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La cumbia está de moda. Y mucho. Ha regresado por la puerta de lo underground en Europa y de ahí pasó a lo mainstream gracias a otra de sus múltiples mutaciones; hoy contonea sus caderas entre trap, rap, pop y música electrónica en un estallido de color que vuelve a posicionar la tierra de donde brotó en el mapa de lo más cool.

Nacida en pueblos a las orillas de un rio con nombre de mujer -el rio Magdalena de Colombia- la cumbia es el género musical que reina hoy en medio mundo. Mujeres selectoras, DJs y productoras se han puesto manos a la obra para reivindicar su cuota de mercado, continuar la labor de sus ancestras, vestir sus polleras colorás, pinchar sus vinilos heredados y elaborar sets hipnotizantes para empoderarse y tomar el cielo cumbiero -la pista de baile- por asalto. Su misión es embrujarnos desde las mesas de mezcla de algunas de las discotecas y fiestas más punteras de la península ibérica. Candela pura, señores.

En esta primera entrega de entrevistas a mujeres DJs que pinchan cumbia en vinilo o digital, discutimos con algunas de las reinas más influyentes en la divulgación del género. ACHTUNG! charló con las Wepa Selectors: Wen Movilla (barranquillera) y Paula Osorio (caleña) sobre su divulgación del género en el Caribe. Se unió a la conversación guapachosa DJ Pope (alias Cumbiambera de Tokio), que aporta su grano de arena desde su natal Osaka, Japón, nicho de mercado que se empieza a abrir para los más exploradores del país del sol naciente. Hablamos de cuna, de empoderamiento, de tradición y futuro, de márketing, de referentes y colectivos femeninos (y el techo de cristal que aquí también las afecta más a ellas), de la escena cumbiera en Madrid y Tokyo. Hablamos de pasión.

La cumbia es un género musical y baile folclórico tradicional de la costa Caribe colombiana que posee elementos de tres vertientes culturales: la indígena, la africana y la europea. Es consecuencia del mestizaje entre estas culturas durante la Conquista y la época virreinal. Es la fusión de la melancólica flauta indígena, (mal)llamada “gaita”, la caña de millo, las maracas, el guache y los pitos; los tambores africanos y esa elegancia y resiliencia de los pueblos esclavizados; los cantos y coplas de la poética española. La cumbia es sensual, galante, seductora. La cumbia es una mujer. Las vestiduras tienen claros rasgos españoles: polleras con encajes y lentejuelas, candongas, tocados de flores; camisa y pantalón blanco, pañolón rojo anudado al cuello y sombrero (vueltiao) para los hombres.

 

 

 

Con toda esta riqueza como telón de fondo crecieron las colombianas Wen y Paula, nominadas al Premio Clinton en la categoría Mejor DJs 2023 por la revista Enlace Funk, especializada en músicas afrodescendientes. Las Wepa Selectors son tropicales sin remedio, reinas y señoras de una colección ecléctica que abarca desde ritmos autóctonos del Caribe colombiano y afrolatinos hasta sonidos electrónicos y músicas del mundo. Su interés no es otro que el difundir los ritmos tropicales de los 60’s a los 90’s en Colombia, sin dejar de lado la tendencia de un mundo cada vez más globalizado. Impulsoras del movimiento de vinileras en el Caribe, han estado vinculadas a iniciativas artísticas y culturales, como gestoras o espectadoras. Wen es comunicadora social y periodista, con experiencia en comunicación organizacional, desarrollo de proyectos sociales y educativos y gestión cultural. Paula es arquitecta, directora de arte y percusionista, con experiencia en ejecución de proyectos residenciales y comerciales, creación de piezas gráficas y también gestión cultural. Ambas forman un tándem excepcional.

Wen

Soy de Barranquilla, una ciudad que tiene como evento principal el carnaval y como banda sonora a la cumbia. Desde pequeños para nosotros la cumbia es la cuna, es el todo, es algo serio es… ¡boom! Las mujeres llevamos la pollera que te otorga el poder de las ancestras, y te saca la elegancia.

Achtung

El movimiento de la pollera – esa majestuosa falda con apliques de colores- pareciera incitar la apertura del chackra sacro, el segundo, ese situado en la parte inferior del abdomen justo debajo del ombligo; asociado al color naranja, responsable de nuestra creatividad y emociones. Shakira la elevó a cultura pop en el videoclip de “Hips Don’t Lie” (2006).

