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Por Marcos Rodríguez Velo

No nos dejemos engañar por el título, éste es ya el segundo álbum de Junip, el proyecto creado por José González allá por el año 1999. Después de dos álbumes en solitario, González, sueco de orígenes argentinos, decidió en 2010 aparcar su carrera en solitario y volver con sus fieles compañeros de viaje Elías Araya (batería) y Tobias Winterkorn (sintetizadores) para publicar el que sería su debut, Fields. Ahora el grupo nos vuelve a proponer en este segundo y homónimo disco esa particular mezcla de folk y electrónica que tantos elogios recibió.

Y es la continuidad del sonido de lo primero de lo que nos damos cuenta en Line of Fire, canción de apertura que juega a los contrastes entre el manto sintético de los teclados y el rítmico compás de la guitarra acústica, acompañados por esa voz entre dulce y resignada de González que se adhiere perfectamente a la melancolía que destila la canción. El crescendo de Line of Fire desemboca en la más plácida Suddenly, para volver al centelleo inicial con So Clear. Continúa Junip con Your Life Your Call, el potencial hit del álbum gracias ese sabor europeo que le otorgan algunos sonidos deudores de grupos como Phoenix, y la intensa Villain, con su bajo áspero y rugoso.

A partir de la segunda mitad del disco las canciones se hacen más meditativas, como una vuelta a los sonidos más folk de los álbumes en solitario de González, pero sin olvidar el aporte de Winterkorn que ayuda a conferir al conjunto de una atmósfera entre onírica y psicodélica al conjunto. Esto se hace evidente tanto en Walking Lightly como en la coral e hipnótica Head First o en Baton, que deja un agradable gustillo a western clásico.

La fórmula de Junip funciona y el disco suena siempre impecable, pero el trío parece no ser capaz de levantar el vuelo, quizás lastrado por la herencia del cantautor sueco que parece anclado en el preciosismo de su ya distante In Our Nature. La excesiva homogeneidad que presenta este disco puede que se convierta para muchos en música de fondo agradable pero nada más. Por eso, a pesar de ser éste un álbum notable, y con un ojo puesto en el futuro, hay que pedirle a González y a sus socios un mayor empeño en buscar nuevos caminos en términos de sonido. Ahora bien, y esto ya depende de cada oyente decidir si es un defecto o un valor añadido, si eres de los que, como un servidor, sienten algo especial cada vez que escuchan la voz de José González, Junip es una apuesta segura.

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