danza contemporánea, en el que sale un cubo en el medio del “aula capilla”, para que no se chorree el agua de lluvia por las goteras: Cuando llueve, también llueve en Capilla

 Docente: Puede que una noche se caiga parte del edificio.

 -O no. Pero estáis trabajando con la tensión de que en cualquier momento puede pasar lo que fuere: Ojalá que nunca suceda una desgracia.

Docente: Esto es similar a un maltrato, es decir: alguien denuncia una cosa, no le prestan atención los que deben hacerlo, luego pasa algo gordo que está relacionado y allí es cuando se toman cartas en el asunto.

 Estamos aquí aguantando un “maltrato” a nivel de gestión educativa, que igual hasta que no se nos caiga el “aula capilla” encima, no nos prestarán de verdad atención.

 ¿Qué hacemos? ¿Dejamos de bailar y que se acabe la danza en esta ciudad?

 

 

Foto: AMPA Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler

 

 

 -Formarse en danza no es lo mismo que en historia, esto es: con la guía de un docente sumado a unos buenos recursos didácticos, se puede avanzar de un modo u otro (recuérdese el cómo se la tuvieron que ingeniárselas muchos profesores y alumnos de institutos y universidades al final del curso 2019/2020, para sacar las cosas adelante). Mientras en el caso de la danza, uno necesita unas instalaciones concretas y un docente que esté asesorando. De lo contrario, uno corre mayores riesgos de lesionarse, incorporar “vicios” donde no debe de haberlos, no trabaja en unas condiciones equiparables a las que habría durante una actuación, etc.… Todo ello, porque estas disciplinas son prácticas, aunque al final contengan sus implicaciones de tipo teórico (pero ahondar en ello en este contexto, nos derivaría a otra conversación).

Si lo anterior no se comprende, es muy complicado que se le dé el trato que merece un centro público de formación de danza.

Docente: Es que la mayoría de los miembros de los grupos políticos no saben lo que conlleva una educación en danza.

 -Es común que los profesores de danza hablen de que se ha de tener una vida saludable si uno se quiere dedicar a la danza de un modo profesional, es decir: dormir unas horas cada noche, una adecuada alimentación, conocer y aplicar una serie de rutinas físicas para prevenir lesiones, etc.… Pero luego das uno da un mal salto y te lesionas, porque los suelos no son adecuados.

José Manuel Gómez Marrufo: Se me viene a la cabeza lo de los techos altos, es decir: uno de los problemas son los techos abovedados de las aulas uno, dos y tres, o en el aula cuatro, en el que hay un eco tremendo. De hecho, ha habido profesores de flamenco que han perdido la audición por trabajar en esas aulas.

 Docente: Si viniese alguien a realizar un estudio de riesgos auditivos, seguro que cerrarían todas las clases. Porque hay eco por todos lados, hay aulas que están separadas sólo por un muro de madera… Lo que está claro es que nadie quiere que se acaben estas enseñanzas.

 -Es genial que no se quiera que no acabe la actividad en centros públicos como este, pero si no hay un proyecto educativo y, por extensión, para con la danza en Andalucía que agrupe profesionales del sector, profesores, estudiantes, programadores, las Instituciones Públicas, etc.… Estamos abocados a la frustración, en otros casos. al conformismo y, en definitiva, a la falta de desarrollo del sector.

Docente: Yo entiendo que las políticas culturales en Andalucía no deben mezclarse con lo relacionado a las tendencias de los partidos políticos. Lo suyo es que se determinen partidas económicas destinadas a la cultura, al margen del partido que esté gobernado a la Junta.

 -Seguro que no faltará quien afirme que, si el conservatorio de danza de Sevilla lo gestionase una entidad privada, estaría mucho mejor.

Docente: Parto de la base de que la educación privada sólo es accesible para un tipo de determinado de familias.

 Pienso que hay que luchar por lo público, incluyendo la sanidad y otros sectores. Creo que la ciudadanía paga muchos impuestos para que lo público esté bien gestionado. Sino qué pena de mundo, y al final ¿Quién va a bailar?

 José Manuel Gómez Marrufo: Es que los de la ESAD de Sevilla no cuentan con un teatro en sus instalaciones, como tampoco los del conservatorio superior de música de Sevilla no tienen un auditorio. De hecho, el conservatorio profesional de música de Sevilla también está que se cae. El abandono se nota. Por ejemplo: cuando se cayó la vidriera del antiguo CAD (Centro Andaluz de Danza), en vez de arreglar el edificio, lo movieron a otro sitio y ya está.

