Una de las licencias que se tomó Paco Mir para la dirigir y versionar a Las nubes es que enlazó dos obras en escena. Siendo que el texto de Aristófanes se fue representando desde una hipotética perspectiva de unos individuos de la Mérida (Extremadura) del siglo I.
Idea que propiciaba a que esta creación fuese “interrumpida” varias veces por quienes protagonizaron el “prólogo” de esta versión. Así, no había lugar alguno a la linealidad o a lo predecible, como también, que se fuesen incluyendo recursos de estos supuestos meridenses del siglo I. Sea con chascarrillos que, de un modo u otro, nos remetía a nuestra edad contemporánea, o bien con ciertas “ambigüedades” que complementaban a la ya de por sí jocosidad de esta comedia.
Así, esta versión de Las nubes consigue que a veces a uno se le olvide que está presenciando dos obras a la vez. Hasta el punto, de que se baraje la posibilidad de que Paco Mir redirija de un modo más o menos justificado el texto original, hacía lo más insospechado. Ello es muy emocionante y una muestra de su gran inteligencia como director, a la hora de saber contextualizar cualquier aportación. Claro que montar una comedia da cierto margen a este tipo de “emprendimientos”, sin embargo, también implica asumir el riesgo de complicarse más la vida de lo necesario, puesto que ya este texto es lo suficientemente bueno para garantizarse el éxito ante el público.
Piénsese que con o sin intención, Aristófanes planteó un texto capaz de llegar a todo tipo de públicos (incluso a quienes tienen cierta formación y afinidad hacía la filosofía). Signo de que aunque uno pertenezca a dicho colectivo, facilita a que se saque a relucir nuestro sentido del humor (y si de paso, a uno le resulta antipática la figura de Sócrates, pues más que mejor). He allí que considere que traer estos grandes clásicos de la Antigua Grecia a la actualidad contenga una contribución pedagógica. En la medida, de que uno se reencuentra con nuestro legado cultural occidental desde un lugar en el que reírse del mismo nos permite sentirlo más cercano, ya que en este marco es reinterpretarle y más maleable a cómo se aborda a la filosofía en los libros de historia.
La puesta en escena de este montaje es un reflejo de lo anterior, ya que toda la escenografía y la interpretación de su excelente elenco de actores, nos recordaba a los dibujos animados (lo cual estaba totalmente en sintonía con el carácter y el desenfado de este texto). Sí es que con sólo ver el escenario ya uno se pone en predisposición a recibir lo que fuere, haciendo que su visionado sea experiencia divertida y gustosa, sin, por supuesto, caer en complacencias que insultaría a la inteligencia de los que integramos el público.
Friedrich Nietzsche decía: “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. A lo que yo añadiría, que si uno la usa para interpretar lo que fuere que está visionando o transformando, entonces nuestra capacidad de crear mundos paralelos o desvelar lo que está presente en el que compartimos con nuestros semejantes, se amplía hasta territorios que no serían accesibles si uno no realiza este tipo de ejercicios de abstracción. Les hablo de algo similar a cuando uno se “dibuja” en su mente los paisajes y los rostros de los personajes de las novelas que lee, lo cual es un síntoma de que el disfrute se materializa como tal en medio de una lectura activa. A dónde quiero llegar, es que Paco Mir y su equipo pusieron en escena una traducción susceptible de enriquecerse en cuanto es representada ante un público que no se priva de reírse, de comentar con quien tenía al lado, de pensar el cómo llevar más lejos lo que hizo este profesional catalán con este clásico de la literatura, etc.…
Desde luego, que esta versión de Las nubes es un buen ejemplo de que la calidad y el obrar con cariño y profesionalidad, no es incompatible con presentar algo a gusto de todo tipo de espectadores. Ojalá esta obra sea concebida por todos los que hayan tenido el privilegio de verla, como algo que contribuya a desprendernos de esa desgastante discusión entre calidad versus “lo fácil de digerir”.