Por Marcos Rodríguez Velo
Para M.I.A., una popstar que siempre está en el límite de la controversia y que abría su anterior disco con un explícito “Connected to the Google / Connected to the goverment”, qué satisfacción debió suponer ver cómo Snowden ponía patas arriba el mundo con su denuncia del espionaje estadounidense. Después de este impulso en su confianza y tras el dueto mediático con Madonna y Nicki Minaj en la Super Bowl todo era posible para M.I.A.. Matangi podía correr el riesgo de ser visto como la deriva mental, positiva o negativa, de una freak que pasa la mitad de su tiempo hablando de conspiraciones internacionales y la otra mitad dedicándose al mundo de la moda de la mano de Versace.
Lo cierto es que nos encontramos ante un disco sin demasiados compromisos, con muchas aristas y que cuando ve un obstáculo, no lo evita, sino que se lanza contra él y una vez derrumbado, da marcha atrás sobre los restos. Un disco muy atento a recopilar todas las tendencias del momento, acudiendo a los productores más in (Hit-Boy, Surkin, Para One) y sabiendo volver junto a quien mejor conoce a la cantante (Switch) cuando es necesario. Es una mezcla de influencias que da gran relevancia a las percusiones, a los ritmos future R’n’B y en general a todas las modas del hip hop actual (Doubble Bubble Trouble, Warriors). El hilo conductor con los precedentes Kala y Maya existe y es fuerte, pero la producción en Matangi está bien estudiada para ampliar la gama de sonidos.
Si bien es cierto que en ocasiones se pierde un poco la continuidad haciendo sonar todo muy exagerado como en Come Walk With Me, en otras nos encontramos con canciones como Bad Girls, imponente y amenazadora, que puede ser perfectamente uno de los mejores singles de M.I.A. hasta el momento. Matangi es primordialmente un disco pop que se mueve a medias entre la cultura hip hop y las pistas de baile (Y.A.L.A.) con el que M.I.A. reclama el trono de creadora de tendencias.
Y si la colaboración con The Weeknd en Exodus puede ser vista sólo como un pretexto y las letras parecen perderse entre una retórica revolucionaria dignas del ego de una diva, es en canciones como Bring The Noize donde se nos recuerda, como una bofetada, que M.I.A. es insustituible: un instant classic y una bala perdida al mismo tiempo. Matangi tiene algo más que Maya, que la competencia se dé por avisada.
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