Wen

¡Todo el mundo se la debe poner! Jajajaja. La cumbia para mí ha estado siempre muy ligada a lo autóctono, a la raíz. Yo no viví la cumbia de los 60, la del formato Big Bang que vino después de Lucho Bermúdez. Mi cumbia es la más tradicional. Siempre estuve interesada en introducir la cumbia en Europa, la de los gaiteros de San Jacinto, por ejemplo. Cuando escuchas esa vaina, el mundo se para. Aquí en Europa veo ahora la profusión de ritmos cumbieros distintos a aquellos con los que crecí y eso ha hecho que me haya abierto a estas otras perspectivas musicales.

Paula

Yo conocí la variedad de la cumbia que tocábamos en Cali, la de las big bands. Para mí como caleña fue más rápido asumir esas otras vertientes de la cumbia que no son la estrictamente primigenia.

Wen

Todos los pueblos del río Magdalena se reúnen en los carnavales de Barranquilla y allá exponen su folklore. La cumbia es muy amplia, hoy pertenece a otros países, por supuesto. Me encanta la psicodelia de la cumbia peruana, por ejemplo. Hay que asumir que la cumbia ya no es solo (del Atlántico) de Barranquilla; desde los años 50 la cumbia es mundial.

 

Foto: Awara Producciones

Paula

La cumbia villera, por ejemplo, es buenísima. Es la cumbia que defienden a capa y espada los argentinos; un subgénero nacido en Villas Miserias (1996-97), Argentina. Recibió la denominación villera a partir de la publicación del disco Cumbia villera, de Yerba Brava, un clásico. Así es la música: camaleónica, viajera, va mutando.

Wen

Celebro que despierte pasiones por todo el mundo, que el mundo entero pueda bailarla, reconocerla, valorarla en su raíz y en su amplitud actual, y estoy dispuesta a aprender de esos otros sonidos.

Paula

Yo tocaba percusión ya a los 5 años, entré en una orquesta de niños en Cali donde tocábamos salsa, cumbia y merengue para amenizar fiestas; éramos la orquesta infantil más importante de la ciudad: “La Charanguita” del maestro Luis Carlos Ochoa. Tocábamos cumbia, pero cumbia de orquesta, de salón, la cumbia de Lucho Bermúdez, la de los “cachacos” (los no-costeños, exceptuando a la gente del pacífico colombiano). Un género algo denostado por los mismos barranquilleros. Yo llegué de Cali a Barranquilla acostumbrada a esa cumbia cachaca que tiene timbal, pito; la que está en contraposición a la tradicional que tiene como base a la tambora, el alegre, el kuisi o flauta de millo. Tres o cuatro instrumentos básicos nada más, sin una Big Bang detrás. La tradicional, creada por hombres y mujeres humildes del río que creaban arte sin saberlo, y con pocas herramientas a su disposición.

Wen

Y entonces llegó Lucho Bermúdez, que a mediados del siglo pasado llevó la cumbia a Argentina, Cuba, México, Ecuador y hasta Estados Unidos. A partir de ahí Colombia tuvo una identidad musical muy clara; la cumbia marcó a Colombia, la representa desde entonces (mucho antes de que lo hiciera el vallenato tan conocido en España). La cumbia es a mi país lo que el mariachi es a México, el tango a Argentina, la samba a Brasil.

Paula

Y tú, Pope, ¿cómo conociste el mundo cumbiero?

Pope

Tuve acceso a un Pro Controlador marca Numark por casualidad; cuando escuché su DJ mix había una larga lista de cumbia salsa y música africana… ¡y me voló la cabeza! Fue ahí cuando sentí que yo también quería pinchar música así, aunque fuese un género desconocido en Japón. Necesitaba explorar más. Comencé a buscar música en Osaka, por internet; encontré cositas y me enamoré de la cumbia. Empecé coleccionando vinilos de cumbia en Japón, pero quería conocer más la cultura de Suramérica, algo muy difícil entonces porque Internet apenas empezaba a florecer.

Wen

¿Cuál fue el primer disco de música al que tuviste acceso?

Pope

Una recopilación de SoundWay Records (The Original Sound of Cumbia: The History of Colombian Cumbia & Porro, 2011) con Lucho Bermúdez, Aniceto Molina, el que canta “La Cumbia Sampuesana” y la hizo famosa porque grabó la versión instrumental. ¡Flipé totalmente! Ahí partió mi búsqueda. Me fui a Colombia y México.

Achtung

¿Por qué México?

