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La Sala X va a cumplir tres años de existencia, y concierto a concierto demuestra que sigue creciendo a lo grande, esta vez con Link Protrudi (Fuzztones) y Marc Ford (The Black Crows) para deleite de la audiencia rockera, en dos conciertos sobresalientes.

Se acaba el verano, y merece la pena echar un vistazo atrás, poniendo por las nubes a nuestra querida Sala X, cuya fama está cada vez más cerca de su éxito. Rara vez tiene una mala noche, y como prueba, aquí te contamos dos días en los que actuaron dos artistazos fuera del eje de las bandas que les dieron el éxito.

Primero fue Link Protrudi, alma, voz y guitarra de The Fuzztones. El músico y productor nos ofreció un inolvidable y minimalista espectáculo de rock del de verdad, fuerte, alto, contundente, rápido, de ese de dos o tres minutos. Desde el CBGB hasta hoy, sí que ha pasado tiempo, que ha dado a Mr. Link solturanaturalidad y fuerza, mucha fuerza para títulos clásicos como con la que comenzó, Jack the Ripper, Comanche, California Sun, Ace of Spades. El final, para Rumble, de Link Wray. Todo un recital de garage rock para disfrutar plenamente de principio a fin, incluyendo a los que para nada hubieran escuchado hablar de Link ni de su grupo. Atentos, que vuelve con Fuzztones muy pronto.

Marc Ford y su banda, The Neptune Blues Club, nos visitaron también, dejando otro concierto memorable. El que fuera miembro en la época dorada de The Black Crows, supo llevar una actuación brillante a la par que elegante, en la que deslumbró desde su primer solo de guitarra, llevando, increíblemente, in crescendo el recital completo, dando grandes momentos de euforia. Su último álbum, The Vulture es un gran trabajo que hace sombra a su anterior, Holy Ghost, pero sin desmerecerlo. El también productor e incansable colaborador nos dejó una actuación perfecta, medida, y sin embargo con un fondo de improvisación bien curioso; artista y banda no gustan de tener un repertorio preparado para sus conciertos, van tocando lo que les apetece en el orden que les apetece. Si a esto le añadimos maestría, como fue el caso, los que asistimos acertamos de pleno.

No todo iba a ser positivo… ¿O sí? Hay un único inconveniente, que es el que podríamos tener todos o casi todos. Link y Marc tocaron en días entre semana. Eso significa que para los que tuvieran que despertarse temprano al día siguiente (para trabajar o estudiar o lo que sea) la mañana sería algo difícil. Sí y no; los conciertos de la Sala X son puntuales, y a eso de la una o antes, las actuaciones habrán acabado.

Luego estaría el “inconveniente” de que te resistas a marcharte a casa. Actuaciones como las de estos dos gigantes musicales, bien merecen la pena, por muy grande que esta sea. Tenemos esto, o volver a aquel sempiterno “en Sevilla no hay na’”, tan verdad y tan usado hace unos veinte años. Hoy en día, sí que lo hay, y la Sala X está poniendo muchísimo empeño hecho logro, con inteligencia y buen gusto. No hay excusas ni razones para disfrutar de un gran concierto entre semana.

Allí nos vemos.

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