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Coge fuerzas, que a estas horas, ya empieza a entrar el hambre. Con cariño y entrega, este fin de semana La Chachi nos invitó a un picnic en el Teatro Central de Sevilla.

 

¡Anda! ¡Pero si es la niña de la comunión endemoniada! La primera vez que vi a esta maravillosa criatura escénica fue en la cocina de la Caja Habitada, en un festival de microteatro. Y esta muestra se convirtió en La Gramática de los Mamíferos, su primer largo en solitario, que ganó 3 Premios PAD en 2017 a mejor espectáculo, mejor intérprete y mejor espectáculo sin subvención. Sensibilidades que brillan desde el principio por su fiereza, valentía y honestidad. El brillo sigue viniendo de adentro, se expande hacia fuera y, esta vez, baña amablemente la escena de amistad y escucha.

La Luz del cigarro dibujada en un cuadrado que delimita la escena. El humo dibuja los rayos de luz del proyector, que declama el texto: tirititran, tran, tran, tirititran, tran, tran, tran… Ay… La sombra de las dos estilosas, sonrientes, contentas, en un lateral, nos da la bienvenida en quieto mientras se escriben intenciones sobre la pared.

 

Foto: Lucas Alcántara

 

Y empieza la flamenca callejera. Lola Dolores jalea, La Chachi recorre el espacio en un incesante zapateo vertiginoso y constante, pertinaz. Ánimo, constancia, soporte. Las dos se necesitan, se entienden, se animan, se soportan, se admiran, se escuchan y no se rinden, llegando a una catarsis de cansancio. Ya se plantea una ruptura en el taconeo que lleva a la bailaora de parte a parte del escenario siguiendo líneas rectas, dibujando esquinas, como una rumba. Y de ahí termina de romper con las convenciones del trepidante jaleo de las alegrías y la juerga como una muñeca que sigue en marcha después de caer. Qué risa.

Son muy apañás estas dos amigas. Vienen preparadas y, con ceremonias como de antiguas, nos enseñan de artes viejos desde una modernura muy fresca e inquietante. Estas dos amigas se escuchan mucho. Lola se lamenta sobre un mantel a cuadros y su voz penetra en todas las fibras de los expectantes. Había público viejo, entrañable, de los que comentan. Y también muchos y grandes profesionales de la danza estaban allí para ver a estas dos artistas. Era una comunión de espectadores que parecía escogido como metáfora de lo que íbamos a presenciar. Lo viejo nuevo y entendido de otra forma, pero desde la verdad de los que saben de lo que hablan.

 

Una niña, que sabe o le han contado, seguro, también comenta, cual persona mayor:

No lo está haciendo bien ¿verdad?

Y se oye la respuesta de una madre:

Que sí, pero luego te lo explico.

 

Foto: Lucas Alcántara

 

 

CONCEPTO, DIRECCIÓN, COMPOSICIÓN MUSICAL E INTÉRPRETE María del Mar Suárez, La Chachi

CANTE Lola Dolores

MENTORÍA A LA DRAMATURGIA Amalia Fernández

DISEÑO DE ILUMINACIÓN Cristina Bolívar

ILUMINACIÓN Azael Ferrer

SONIDO Pablo Contreras

VESTUARIO/ESCENOGRAFÍA Nantú

ASISTENCIA PUESTA EN ESCENA Alberto Cortés

CORDINACIÓN TÉCNICA Y REGIDURÍA María José Aliste

DISTRIBUCIÓN Luisa Hedo

COPRODUCCIÓN DEL Centro de Cultura Contemporánea CONDEDUQUE

Y EL APOYO DEL Centre de creació de dansa i arts vives GRANER

 

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