Pope

Porque es la mejor cumbia después de la colombiana, jajajaja. Y para aprender español. Me quedé dos meses en México y uno en Colombia, buscando vinilos en Bogotá, Cartagena, Barranquilla y Cali.

 

 

Acthung

¿Y Medellín? A Medellín no siempre se le reconoce su decisiva aportación a la historia de la cumbia.

Wen

¡Discos Fuentes estaba en Medellín, con tecnología punta, publicaron vinilos de 180 gramos en los años 60! Cartón de calidad, gramaje, maquinaria, interés, voluntad y buen gusto. Se llevaron a un poco de costeños y publicaron grandes obras (Edmundo Arias, de Cali, también aportó lo suyo). Le debemos muchísimo a Medellín, que en su momento hizo con la cumbia lo que hoy ha logrado con el reggaetón: ser la capital discográfica, aunque sea un reggaetón muy mainstream.

Achtung

¿Cómo ves el mercado de la cumbia en Japón, Pope?

Pope

Se nota que va creciendo poco a poco, en Osaka o Tokyo, lo veo cuando pincho, en las fiestas, los bolos. Hay una pequeña escena de cumbia, un nicho de mercado que surge y levanta interés entre la gente de a pie y los medios. ¡Incluso tengo amigos que formaron una banda de cumbia! Muy candelosos jajajaja. Frente Cumbiero es muy popular en mi país, la cumbia lleva una década o más despertando mucha curiosidad. Katsumi Tanaka y los Minyo Crusaders son buenísimos.

 

Foto: Olinh Miranda

 

Achtung

¿Hay cada vez más DJs que pinchan cumbia? ¿Cómo se mide el impacto de un género que recién entra en un país nuevo?

Pope

¿Playlists? ¿Ventas? ¿Descargas en Spotify o iTunes?

Wen

¿Qué es lo que más te gusta de la cumbia?

Pope

¡La alegría! Hay una magia difícil de explicar. El tumbao, la cadencia y la elegancia.

Paula

Hay una teoría que dice que en el vientre de nuestra madre conectamos con su corazón, y así nacemos listos para la música.

Pope

Me gustan mucho Andrés Landero, algunos de Perú, Alberto Pacheco, el Conjunto Media Luna, el Frente Cumbiero.

Wen

Esa generación de los primeros 2000 que promovió la cumbia en Europa. Como Quantic.

 

 

Achtung

¿Cuál es el secreto para que la cumbia tenga tanto éxito actualmente?

Pope

Podemos bailarla sin dificultad, para nosotros los japoneses la salsa es muy difícil de bailar, pero la cumbia permite más libertad de movimiento.

Paula

En el carnaval de Barranquilla la gente baila sola y libre, ¡y no pasa nada! En Cali tienes que marcar el ritmo porque o si no… “no sabes bailar”. En los carnavales de Barranquilla ves toda esa gente loca conectada con el chackra del vientre, con los espíritus del más allá, es un trance suave. Sigue un patrón sincopado y gentil.

Pope

No necesitas saber bailar, al contrario de lo que pasa con otros géneros musicales tropicales donde la coreografía es como una filigrana.

Paula

La cumbia es casi electrónica, por eso la han fusionado tanto con la electrónica. Como el DJ El Pez que hace estas mezclas. O La Payara. O DJ Toty Stylee.

Wen

La cumbia es un ritmo/género que reúne tres continentes, ¡ganamos! jajajaja porque ese mèlange cultural es un hit ganador.

 

Foto: Apolo

 

Achtung

¿Qué dificultades os habéis encontrado a la hora de pinchar cumbia?

Wen

Empezamos en Barranquilla hace dos años; nos reuníamos con otras amigas porque vimos en nuestros vinilos una herramienta de empoderamiento femenino, para demostrar a la gente -y a nosotras mismas- que las mujeres también sabemos de música, que somos estudiosas y juiciosas, productoras (un rol por lo general, masculino) y muy buenas selectoras. Pao heredó discos de su padre y un Samsung de la época original que terminó sonando mejor que cualquiera. Exploramos, estudiamos, nos reunimos en sororidad. Fue el (re)conectarme con una historia que siempre ha estado en nuestras vidas: nuestros familiares disfrutaban del vinilo.

Pope

Mis padres también ponían vinilos, aunque de otros géneros. Pero sí, crecí viéndolos poner sus acetatos en casa.