 Se vende que aquí hay mucha cultura, pero a la cultura nunca se la cuida.

 

 

 

 

 -¿Habéis recibido algún tipo de apoyo, propuestas o asesoramiento por parte de plataformas, asociaciones…, relacionadas con las artes escénicas de Andalucía?

Docente: Estamos en contacto con la PAD (Asociación Andaluza de Profesionales de la Danza), también estamos siendo asesorados por los sindicatos: ANPE, CSIF, CCOO, USTEA, CGT, UGT, FAMPA, ASADIÁN, el SINDICATO DE ESTUDIANTES y Frente de Estudiantes.

 -¿Qué proponéis que se pueda ejecutar a corto y medio plazo, de cara a mejorar las condiciones del conservatorio?

Docente: Principalmente, se está luchando por un centro nuevo que se adecué a nuestras enseñanzas. Por otro lado, pedimos que arreglen las cosas que faltan para, por lo menos, aguantar los años que nos queden aquí.

 Ante eso, permanecemos a la expectativa de lo que van a proponer los diferentes grupos parlamentarios.

 -¿Quizás ustedes mismos podéis poner las bases de un proyecto que se corresponda con vuestras demandas? Con el fin de acreditar que no es una “locura” lo que ustedes están planteando.

Docente: Es muy difícil presentar una propuesta en concreto, porque son tantas las cosas que hacen falta. Por ejemplo: faltan aulas, han habido meses que hemos estado funcionando casi sin personal administrativo… Esto está dejado.

 María José Herrera: Deberían volver a estar unidas las enseñanzas básicas con las profesionales, al estar las educaciones básicas en Pino montano (barrio de Sevilla).

 -¿En qué medida perjudica no tener en un mismo espacio las enseñanzas básicas y las enseñanzas profesionales?

María José Herrera: A las alumnas de básicas les falta referentes de sus más mayores. De hecho, tú llegas allí y ves que es un colegio.

 Docente: Cuando di unas clases durante una semana a alumnas de las enseñanzas básicas, comprobé de que estuve en cuatro clases que nos ha dejado un colegio por las tardes, y de aquellas maneras. 

 ¿Qué pasa? Eso no es una visión ni una realidad que deberían tener esos niños: parece que están recibiendo una actividad extra escolar (sin ánimo de desmerecer a las extra escolares).

 Mientras tanto, la gestión del equipo directivo se hace mucho más complicada al llevar dos centros a la vez. En la misma medida, para la jefatura de estudio se le hace más difícil cuadrar un horario para un mismo profesor que da clases en ambos ciclos, es decir: ten presente que estos edificios están en dos extremos de la ciudad.

 María José Herrera: El otro día vinieron unas alumnas al AMPA a preguntar si teníamos ventiladores para una clase.   

 -¿Cómo evitar ser predecibles a la hora de sostener vuestras movilizaciones? No vaya a ser que los responsables directos de la Junta estén esperando a que se vuelvan a menguar las manifestaciones, con la idea de que se retome una suerte de “ciclo del agua” en el que se ha estado en últimos años.

Docente: Los mismos sindicatos nos dijeron que esta es una lucha de mucho tiempo y que se debería mantener a un ritmo constante. Ahí es donde entra la voluntad de cada persona, en lo que se refiere a su grado de implicación y el tiempo que le quiera dedicar.

Por ello es importante que todos sintamos al equipo, porque habrá momentos en el que queramos mandarlo todo a paseo.

 En mi caso personal, es probable que el próximo año trabaje en otro centro de Andalucía. A lo que yo podría decir: “me quedan dos meses de curso, me voy a mi casa y que luche el que entre en mi lugar”. Sinceramente, ha habido noches que no he dormido pensando en los siguientes pasos para nuestras movilizaciones. Y si veo que la gente no se involucra, no descarto buscarme otro trabajo: a mí no se me “caen los anillos” por trabajar en cualquier otra cosa, porque todos los trabajos son dignos.

 Yo llevo los últimos años trabajando de docente y yo no quiero estar echando por tierra todo lo que he estado invirtiendo toda mi vida. Yo sé lo que es el mundo profesional de la danza (porque todavía formo parte de él), por eso no es de recibo ser cómplice de una desidia, un cansancio… Ello no me parece honesto.

 

 

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