Wen

Entre amigas, nos conectamos, dijimos: “…¡eche! si a nosotras toda la vida esto nos ha gustado, ¿por qué no juntar nuestros vinilos y armar nosotras nuestros propios eventos? Siempre son los hombres quienes hablan, organizan dirigen. Nacimos como colectivo y empezamos a buscar referentes. Edna Martínez (de Berlín, picotera), las Rulos Vinyl club, las Discorama, las Vinileras del Trópico. ¡Queríamos ser como ellas! Sin embargo, a diferencia de ellas, Paula y yo éramos las únicas que genuinamente conectábamos con la raíz de la cumbia. Había colectivos femeninos de salsa y afrobeat, pero no pinchaban cumbia.

Pao

Heredamos discos de Pedro Laza, los Corraleros de Majagual, Lisandro Mesa. Yo vi a mi padre toda la vida en su ritual dominical con su disco y su aguja. Era sagrado, hablar de música, compartir, mantener esos rituales. Esa guapachosidad (flow) que despierta hasta los muertos. Descubrimos ese poder y empezamos a investigar. Dimos con genios que llevaron este ritmo por entonces tan denostado.

 

DJ Pope (alias Cumbiambera de Tokio)

 

Achtung

¿Y referentes femeninas?

Pao

¡Claro que hay referentes! Matilda Diaz (esposa de Lucho Bermúdez), aunque más en el bullerengue (otro género). Irene Martínez, la niña Emilia, Petrona, Totó la Momposina. En la cumbia, los bajos traen la voz del hombre -que es más grave. La voz de la mujer va más con los clarinetes, la flauta; es algo de oído, algo que va de acuerdo con su voz.

A mí me rechazaron mucho en el mundo de la salsa. Para formar parte de una orquesta mixta te tenías que “ganar el puesto” compitiendo con hombres. Un hombre tiene mucha más fuerza en las palmas de las manos (imprescindible para tocar la percusión, reventar los cueros), pero a mí me salía sangre de los dedos. Normalmente, la música es un mundo de hombres, una industria machista. Las mujeres sí que hemos tenido voz y voto, pero muy por debajo del hombre. Los chicos de mi banda sí que siguieron una carrera en la música; las niñas no nos pudimos sostener. Y con las mujeres DJs pasa lo mismo. En los festivales, hay pocas mujeres, todos están llenos de hombres. El hombre tiene más cancha en este oficio como proyecto sostenible de vida.

Wen

Entre los sinsabores que detectamos en el colectivo de selectoras, vimos que no sabíamos negociar, cobrar, gestionar económicamente el negocio; es una cuestión de habilidades, de capacidades. Lo hacíamos todo desde la ilusión y el desinterés, pero a la hora de negociar una retribución económica justa, no disponíamos de esas habilidades. Al llegar a Madrid, también hemos tenido que adaptarnos a lo que te ofrecen.

Pao

Somos pocas, eso es ventaja también. Ahora están pasando cosas que las mujeres estamos haciendo muy bien. Existe un reclamo en la escena fiestera, hay la oportunidad de mostrar lo que es nuestra herencia cultural.

Pope

La cultura de discoteca es muy diferente en Japón, comparada con la de Europa.
Nos gusta bailar, pero el baile no está tan impregnado en nuestro ADN. En mis eventos, yo soy quien paga a los DJs; yo convoco a los DJs; la mayoría de las discotecas no nos pagan, no hay dinero para el DJ, solo para las bandas – casi siempre lideradas por chicos. Muchos tenemos dificultades para conseguir un bolo, y si eres mujer, mucho más. La cultura japonesa tiene ese lado sexista todavía. Los vinilos son muy caros, la gente tiene que trabajar mucho para poder comprárselos. No existe un colectivo, esto es un hobby que requiere mucha inversión. Hoy, por ejemplo, pincho en la fiesta más tropical de Madrid: la Serpiente Cósmica, que apuesta por la promoción de los ritmos tropicales. Pero cuesta mucho trabajo si eres mujer DJ y no tienes contactos. Nada fácil.

Achtung

De ahí la necesidad de un akelarre.

 

Atentxs pues a la próxima entrega de nuestras entrevistas a mujeres DJs, selectoras y productoras que promueven la cultura cumbiera en todas sus variantes. Hablaremos de brujería musical, de aquelarres y jaguaras, de otras ciudades europeas donde la Señora Cumbia reina, de logros y sacrificios en el mundo de la fiesta y la producción, de logística y de sororidad. Hablaremos del origen de la palabra cumbia, del futuro a corto plazo, de apoyo institucional. Hablaremos de pasión por la cumbia.

 

 

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